Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 19 de febrero de 2018

Gran partido de Marco Asensio en el Villamarín

El afán de competir del Madrid en el primer tiempo duró hasta que Marco Asensio marcó el primer gol del partido. Hasta ese momento el dominio del equipo merengue se mantenía gracias a las intervenciones del jugador mallorquín y a la laboriosidad de Lucas Vázquez. Enfrente se hallaba un Betis que  no ceja en su empeño de representar cabalmente el espíritu romántico de jugar a la ruleta rusa. Y a partir del minuto 15, tras haberse repuesto del gol encajado poco antes, el conjunto verdiblanco se hizo dueño de la situación. Y consiguió dos goles. Obtenidos por Mandi en el 33' y en el 36' por Nacho en propia puerta.

Lo ocurrido durante media hora, y al margen de los dos goles encajados por Keylor Navas, sirvió para comprobar, una vez más, cómo el Madrid desafina en todas sus líneas cuando la labor de conjunto se resiente porque muchos de sus futbolistas incumplen su cometido y dejan ver sus carencias. Por ejemplo: Casemiro ha perdido la disciplina que lo convirtió en pieza esencial del medio campo. De su sobriedad y sentido solidario apenas queda nada. Mandi remató de cabeza entre él y Sergio Ramos en el gol del empate. Lo peor es que el brasileño ha renunciado a ser gregario de lujo. Y eso lo nota su equipo

Sergio Ramos también merece unas palabras. Su gol de cabeza (50') le ha valido, como en otras ocasiones, para que no se hable de su pésima actuación. No llega nunca a tiempo en los cortes. Se despista a cada paso y termina arrollando a los rivales. Bien haría Zidane en sentarse con él en cualquier sala de estar del Bernabéu para hacerle ver detenidamente el vídeo del partido y, naturalmente, sus acciones alocadas. Lleva ya un tiempo sin atreverse a marcar encima a sus oponentes. Y fuera de cacho. Miedo me da lo que pueda hacer Mbppé con él en París.

Marco Asensio fue el mejor de su equipo. Y encima marcó dos goles: el primero y  el cuarto. El jugador balear sigue mostrando su enorme calidad, siempre puesta al servicio de una practicidad incontestable. Sus conducciones con el balón dominado a gran velocidad y sus centros medidos son además de un regalo para la vista un castigo para sus marcadores. Se ha ganado con creces el derecho a figurar entre los once primeros elegidos. 

Gareth Bale ha sido la gran decepción del partido. Su abulia, quizá producida por el enfado de no haber sido titular frente al París Saint Germain, se notó muchísimo. El galés da la impresión de haber perdido la confianza de ZZ y se está comportando en el campo con una desgana irritante. Una actitud tan desesperante como nociva para él y para su equipo. Máxime cuando no deja de ser un futbolista necesario en el Parque de los Princípes. 

Menos mal que en el Benito Villamarín vimos las ganas de Cristiano Ronaldo. Alentado ya por sus goles. Aunque el logrado hoy pudo ser evitado por Adán. Por cierto, el portero bético es quien más está sufriendo en sus carnes ese juego que representa cabalmente el espíritu romántico de su entrenador. Y es que a la larga, encajar muchos goles, es como jugar a la ruleta rusa. Ah, Benzema salió cuando el partido estaba dando las boqueadas y marcó el quinto gol del Madrid. Antes, Sergio León había logrado el tercero de su equipo




















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