Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 2 de marzo de 2016

El beso

Paquita Rico -actriz y cantante folclórica- era una belleza cuando mi primera primavera como adolescente era tan ardorosa como repleta estaba de rebeldía. En aquella España de los años cuarenta y cincuenta, la radio era un artículo de lujo y, por tanto, pocas familias se podían permitir el tener un aparato donde la canción española no dejaba de sonar. "Tatuaje", de Conchita Piquer con su marinero alto y rubio como la cerveza", que llegó en un barco extranjero, entretenía a la mujer española en las largas colas de Abastos. Pero a mí la canción que más tilín me hacía era el Beso de España: pasadoble interpretado por la artista sevillana.

En ocasiones, se me viene a la memoria la canción y decido tararear una de las estrofas; prueba evidente del interés que aún sigue despertando en mí. "La española cuando besa, es que besa de verdad y a ninguna le interesa besar con frivolidad". Metido ya de hoz y coz en la materia del beso, por qué no recordar algunos de los besos más famosos del siglo pasado.

Yo recuerdo el beso de un marinero estadounidense, tras claudicar Japón en la Segunda Guerra Mundial, a una enfermera que paseaba por Times Squere. El cual, inmortalizado por un fotógrafo que seguía al marinero en cuestión, fue considerado, en su día, como el beso más famoso del mundo. Todo un icono.Yo recuerdo también, cómo no, el beso entre Erick  Honecker y Leonid Bréznev, jefes de Estado de Alemania del Este y de la URSS respectivamente, durante la Guerra Fría.

Eran otros tiempos y, claro, se nos dijo que ese beso en los labios entre jefes de Estados era todo un símbolo de la amistad y solidaridad comunista entre estados del Bloque soviético en plena Guerra Fría. Diez años más tarde, con motivo de la celebración del trigésimo aniversario de la fundación de la República Democráta Alemana, se produjo otro beso entre Gorbachov y Honecker. Pero fue tan frío por parte de éste, tan esquivo, que hizo posible que Gorbachov acelerara las reformas concebidas para la unión de las dos Alemanias en el plazo más corto.

Por último, el beso que más me ha llamado la atención, y nada más que la atención, quede claro, ha sido el beso en la boca que se han dado en las dependencias del Congreso, concretamente en el hemiciclo, Pablo Iglesias -líder de Podemos- y Javier Domenech -dirigente de En Común Podemos-, ante las caras de estupor que ponían  los populares Alonso y De Guindos.

Iglesias y Domenech, tran fundirse en un abrazo emotivo, se besaron en los labios con largueza y  recreándose en la suerte. Y les salió un beso ardoroso, fogoso y apasionado. Un beso casi de tornillo. Pero, al margen de cómo fuera la caricia, tan natural como la propia vida, yo tengo la impresión de que ese beso lo que trataba de simbolizar es la solidaridad entre comunistas. Eso sí, semejante acción puede que haya causado más miedo que ternura entre muchos españoles. O sea, que a lo mejor les ha salido el tiro, en este caso el beso, por la culata.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.