Benítez. Ha vuelto a evidenciar que su gran problema es tener exceso de muy buenos jugadores y no saberlos reunir. Por ejemplo: el Madrid ha perdido el dominio del medio campo, durante muchas fases del partido con el Malága, teniendo a Kross y Modric, Casemiro y Kovacic. Pero ha insistido en alinear a Isco: un dechado de fútbol ingenuo, de pasecitos cortos, fintas y filigranas variadas, conducciones eternas y pérdidas de balón que siembran el desconcierto entre sus compañeros.
Permítanme jugar a entrenador. Con las bajas de Bale y James, yo me pregunto: ¿habría sido una locura jugar un 4-2-2-2. Es decir, cuatro defensas, dos volantes escudos de la defensa y organizadores, y otros dos dirigiendo en los metros finales y acompañando a Cristiano y Benzema en ataque. Amén de practicar el tiro a media distancia ante el repliegue intensivo, esperado por cualquier rival en el Bernabéu. Composición: Casemiro y Kroos. Modric y Kovacic. Incluso se pueden juntar de manera distinta.
Pues bien: el medio campo formado por Benítez permitió que Amrabat, jugando como delantero flotante o falso delantero, hiciera estragos en la parcela que tenían que manejar Kroos, Modric e Isco. Causando, además, un enorme desconcierto en los centrales: Varane y Nacho; ya que ambos carecían de referencias en el marcaje.
Málaga. Ha jugado sus bazas muy bien. No permitiendo jamás que el Madrid se adueñara del medio campo, salvo cuando Amrabat salió del mismo. Llenó esa zona vital del terreno de juego con hombres rápidos, trabajadores y disciplinados, a los que Amrabat, insisto, se sumaba para desquiciar todo el sistema madridista. Dada la inoperancia de Isco, tengo la impresión de que Benítez no había valorado al equipo malagueño en su justa medida.
Kameni. Ha estado sensacional. Lo ha parado todo. Cierto es que también la diosa Fortuna ha estado con él. Comenzó bien el partido y se fue agigantando a medida que transcurría el tiempo y lo iban poniendo a prueba. También supo en los momentos complicados poner orden entre sus compañeros. Le sobra experiencia para dar y tomar.
Keylor Navas. Intervino poco, pero lo hizo magistralmente. Salvando a su equipo en momentos claves. En él ha encontrado el Madrid un portero excelente y un tipo convencido de que trabajando duramente se consiguen logros importantes. Vayamos con el pero... Yo sigo pensando que la fe debe ser algo íntimo. Y, por ello, a mí me gustaría preguntarle al costarricense, como a otros jugadores que hacen lo mismo, si no sería mejor encomendarse a todos los santos en el vestuario.
Resumiendo: El Madrid ha jugado con una parsimonia exasperante. Lento de ideas y haciendo circular el balón con enorme premiosidad. Confiados todos sus jugadores en que el gol podría producirse en cualquier instante. No ha habido conexión entre líneas. Con Jesé e Isco haciendo la guerra por su cuenta, Kross y Modric se quedaron aislados en una zona en la cual siempre se imponían Amrabat y varios más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.