Victoria sufrida del Madrid en el Coliseum Alfonso Pérez

Sevilla y Barcelona sufrieron lo indecible para ganarle al Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez. Y el Madrid ha pasado también las de Caín para conseguir tres puntos de suma importancia para su devenir en la Liga Santander. Lo cual demuestra que el equipo dirigido por José Bordalás es un hueso duro de roer gracias a los conocimientos del juego que tiene su entrenador. Un técnico modesto pero capaz de aplicar en la División de Honor sus saberes adquiridos en las categorías inferiores.

Los jugadores del Getafe combaten de principio a fin en cada partido. Marcan a sus rivales tan encima como para llegar a desesperarlos. Son maestros en romperles el ritmo de juego no sólo a equipos de su mismo nivel sino también a los más encopetados. Algo que llevan sus futbolistas a cabo turnándose en hacer faltas que nunca -salvo excepción- son aparatosas. Tales acciones las ordenan los entrenadores modestos que han de competir en campos complicados en todos los sentidos. 

Podría seguir enumerando una serie de acciones tácticas y estratégicas del equipo residente en el Sur de Madrid, y que de estar dirigido por un entrenador de los considerados de primera fila, seguramente estaría ya condenado al descenso. Y, desde luego, Sevilla, Barcelona y Madrid se habrían paseado en el Coliseum Alfonso Pérez. Pero me veo obligado a contarles lo poquito que hizo el Madrid. Obligado, desde luego, a jugar mejor. Máxime cuando su entrenador ya sabía lo que habían padecido Sevilla y Barcelona.

Mal el Madrid por la banda de Marcelo y Ramos. Horrible los dos. Lo de Marcelo es insoportable. El gol del Getafe -minuto 55-, marcado en propia puerta por Llorente y aun siendo fuera de juego de Molina, cabe achacarlo a que la banda derecha fue un coladero. Dado que el reaparecido Marcelo nunca estaba en su sitio y Ramos fallaba como una escopeta de feria. Los desaciertos de ambos invitaban a los jugadores locales a atacar por ese costado.

El gol de Benzema (minuto 39), tras un medido pase de Marco Asensio, no amilanó al Getafe. Ni mucho menos. Puesto que ni cayó en el desatino ni en las prisas innecesarias. Lo que sí hizo es seguir buscando su gol por el lado de Marcelo. Y, como ya hemos reseñado en el párrafo anterior, acertaron. El Madrid se percató entonces de que se había metido en un berenjenal. Y las imprecisiones salieron a relucir. Hasta el punto de que Cristiano Ronaldo falló clamorosamente un gol cantado.

Llegaron los cambios deprisa y corriendo. Cuando ya se llevaban setenta minutos jugados. Isco, Theo y Mayoral sustituyeron a Marcelo, Lucas Vázquez y Benzema. Un pase de Isco dejó a Cristiano en disposición de marcar el gol de la victoria cuando primaba la angustia en todos los jugadores. Tanto dentro del terreno de juego como en el banquillo. De modo que el gol fue celebrado con una explosión de júbilo similar a cualquiera de los logrados por Sergio Ramos en partidos que ya estaban dando las boqueadas.

Del Madrid me quedo con el buen hacer de Marco Asensio y, cómo no, con lo mucho que promete Achraf. El lateral marroquí parece que lleva jugando en el Madrid desde hace un siglo. Lo cual  me invita a creer que será un futbolista de los que a la chita callando se hagan un sitio en el primer equipo. Eso sí, ojalá que los aduladores de guardia no le trastornen la sesera con los excesivos y continuados ditirambos.