Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 19 de marzo de 2018

La memoria

Dice el diccionario que la memoria es la facultad por medio de la cual se retiene y recuerda lo pasado. Sin embargo, por mi experiencia personal, yo sé que mi memoria ni lo almacena todo ni me es totalmente fiel cuando me ofrece algunos contenidos almacenados en forma de recuerdos. No obstante, he podido comprobar últimamente, hablando con dos personas que nada tienen en común y que me han preguntado sobre hechos distintos, lo bien que me ha funcionado en tales casos. O, al menos, así lo creo.

El primero salió a relucir cuando tomaba el aperitivo en la cafetería del Hotel Ceuta Puerta de África, días atrás, con una señora.  Y ésta creyó conveniente, no sé por qué, preguntarme cómo era Aida Piedra; mujer que mandó tela marinera en la política local cuando el GIL y hasta mucho después. Y no dudé en describirla así.

Era una mujer atractiva, muy atractiva. Su cuerpo, en cuanto nos presentaron, me pareció fuerte y hermoso. Con lo cual hombres y mujeres la miraban con codicia. Y ella, recién llegada a Ceuta, formando parte del GIL, supo interpretar a la perfección, durante cierto tiempo, el papel de "Belinda". Parecía sorda y muda. Mientras Antonio Sampietro se la comía con los ojos y daba muestras evidentes de estar colado por ella. Y, claro, tan prendado de ella estaba que acabó arruinado políticamente. Aida Piedra participó en un voto de censura contra el GIL, debido a que estaba de AS hasta el mismísimo.

El segundo recuerdo afloró conversando por teléfono con Manuel Solano Cañado. Quien fuera un extraordinario jugador de fútbol y amigo mío desde el año de la nana. Precisamente, hablando del deporte rey, él se acordó de cuando yo le presenté a Pepe Tous en Mallorca. Corría el año de 1974. Y los dos pertenecíamos a la nómina del Real Mallorca. Y aproveché la ocasión, una vez más, para recordar cómo conocí yo al editor de Última Hora.  Periódico vespertino balear. Pepe era un tío encantador. Y en vista de que la redacción del periódico estaba a la vera del Jaime III, donde yo me alojaba, muchos días tomábamos el aperitivo en la cafetería del hotel.

Un día, Pepe Tous invitó al presidente del Mallorca, Antonio Seguí, a Juan Daniel Pascual, directivo, y a mí, a tomar una copa en su casa. Y allá que nos encontramos con la agradable sorpresa de ser recibidos por Sara Montiel: Antonia para los amigos. Pasamos una velada extraordinaria. Surgieron las anécdotas y la actriz fue la primera que no dudó en amenizar el rato de ocio. Incluso me echo en cara, con su sorna habitual, el tener acaparada la prensa de la Isla con mis declaraciones diarias.

Ah, Sara y yo recibimos los premios naranja y limón por parte de la Asociación de la Prensa. Ella, lógicamente, se hizo acreedora al naranja y servidor al limón. La entrega de premios se convirtió en una fiesta magnífica. Sara Montiel y Pepe Tous formaban una pareja singular.

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