Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 26 de diciembre de 2017

Beatriz

La llamé hace días para felicitarla las fiestas. Pero ha sido hoy cuando he podido hablar con ella. Cuando se lo digo, Beatriz no duda en responderme que ha estado con un amigo fuera de Salamanca y que se lo ha pasado en grande. -Manolo, hacía ya mucho tiempo que yo no vivía una aventura parecida. Es más, ésta ha superado a la que tuve en Ceuta. Que ya es decir.

Te cuento: hay una pareja amiga mía, los dos más jóvenes que yo, que habían decidido en un momento determinado preservar su matrimonio mediante una permisividad comprensiva. Antes que mentirse, traicionarse, "engañarse" en el verdadero sentido del término, tomaron la decisión de concederse unos momentos de libertad, permitirse unas escapadas más o menos placenteras.

Esas escapadas podían durar una tarde, una noche, a veces un fin de semana o una semana de vacaciones en solitario.  En este caso -lo supe porque ellos me pusieron al tanto del hecho en su día -fue el marido el instigador de este sistema y quien llegó a solicitar y obtener el permiso de su mujer para ir a jugar un rato fuera del tálamo nupcial.

Pues bien, el día 22 de este mes coincidí con el matrimonio amigo en la Plaza Mayor. Y entre copa y copa Jorge me tiró los tejos con la aquiescencia de su mujer. Jorge es seis años menor que yo. Y su mujer, Candelaria, diez. En fin, que al principio me lo tomé a broma. Aunque les seguí el juego. Y dos horas más tarde estaba yo pasando por mi casa a recoger las prendas precisas para pasarme dos día fuera de Salamanca con él. Ante la mirada complaciente de ella. Esto es, de Candelaria.

Pero antes de aceptar el compromiso no dudé en hacerle algunas preguntas a Candelaria, pese a que ya la pareja me había informado acerca del pacto y el porqué. Y aprovechando que Jorge estaba saludando a unos amigos, mi amiga me relató lo siguiente: cuando mi marido vino a proponerme lo de la permisividad comprensiva, yo vi el cielo abierto. Puesto que hacía ya dos años que yo se la estaba pegando con un jugador de fútbol.

En suma, Manolo, además de lo mucho que he disfrutado con mi amigo Jorge, he podido comprobar que las mujeres parecen mucho más dotadas para la doblez, que saben cultivar mejor que los hombres su jardín secreto... en secreto. En cambio, los hombres que se sienten engañados por sus esposas suelen precisar que ellos no se habían dado cuenta durante mucho tiempo. Incluso que lo habían descubierto por el chivato que nunca falta en estos asuntos.

¿Algo más que añadir a lo ya dicho, Beatriz?

Por supuesto que sí. Mira, Manolo, si el futbolista con quien mantiene relaciones Candelaria es mejor en el arte de amar que mi querido Jorge, que es todo un espectáculo..., yo soy capaz de todo por negociar con ella un encuentro con ese metegoles.











No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.