Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 25 de mayo de 2017

Relaño detesta los insultos en el fútbol



Hay una frase que a mí me repatea oírla: Yo me mantengo en mis trece. Porque quien la pronuncia está manifestando que nunca habrá nadie capaz de disuadirle de lo que piensa o dice creer. Semejante obstinación acaba haciendo daño a quien la padece. De hecho, la terquedad debe desaparecer en cuanto haya razones convincentes.

Por ejemplo: fechas atrás, dado que yo soy asiduo lector de Alfredo Relaño -director del diario AS- desde que escribía en El País de Andalucía, en la sección de política, le he leído al maestro lo siguiente: “El fútbol es manto que amortigua todo lo demás. A muchos les parece tonto, pero a mí me gusta salvo cuando acarrea insultos”. El párrafo está espigado de un artículo cuyo título reza así: Esa imagen de Carmena y Ramos.

Inmediatamente, como no podía ser de otra manera, me alegré muchísimo de que tan insigne escritor, periodista y contertulio de lujo en radio, televisión y centros culturales de reconocido prestigio, hubiera detestado el insulto en ese recuadro de opinión tan acreditado y del cual dispone en el periódico dirigido por él.

Y fue entonces, en ese preciso momento, cuando comprendí que AR se había desprendido, al fin,  de esa molesta testarudez que le tuvo mucho tiempo poniendo a José Mourinho como chupa de dómine. Vamos,  como un trapo.  En versión andaluza. Hasta el punto de que estuve tentado, entonces, de dirigirme al director del diario As para decirle que, de seguir en esa línea, bien podría ser calificado de insultón.

He aquí lo que decía el director del diario As, en mayo de 2013, del entrenador portugués: “Mourinho es un borde que no ha ganado tantas cosas como para que se le perdone serlo. Por eso hay tanta gente harta de él”. O esta otra: “Mourinho desoye el ruego de Florentino, un pobre hombre”, mientras  sigue llamándole borde y lo compara con “una llaga en carne viva que huele mal y escuece”.

Borde. Como bien sabe mi admirado Alfredo Relaño, por haber vivido en Andalucía y por su vasta cultura, es palabra medieval, y figura en la crónica del Reinado de don Pedro I, escrita por el canciller don Pedro López de Ayala. “A sodes vos, borde”, dijo el rey don Pedro a su hermano bastardo: Estas palabras fueron las últimas que pronunció don Pedro, ya que el bastardo don Enrique de Trastámara, que iba a parlamentar, se arrojó sobre él a traición, mientras que por detrás le sujetaba el mercenario francés Beltrán du Guesclin, jefe de las Grandes Bandas. Así, pues, borde significa bastardo.

En Andalucía se conserva, pero se ha olvidado su significado prístino, y así borde se entiende en Sevilla como individuo indeseable, malintencionado, insolente. En Córdoba se dice al que es un atravesado, o de intenciones torcidas. En Málaga se dice borde al que es traicionero o tiene tripas por estrenar.

Resumiendo: me alegro de que mi admirado Relaño haya rectificado a tiempo. Pues de haberse mantenido en sus trece, no me cabe la menor duda de que, más pronto que tarde, su prestigio profesional, ganado en buena lid, se habría ido desparramando por la ladera de la más absoluta obstinación. Terquedad que suele causar gastroenteritis. Molestias que, además de darle cabida al malhumor persistente, impiden alternar en restaurantes de muchas estrellas.











No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.