Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 14 de mayo de 2016

El Madrid nunca se rindió

Los milagros en el fútbol se producen de muy tarde en tarde. No todos los días surge un Levante, descendido además, y derrota a un Atlético de Madrid que era  aspirante al título y también lo es a ganar la Champións League. El triunfo del Barcelona en los Cármenes era algo sabido desde que los granadinos le ganaron al Sevilla y lograron salvar la categoría. Aun así, el Madrid hizo lo que debía: jugar una extraordinaria primera parte en Riazor para asegurar la victoria. Y a esperar...

La primera parte del Madrid fue casi primorosa. El casi es porque ese Madrid dominador total de la situación, mostraba su ya inveterada debilidad por la banda izquierda a la hora de defender. Lo inquietante es que ello se produjera por medio de un solitario Fede Cartabia. Cuyas ganas no fueron secundadas por sus compañeros. Y es que Marcelo y Ramos siguen actuando como les sale a ellos de sus adminículos. Ojalá que Torres no tenga su día en Milán. Porque, sin duda alguna, tratará de explotar las deficiencias defensivas de ese costado, ayudado por Griezmann.

Sí, la primera parte del equipo de Zidane fue muy buena. Adelantó sus líneas y jugó en el campo de un rival cuya única salida consistía en darle el balon al argentino Fede Cartabia. El medio campo del Madrid se hizo con las riendas del juego e impuso un ritmo muy vivo y con precisión en los pases. Kroos, Casemiro y Modric encontraban siempre a Bale, Benzema y Cristiano. Y pasó lo que tenía que pasar: que Cristiano resolvió el partido en veinte minutos. Y a partir de ahí pudo marcar el Madrid tres goles más.

La segunda parte, y dado que el Barcelona ganaba con holgura en Granada, el Madrid prescindió de Cristiano y jugó a verlas venir. Fue entonces cuando Pepe, Carvajal y Keylor Navas tuvieron que trabajar a destajo para evitar las acometidas locales. Todas ellas teniendo a Cartabia como protagonista. El Madrid fue a menos a pesar de que Bale se hacía notar (por cierto, el galés está en un gran momento de forma) y Benzema tampoco renunciaba a nada.

Llegaron los cambios: James por Cristiano, Isco por Modric y Jesé ocupó el sitio de Bale. Y comenzó el recital de despropósitos de un Ramos alocado, desatinado y desvariando... Sin medir las entradas. Conduciendo balones sin ton ni son. Desbordable por su lado cuando acudía en ayuda de un Marcelo que decidió jugar al ataque por sistema y con su ya acostumbrada anarquía. A Zidane le corresponde corregir los malos hábitos de Ramos y Marcelo.  De no hacerlo, el Atlético aprovechará semejante bicoca. 


En fin, el Madrid cumplió su trámite haciendo una buena primera parte en Riazor. Como era su deber. Pero no hubo milagro en Granada. Ahora tiene la posibilidad de lograr un gran título: el más importante del año. Y sería, caso de conseguirlo, el undécimo. Y Zinedin Zidane alcanzaría la gloria -como entrenador- cuando no deja de ser un recién llegado a los banquillos.






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