Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 22 de abril de 2018

El Barcelona arrolla y golea al Sevilla

Acoso y derribo del equipo azulgrana a un Sevilla que perdió el oremus desde el comienzo del partido. Los cinco goles encajados por David Soria pudieron ser muchos más. Noche grande de Andrés Iniesta; quien jugó como nunca y salió del terreno de juego, cuando fue cambiado, aclamado por la multitud. Admiración que tiene más que merecida un manchego que es idolatrado por todos los aficionados al fútbol de una España que le reconoce todas las cualidades y virtudes que lo han convertido en un grande de nuestro deporte rey y en persona ejemplar.

Mas para que Iniesta luciera de manera tan extraordinaria, tuvo que contar con la colaboración del entrenador del Sevilla, cabe suponer que por error. De no ser así,  jamás el jugador nacido en Fuentealbilla habría sido capaz de liar la que lió -ayudado por Alba- por la banda de Sarabia y Navas. Y lo peor del asunto es que mientras que Joaquín Caparrós -comentarista de la 1 de TVE- se deshacía en elogios hacia el extremo sevillano, reconvertido en defensa, entre Iniesta y Alba sembraban el caos por esa banda.

Tengo la certeza de que a Vicenzo Montella, entrenador del Sevilla, a partir del quinto gol logrado por Coutinho -de penalti-, lágrimas como peñascos rodaron por sus mejillas. Y no era para menos. Me explico: el entrenador italiano sabía ya entonces que su equipo había cometido muchos errores durante el primer tiempo y además en pocos minutos. Marcó Suárez en el minuto 13, Messi en el 30' y en el 39' Suárez. Y todo los goles fueron obtenidos por los azulgrana por mor de las decisiones equivocadas tomadas por los jugadores hispalenses.

El Barça, tan criticado por su partido en Roma, salió decidido a presionar muy arriba. Un acoso agobiante a la defensa sevillana que ésta no supo combatir. Porque cayeron en el error de querer sacar la pelota jugada en corto en campo propio y cuando se dieron cuenta ya llevaban tres goles en contra. ¿Cómo es posible que un técnico italiano, Montella lo es, tan amante de la practicidad no diera la orden ante aquel asedio azulgrana de alejar el balón del campo propio y salir en bloque hacia el lugar del despeje e inmediatamente presionar ellos en campo del rival?

Yo creo que el técnico italiano, desde su llegada a España, se ha convertido en un purista y por tanto ha asumido que no debe apartarse del ideal estético que prima en España por parecer a sus defensores el único admisible. Que es sacar la pelota jugada desde atrás aunque enfrente haya un rival portentoso y con capacidad suficiente para presionar con tanta insistencia cual peligrosidad. 

En cambio, ese purismo, conocido como tiki-taka, se lo pasó Cillessen en el momento adecuado por la entrepierna. ¿Como? Muy fácil: en vez de jugar en corto con sus defensas, le dio un pase con el pie a Coutinho, un pase orientado, que fue tan bello cual preciso y que tuvo el premio del primer gol de Suárez. Y a partir de ahí los jugadores hispalenses se fueron diluyendo aún más y empezaron a hacer cada uno la guerra por su cuenta. De ahí que Navas hiciera sus cositas para ver si sus amigos le salvaban de la quema. Craso error. Puesto que Iniesta y Alba ya llevaban una eternidad dejando en paños menores tanto a Sarabia como a Jesús Navas. Con movimientos y desmarques apropiados.

Resumiendo: el Barcelona goleó (5-0) al Sevilla. Las lágrimas de Vincenzo Montella, que yo las pude apreciar en una imagen ofrecida por las cámaras de televisión, no deben redimirle de sus errores. Cometió muchos el entrenador italiano. Equivocaciones que fueron decisivas para que su equipo se mostrara tan vulgar como propicio para ser arrollado por los jugadores catalanes. Y, desde luego, esa oportunidad no la podía desaprovechar Iniesta. Pues así se las ponían a Fernando VII.

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