Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 27 de febrero de 2017

El Madrid gana sufriendo lo indecible



Si hay un equipo en España del cual todos sabemos a qué juega ese es el Villarreal. El equipo castellonense está formado por jugadores solidarios que siempre están prestos a las ayudas, coberturas y relevos. Así que forman un bloque granítico, donde cada componente cumple una misión concreta y además están muy bien dotados técnicamente para hacer uso e incluso abuso de la posesión del balón.

El Villarreal es el equipo que menos goles ha recibido y se distingue por ser un hueso duro de roer en su estadio y lejos de él. No olvidemos el empate conseguido en su visita al Bernabéu. Al equipo dirigido por Fran Escribá le sienta de maravilla que sus rivales jueguen con tres centrocampistas. Pues ellos basan su juego en el dominio de esa zona vital y lo hacen acumulando hasta cinco hombres en dicho espacio.

Bruno aparece como escudo de una defensa de cuatro. Y unos metros por delante de él se sitúan Trigueros y Jonathan. Y a los costados se colocan Samu Castillejo y Adrián. Quedando Bakambu como único atacante. Con ese entramado táctico, que se lo tienen aprendido de memoria,  pusieron al Madrid al borde del abismo.

El Madrid, hasta que llegó el gol de Bale, había sido un desastre en todos los sentidos. Sin orden ni concierto en el medio campo, por inferioridad manifiesta en número de componentes y en juego, ni atacaba ni defendía en condiciones. Y, para más inri, Marcelo, Ramos, y en menor medida Carvajal y Pepe, parecían jugadores vulgares. Así que tanto Castillejo como Adrián daban la impresión de ser estrellas rutilantes de la Liga Santander.

Así que fueron llegando los goles del equipo amarillo. Logrados en los minutos cincuenta por medio de Bakambu y Trigueros. Y todo indicaba que el equipo local podría incluso  marcar más tantos. Pero hete aquí que entre que se lesionó Asenjo –portero- y que Zidane decidió sustituir a Casemiro por Isco, todo cambió radicalmente a partir del gol de Bale.

Fue entonces cuando el Villarreal, ante el desorden atacante del Madrid, se vio obligado a ceder terreno y cuando se percató de su error ya había recibido tres goles un tal Fernández. Que así se llama el guardameta que ocupó el sitio de Asenjo. Al gol de Bale, pues, le siguió el de Cristiano Ronaldo –de penalti- y el de Morata. Quien pudo obtener el cuarto, de no haber errado cuando lo más fácil era introducir el balón en la portería.

Deplorable actuación del Madrid durante gran parte del encuentro. Horrible distribución de sus jugadores en el césped. Pésima la defensa. En la que Ramos y Marcelo fallaban y fallaban y volvían a fallar. Casemiro, si su entrenador no lo remedia, camina hacia la sima por querer hacer lo que no sabe y dejar de hacer lo que sí le conviene a él y a su equipo. Mal Benzema y Cristiano. Bale, en cambio, empieza a dejarse ver con juego y efectividad.

Isco. Su salida al campo fue en esta ocasión un soplo de aire fresco que no sólo le dio la vida a sus compañeros sino que desactivó todo el orden que hasta entonces había mantenido el Villarreal.  El Madrid gano  marcando tres goles en apenas media hora. Ahora bien, su entrenador debe reflexionar sobre los errores que viene cometiendo. Ya que la Diosa Fortuna no estará siempre dispuesta a ponerse de su lado.

Cambios: Isco por Casemiro. Morata-Benzema y Lucas Vázquez por Bale.


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