Pablo Casado nos visita mañana

Suelo recomendar en ocasiones a algunos políticos la lectura de Obras de José Ortega y Gasset. Aunque sabedor de que leer les agrada poco, siempre les digo que, al menos, lo intenten cuando se vean obligados a guardar cama por mor de una gripe revestida de malas intenciones o de cualquier alifafe molesto. Aun así, no creo que mi consejo sea tenido en cuenta por ninguno de ellos.

Dice el  filósofo y ensayista español que el triunfar en la sociedad es un síntoma, a veces, inequívoco de una cierta clase de virtudes. Y que al hombre que lo consigue solemos llamarle eficaz. E inmediatamente decimos que sirve, porque la eficacia es un valor positivo que no se puede negar. Eso sí, a renglón seguido no se corta lo más mínimo en declarar que le parece una perversión que ese valor sea el único estimado o cuando menos el más estimado.

Merced a ello, don José Ortega y Gasset se lamenta de que hayamos desalojado del mundo todo lo exquisito, porque todo lo exquisito es socialmente ineficaz. Y nos recuerda que la virtud de emocionarse es, por ejemplo, una de las cosas más altas que cabe imaginar, pero que en su tiempo sólo era útil para sucumbir.

En el tiempo de Ortega y Gasset, como en el nuestro, quien padece de agudo sentimentalismo no tiene nada que hacer. Está más perdido que el barco del arroz. Y, por tanto, hay que hacerse a la idea de que para vivir es imprescindible tener mal corazón, buen estómago y un cheque en el bolsillo. No obstante, yo creo que algo está cambiando. Que la situación ha llegado a un extremo en el cual los políticos han de entender que no todo el monte es orégano y que la gente no está dispuesta a seguir pasando por el aro de las injusticias y de la corrupción generalizada.

Mañana nos visita Pablo Casado, político joven pero curtido ya en mil batallas... Así que debe ser consciente de que en los españoles está germinando otra manera de sentir. Españoles que comienzan a rebelarse contra esa aberración moral de los políticos que consiste en hacer de la utilidad que les beneficia la sustancia de todo valor. Y que la corrupción que ha estado primando por encima de todas las cosas, hasta ahora, ha de ser perseguida con la insistencia y contundencia que demandan los ciudadanos. De no ser así, la democracia puede irse al garete.

En cuanto a Juan Vivas, a pesar de que lleva más de tres lustros gobernando, le hago saber al Vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, que sigue dando muestras visibles de ser la persona más capacitada para regir los destinos de esta ciudad. Que no es, como usted bien sabe, señor Casado, una ciudad cualquiera. En fin, mi deseo es que tenga usted una estancia agradable en esta tierra.