Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 14 de junio de 2016

Camacho, Narváez y Carreño

Fútbol y política -el lunes pasado- se cogieron de la mano para sedar tanto a los españoles que viven a cuerpo de rey como a los tiesos -tiesos de verdad, no como el marido de Susana Díaz, presidenta de Andalucía-. El pan y circo que nos ofrecieron el lunes fue de tan mal gusto como para pensar que los españoles seguimos siendo considerados por las clases directoras como pobres diablos incapaces de discernir el alcance de los actos de quienes están obligados a remediar nuestros males generalizados.

Todo empezó con la retransmisión del partido España-República Checa en Telecinco. Un horror. José Antonio Camacho, Kiko Narváez y Manu Carreño volvieron a causar sonrojo entre quienes no se acostumbran a que les cuenten lo que está ocurriendo en un partido maltratando por sistema lo que mejor tenemos los españoles: nuestra lengua.

José Antonio Camacho sigue sin ser capaz de construir una frase. Y todas sus respuestas comienzan con esa muletilla de... bueno, como si quisiera hacernos creer que usa semejante interjectivo para pensar debidamente antes de contarnos una parida de las suyas. Y, por si fuera poco, se le ha metido en la mollera el lógicamente yo creo, el lógicamente yo pienso, el lógicamente Vicente -se refiere a su amigo Del Bosque-; así que ya mismo será conocido por el sobrenombre de 'El lógicamente Camacho'. 

Qué bien le vendría a José Antonio Camacho, para no seguir deteriorando su bien ganada fama de vieja gloria de nuestro fútbol, y sobre todo para que no nos haga sentir vergüenza ajena, aprender a hablar con  la celeridad que le exige su condición de comentarista en una gran cadena de televisión y en un espectáculo de masas como es el fútbol.  Lo cual le permitiría darle más sentido a ese evidente deseo que tiene de demostrarnos que es el más español de los españoles.

Kiko Narváez,  nacido en  Jerez de la Frontera, habla siempre tratando de evitar el ceceo y el seseo, como si se avergonzara de una pronunciación que jamás impidió que Castelar, Cánovas, Pemán y Alberti, entre otros,  hablaran como los ángeles. Si es que éstos hablan. Y, mientras se esmera en que le suenen bien las eses, nos martiriza los oídos con tema para arriba, tema para abajo, y tema hasta que nos agota a todos los telespectadores.

Kiko Narváez me recuerda a ese tío al cual uno recurre, una y otra vez, para que le solucione un asunto, y siempre responde así: "No te preocupes, que yo me ocuparé de ese tema". De modo que le recomiendo a Kiko, quien aún está en edad de aprender a expresarse en público, que se compre El Dardo En La Palabra, de Fernando Lázaro Carreter, y acuda presto a la página 185. Cuyo título es Tema. Simplemente tema.

Lo de Manu Carreño es más grave. No sólo lamentó que De Gea no errara, sino que nos deleitó con la siguiente frase hecha: "No hay que cazar la piel del oso antes de venderlo". Hete aquí un señor, que además de creerse el mejor entre los mejores periodistas de la televisión, y asimismo maestro de la ironía y del sarcasmo, que es incapaz de citar correctamente la expresión ya reseñada.

Ah, como ya no me queda espacio, otro día opinaré del debate a cuatro. Aunque no me resisto a decir mi definición de la fe en estos momentos: Fe es lo que hay que tener para poder entender a los políticos.



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