Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 18 de junio de 2015

Militares insultados

Cuando voy de copichuelas por los bares de la calle Jaudenes suelo alternar con conocidos y hablamos de lo que venga a cuento. En ocasiones, mis interlocutores han sido militares que ya están en la reserva. Un día salió a relucir, vaya usted a saber por qué, el nombre de Manuel Azaña, e inmediatamente uno de ellos contó que en la Academia Militar de Zaragoza se le solía calificar de diablo. De diablo con rabo, vamos.

A mí se me ocurrió, entonces, referirles por encima y de memoria, lo que ahora transcribo literalmente: A primera hora de la noche me visitan en el ministerio -Azaña fue ministro del Ejército antes de convertirse en presidente de la Segunda República- los diputados Peyre, Poza y Castillejo, que son militares, para quejarse de un artículo publicado en El Socialista, injurioso para los oficiales, la cosa es estúpida; quizá el autor se imagina hacer con eso "obra revolucionaria".

Azaña sigue contando en  Diarios, 1932-1933: "Me contraría enormemente que se ocupen para nada de cosas militares; pero que se acuerden de ellos para escribir animaladas, y en el periódico de un partido que está en el Gobierno, me irrita. En cuanto entran en juego estas cosas, no se sabe hasta dónde se puede llegar. A mis visitantes les he dado consejos, para que nadie responda a una brutalidad con otra. El periódico ha ido al juzgado y se le castigará".

Saco a colación el hecho, tras haber leído y oído cómo altos representantes de las Fuerzas Armadas, que participaron en los actos institucionales de la toma de posesión de los nuevos alcaldes el pasado fin de semana, fueron abucheados e incluso insultados. Verbigracia: al teniente general Ricardo Álvarez-Espejo, durante la toma de posesión de Ada Colau, lo ofendieron gravemente: "¡Qué coño pintas tú aquí, facha!",  le dijeron entre otras lindezas.

Conviene resaltar, cuando antes, la flema mantenida por el teniente general; de quien se nos ha dicho que aguantó las groserías de los asistentes al acto sin siquiera pestañear. Gran lección de tranquilidad. También es cierto que el militar ha tenido que soportar, con el mismo cuajo, otros comportamientos desvergonzados en Cataluña por parte de los independentistas.  Pero todo tiene su límite.

Precisamente, vienen sucediendo tan detestables comportamientos cuando las Fuerzas Armadas y los militares son rara vez noticias en España, y a menudo es para criticarlos o como anécdota. Sin embargo, y como ya se viene avisando por parte de expertos en el tema, no nos damos cuenta de que cada vez vamos a necesitar más a los militares, debido a cómo está la orilla sur del Mediterráneo. No sólo para salvar vidas sino para que nos defiendan del fundamentalismo existente y que en otros lugares ya ha implantado el terror.




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