Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 17 de mayo de 2017

El Madrid está ya más cerca del título



El amor propio es un curioso animal que puede dormir bajo los golpes más crueles, pero que se despierta, herido de muerte, por un simple arañazo (Alberto Moravia). Es lo que he venido pensando a medida que se ha ido acercando la fecha del partido –Celta-Madrid- aplazado en su día. Desde entonces, y por haber defendido el Madrid sus derechos, el alcalde de Vigo y el presidente del Celta estuvieron esperando su momento para poner de manifiesto que tienen más orgullo que don Rodrigo en la horca.

Es más, desde que se produjo la suspensión del encuentro y se armó el consiguiente revuelo, amenizado por algunas declaraciones desafortunadas por ambas partes, caí en el despropósito de elucubrar lo siguiente -a medida que el Toto Berizzo daba descanso a sus jugadores titulares y echaba mano de los futbolistas considerados reservas-: el excelente entrenador argentino, solo piensa ya en cómo ganarle al Madrid cuando corresponda jugarse un partido que podría ser trascendental para que gane o pierda el equipo merengue la Liga Santander.

Ni que decir tiene que yo he venido luchando, durante todo ese tiempo, para darles matarile a mis pensamientos impuros; impropios de un deportista, aunque esté jubilado. Pero, hoy, visto lo visto, he vuelto a caer en la tentación de creer que el técnico celeste reservaba a sus mejores futbolistas para pasar a la historia como el hombre que fue capaz de cambiar la historia de la Liga Santander a favor del Barcelona. El mejor regalo que podían recibir el alcalde de Vigo y el presidente del club gallego. A quienes, indudablemente, se les hacía la boca agua con la esperanza de lograr semejante hazaña.

Afortunadamente, para quienes somos madridistas, tanto el alcalde como el presidente del Celta de Vigo se han quedado como el lagarto de Jaén. Es decir, inmóviles y tragando quina en un estadio que estaba a mogollón. Un valenciano diría de Abel Caballero y de Carlos Mouriño –alcalde y presidente- que se han quedado a la luna de Valencia. O sea, que se han frustrado las esperanzas que tenían puestas en aquello que deseaban o pretendían: derrotar al Madrid para poner su amor propio a salvo de cualquier duda.

Poco espacio me queda ya para opinar del partido: marcó Cristiano en el minuto 9. Y lo hizo mediante un zurdazo impresionante. Poco a poco el Celta se fue rehaciendo debido a que acumulaban muchos más jugadores que el Madrid en el centro del campo. Iago Aspas abandonaba la banda derecha y se situaba a la altura de Jezabed. A quien nadie le prestaba la menor atención. De modo y manera que el equipo celeste contaba con dos medios centros Wass y P. Hernández. Y a los costados de ambos se situaban los laterales Hugo Mallo y Jonny. Así que Kroos, Modric y Casemiro, haciendo de escudo de la defensa, empezaron a sufrir de lo lindo. Ya que Isco solo miraba hacia adelante y con escasa fortuna. Conviene decirlo.

Nada más comenzar la segunda parte, en la única jugada precisa del malagueño, marcó  RC el segundo gol. Y todo parecía ya encarrilado para el equipo madrileño. Pero un fallo clamoroso de Isco le dio a Guidetti la oportunidad de marcar un tanto que daba esperanzas a los locales. Esperanzas que pronto se vinieron abajo tras la expulsión de Iago Aspas y el tercer gol obtenido por Benzema en el minuto siguiente. El cuarto, en pleno dominio del Madrid, lo obtuvo Kroos en el 88’. El portero del Celta, Sergio Álvarez, evitó una goleada de escándalo. El Madrid está ya más cerca del título.




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