Quienes
se afilian a un partido político pronto se percatan de que sus ideas no son
tan tenidas en cuenta como su apoyo incondicional al grupo o comité que
maneja el partido o la coalición. También llegan con deseos de ocupar algún cargo cuanto antes mejor. Muchos no lo consiguen y asumen su
situación con naturalidad. Y esa forma
de proceder suele ser premiada, salvo raras excepciones, con alguna canonjía o con muestras de agradecimiento.
La
pasión política española es la del
poder, y con tendencia a dejar inmóvil, o insignificante, al adversario. Así que los políticos necesitan
las luchas intestinas para luego
emplearlas contra los contrarios. Tal comportamiento les sirve de entrenamiento. Aunque a veces resulta que los
enfrentamientos van más allá de la primera sangre derramada. De ahí que suelan gritar: ¡Agáchate, que
vienen los nuestros!, frase que se le atribuye a Pío Cabanillas Gallas.
Cuando
alguien decide afiliarse a un partido político, dando muestras visibles de que
su prestigio como profesor o doctor en varias materias es, sin duda alguna,
digno de tenerse en cuenta, no hace sino
poner en guardia a quienes llevan años y años conociendo las reglas
internas. El protagonismo personal de
cualquier recién llegado a la sede, revestido de intelectualidad, suele sentar
como un tiro. Aquí ya nadie representa la novedad.
Por tal
motivo, creo que Carlos Rontomé pecó de
imprudente al declarar, fechas atrás, que su ingreso en el Partido Popular de
Ceuta se debía a la amistad que le une a la secretaria general. Eso sí, bien
pronto aclaró: “No voy a ser un palmero”. Y, claro, metió la pata hasta el
corvejón. Se columpió de lo lindo, vamos. Hasta el punto de que anda en boca de quienes llevan muchos años defendiendo las siglas del partido en el
cual Juan Vivas continúa siendo su mejor activo.
Yo no
tengo el gusto de conocer al señor Rontomé. Pero, debido a sus declaraciones, creo que respira aires de aquellos intelectuales, o cabezas de huevo,
tipo Arthur Schlesinger, que estuvieron al lado de Kennedy en aquel famoso
tiempo norteamericano. Lo cual no es de extrañar siendo licenciado en Ciencias Políticas y Sociología. Si bien a él le agrada más que se le considere
politicólogo.
Precisamente,
por ser Carlos Rontomé un señor licenciado en Ciencias Políticas y
Sociales, amén de otros saberes, no acabo de entender cómo se le ocurrió pensar en voz alta acerca de los 'palmeros' Lo
cual demuestra que la prudencia no es su fuerte. Por esta razón, me atrevo a decir que algunos sin saber tanto como él, pero con experiencia de
partido, jamás habrían sido tan incautos.
Frase.
Los recién llegados a un partido deben plegar oportunamente su cola de pavo real
Frase.
Los recién llegados a un partido deben plegar oportunamente su cola de pavo real
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