Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 8 de mayo de 2016

Kiko Casilla: colosal

El partido Madrid-Valencia comenzó como esas películas lentas, pesadas, sin ritmo, aburridas...  Por más que Kroos y Casemiro intentaban hacerse notar ante un medio campo valenciano en el cual Javi Fuego y Enzo Pérez  trataban de imponerse por la fuerza a sus rivales. James movía bien el balón con su pierna de caoba, la izquierda; buscando los desmarques de ruptura de Cristiano. Ya que Benzema estaba en las Batuecas; distraido, despistado, sin sitio. En cambio, Lucas Vázquez era un  torbellino. Entregado a la causa con pasión, velocidad y sentido común. A propósito: este jugador va a más cada día y su participación en el equipo es incuestionable.

La monotonía del partido se rompió con una jugada de Cristiano en el minuto 25. Pudo ser gol, pero surgió Diego Alves para evitarlo. Fue como el presagio de que la tarde estaba hecha a la medida de los porteros. Por más que apenas transcurridos dos minutos Cristiano lograba batir al magnífico guardameta brasileño. A partir de ahí el Madrid comenzó a funcionar mejor, debido a que imprimió más velocidad a sus acciones. Y, aunque Benzema no salía de su letargo, el encuentro se animó muchísimo. Hasta ese momento Casemiro había impedido que Dani Parejo le diera alas a los suyos. Cierto es que Cancedo malogró la oportunidad  de empatar.

El partido, sin ser un dechado de perfección, iba aumentando en ritmo e interés y fue entonces cuando Benzema, en una jugada en la cual se hicieron un lío tanto los defensores valencianos como el árbitro y uno de sus asistentes, marcó el segundo gol y los equipos se fueron a descansar dejando la impresión de que la segunda parte podría ser de mero compromiso por ambos lados. Pero no fue así. Ya que la continuación tuvo de todo: emoción  a raudales y dos goles. Y pudieron ser más de no haber sido porque Alves y Kiko Casilla, sobre todo, nos deleitaron con paradas soberbias.

Al Valencia sus cambios le sentaron de maravilla. Y además sus jugadores supieron aprovecharse de la anarquía que Marcelo -perdonen mi insistencia en cada crónica- muestra y que es tan contagiosa como peligrosa para todo el conjunto. Zidane  está obligado a cortar de raíz ese deseo de imaginar por sistema del defensa brasileño. Su deseo de adornarse continuamente acaba siempre desquiciando a sus compañeros y levantando los ánimos de sus adversarios. Así, mientras Kroos y Casemiro daban muestras de cansancio y a Lucas Vázquez lo breaba a palos Siqueira, Parejo, Javi FuegoRodrigo, André Gómes y Santi Mina iban creciendo y poniendo a prueba a Casilla. Cuya actuación puede catalogarse de monumental.

De modo que un partido que parecía estar solucionado con el tercer gol de Cristiano, tras haber obtenido Rodrigo el suyo, terminó con el Madrid descentrado y pidiendo a gritos el final. Sin Lucas Vázquez, cocido a patadas, con Cristiano fuera para celebrar la entrada en el campo de Arbeloa, y con un Valencia crecido y dominador de la situación, André Gómes hizo un gran gol. Incluso con diez jugadores, tras ser expulsado Rodrigo en el minuto 85, el Valencia acabó asediando a Casilla, manejado por Parejo. Éste, siendo juvenil en el  Madrid, era ya celebrado por Alfredo Di Stéfano.

 El tópico dice que no hay mal que por bien no venga. En esta ocasión, sin duda, el dominio del Valencia, durante muchos minutos de la segunda parte, provocando miedo cerval en el madridismo, ha servido para que Casilla haya tenido una actuación colosal. Este Casilla, que apenas ha jugado porque Keylor Navas lo viene haciendo más que bien, no es hombre de anuncios ni tampoco es dado a sembrar la cizaña entre compañeros.

Ah, en el Madrid estarán pensando que todo es posible en Granada...









 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.