Ricardo Muñoz solía decir que no había mayor logro para un
ceutí que llegar a ser alcalde de su
tierra. De hecho, cuando estaba embargado por la emoción, motivada ésta por
cualquier nimiedad, no dudaba en reconocer que serlo era lo más grande que le
había pasado en su vida.
Eran otros tiempos bien distintos. Pero RM ya hablaba del futuro de Juan Vivas como posible político capaz
de meterse a los ceutíes en el bolsillo, desde el sillón principal del
Ayuntamiento. Mientras que Eduardo
Hernández Lobillo asentía con gestos afirmativos a las palabras del
entonces alcalde de una Ciudad pequeña pero con problemas de urbe grande.
Problemas tan grandes, claro que sí, como para que nuestro alcalde deba revestirse de suma importancia y defienda a Ceuta en Madrid con una entrega
rayana en la discusión agria si hubiera lugar para ella. Todo menos afligirse
ante sus compañeros gobernantes. Pero
hay más: Juan Vivas rige los
destinos de esta Ciudad desde el año 2001. Es decir, que lleva 16 años seguidos
siendo la primera autoridad. Lo cual no es moco de pavo.
Semejante
historial político, enriquecido con muchas mayorías absolutas, deberían influir
en nuestro alcalde para poner el grito
en el cielo de las quejas en la capital del reino por todo lo que viene sucediendo en la frontera. Todo
menos caer en esa postración de docilidad ante quienes les sería imposible
ofrecer una carrera política ganada en las urnas mediante el tirón popular que
tiene Vivas entre sus paisanos.
Ese gancho, ese don de atraer y captar a los votantes, mayoritariamente, por
parte de Juan Vivas, desde hace más
de tres lustros, tendría que ser más que suficiente para que Mariano Rajoy recibiera a nuestro alcalde con el deseo
ferviente de ayudarle a solucionar un problema grave y que le está minando su salud y haciéndole perder el crédito entre propios y extraños. Y sobre todo
está acarreando consecuencias funestas para una Ciudad en la que el comercio
con Marruecos es vital.
Así que sobran ya los rumores acerca de la
división existente entre los dirigentes del Partido Popular de Ceuta. Rumores
enfocados a decirnos que la incapacidad del delegado del Gobierno para
solucionar los problemas del comercio fronterizo, está afectando gravemente al
futuro político del alcalde. Y que semejante pérdida de confianza
repercutirá negativamente en las urnas cuando lleguen las elecciones.
En
política, lo verdaderamente importante cabe en la punta de una servilleta (Iñaki Anasagasti). Importante, en estos
momentos, es que nuestro alcalde se presente en Madrid, haciendo uso de todos
sus atributos, y resuelva de una vez por todas lo que dicen que le está siendo imposible al delegado del Gobierno
(cargo designado a dedo). Y ya verán los dirigentes del PP -en Ceuta- de qué
manera vuelve Juan Vivas a ganarse
la voluntad de los habitantes de una
Ciudad pequeña con problemas de urbe grande.
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