Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 24 de abril de 2017

El juego del Madrid estuvo plagado de errores

Los errores cometidos por el Madrid resucitan a un Barcelona que llegó al Bernabéu más hundido que el Titanic. Así se las ponían a Fernando VII. Jugarle al Barça sin intensidad en los marcajes y moviendo el balón con parsimonia es, sin duda alguna, facilitarle la victoria. Un equipo que tiene la oportunidad de asegurar la Liga Santander en su casa jamás debe dejarse ganar el medio campo y, por tanto, concederle tantas oportunidades de gol a unos rivales de mucha categoría.

Dejar jugar al Barcelona con tres volantes y con Messi siendo el eje de todo lo que se cocía en el centro del campo es de extrema gravedad táctica. Máxime cuando el Madrid se había adelantado en el marcador por medio de Casemiro. A partir de ahí Zidane se durmió en los laureles, dejando que el equipo azulgrana se hiciera dueño absoluto del balón y del campo. Daba pena ver a Modric, Kroos y Casemiro perder el sitio y la compostura. De tal modo que se veía a una legua que en cualquier momento llegaría el empate.

El gol de Messi en el minuto 32 fue el merecido premio a un equipo que había sido mejor. Porque Casemiro, que jugaba ya coaccionado por una tarjeta, no se atrevía a hacerle un marcaje específico al astro argentino. El cual hacía y deshacía en el césped lo que le daba la gana. Sembrando la inquietud en todas las líneas del equipo blanco. Ramos y Nacho movían el balón sin precisión y de la misma manera lo hacían Modric y Kroos. Ni que decir tiene que Benzema se desenvolvía con lentitud pasmosa y Bale se tuvo que retirar por lesión. Aunque no hizo nada práctico durante el tiempo que estuvo en el césped.

La entrada de Marco Asensio (por Benzema) proporcióno velocidad por su banda y hasta logró asociarse muy bien con Carvajal. Pero Cristiano no acertaba ante un Ter Stegen que, además, volvía a demostrar que es un portero excelente. También Keylor Navas cumplía perfectamente con su cometido. Hasta que Rakitic disparó sin oposición y obtuvo el segundo tanto para su equipo. Por si fuera poco, Sergio Ramos fue expulsado por una entrada a Messi y el Madrid trató de empatar mediante esos arrebatos de juego que son catalogados como épicos.

Fue James, sustituto de Modric, quien nada más entrar en el césped marcó el gol del empate. Tanto que valía un Potosí. Es decir, una Liga. Pero Zidane, en vez de tomar las lógicas precauciones, cuando ya el partido estaba dando las boqueadas, siguió permitiendo que Marcelo continuara jugando a su aire, cuando lo lógico era que el equipo azulgrana buscara el triunfo para seguir optando a ganar la Liga. Y, claro, a Sergi Roberto le dio tiempo a correr por toda la banda de Marcelo como el que pasea por el patio de su casa. Craso error de Marcelo. Y, desde luego, imprudencia temeraria por parte de Zidane. El cual debió situar a su equipo en condiciones defensivas. Pues quedaba un suspiro para su fin.

El triunfo del Barcelona, merecido a todas luces, se basó en que sus jugadores no se vieron casi nunca presionados por los madridistas. Y así pudieron hacer uso y abuso del ritmo que a ellos les convenía. Y, mediante esa forma de actuar, se sintieron no sólo cómodos sino que le permitieron a Messi hacer diabluras en el medio campo. Que es donde se ganan los partidos. En fin: así se las ponían a Fernando VII.

Cambios: Benzema (por Asensio) Casemiro (por Kovacic) James (por Modric) Ramos fue expulsado en el minuto 76.

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