Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 12 de junio de 2016

Jaime Campmany y los gafes

El día 13 de junio de 2005 murió Jaime Campmany -periodista y escritor-; eso sí, antes había dejado escrita su última columna en el diario ABC. En cual escribía desde 1977. Lector suyo desde entonces, se lo dije, aprovechando una visita suya a Ceuta, mientras charlábamos en la sala de estar del Hotel Parador La Muralla. Hablamos, entre otras muchas cosas, de cómo afrontaba él las querellas sin arredrarse por encumbrado que estuviese el querellado.

Personaje valiente, pero nunca pendenciero, quiso JC proteger su verdad con uñas y dientes, no consintió la mentira y defendió su razón hasta donde supo y pudo. Nunca se valió de la crueldad, ni empleó la traición, ni la venganza. Lo cual es conveniente recordarlo cuando dentro de dos horas se van a cumplir 11 años de su muerte.

Pero la gracia de Campmany salía a relucir cuando se le preguntaba por su creencia en los gafes. Inmediatamente, se acordaba del ilustre profesor Gennaro Occhipinti -doctor en Ciencias Ocultas y experto en Nigromancia, Jetatura, Quiromancia, Vudú y otras artes esotéricas-, a  quien decía haber conocido durante su estancia en Italia, y contaba historias con las que no había más remedio que reírse a mandíbula batiente.

Por él supe yo, en su día, que manzanillo es el nombre que recibe el peor de los gafes. Manzanillo es un árbol de América del Sur que produce un látex que, lo mismo que su fruto, semejante a una manzana, es 'venenoso'; según los indígenas, la permanencia a la sombra del árbol basta para ponerse en peligro. En tanto y cuanto el árbol, lo más parecido a un olivo, adquiere mayor frondosidad, vida y prestancia. Vamos, que termina viniéndose arriba tras ejercer su cenizo. JC no tuvo el menor inconveniente en deslizar algunos nombres de manzanillos destacados de la España de entonces, durante  nuestra conversación en el hotel de marras.

Pues bien, de haber vivido tan grande periodista y escritor, yo no habría dudado en requerir su opinión sobre algo que viene sucediendo, desde muchos antes del 2005, con Iker Casillas y varios porteros. Me explico: César, guardameta del Madrid que estaba en un momento extraordinario de juego, se lesionó en la final de la Copa de Europa de Glasgow (2014), y lo sustituyó Casillas. Un bote de colonia, que se hizo añicos en un cuarto de baño, trituró un tendón de Cañizares, y acabó con su titularidad en el Campeonato del Mundo de 2015. Y de ello se aprovechó Casillas.

Tampoco conviene echar en saco roto las muchas adversidades sufridas por Diego López y la lesión de Víctor Valdés cuando se disponía a ser titular de la selección española. Y, por último, lo que le ha ocurrido a David de Gea. De este caso, sin embargo, más que de aguafiestas habría que hablar de otras cosas... Pero, chitón, que lo ocurrido ya se sabrá cuando convenga.



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