Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 9 de octubre de 2018

Luis Aragonés tenía un carácter especial

La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha homenajeado este martes a Luis Aragonés al cumplirse diez años  de la Eurocopa ganada por la Selección Española, celebrada en Austria y Suiza, en el verano de 2008. La  selección derrotada fue Alemania. El gol del triunfo lo logró Fernando Torres. Pero nunca se olvidará la labor realizada por el entonces seleccionador.

Aprovecho la ocasión para recordar cómo conocí a LA -siendo éste jugador del Atlético de Madrid- en el curso de entrenador nacional en 1973. Pronto me percaté de que era un tipo serio, reponsable, tímido y temeroso siempre de traspasar esa línea tenue que separa lo súblime de lo ridículo. Nada extraño en el mundo del espectáculo. Y el fútbol ya lo era por encima de todos los demás.

El jugador rojiblanco apenas hablaba con nadie. Algunos lo tachaban de antipático. Otros de cascarrabias. Lo cierto es que él se había preocupado de protegerse, con un semblante a la medida,  de quienes lo abordaban como si lo conocieran de toda la vida. Un día me tocó dirigir varios ejercicios correspondientes a faltas sacadas desde distintos puntos fuera del área. Y, lógicamente, lo elegí a él como lanzador. Pues era un un auténtico especialista.

El ejercicio salió bordado. Y a partir de ese momento Luis y yo hablábamos de fútbol a cada paso.  Y descubrí muy pronto que era generoso en la amistad. Y sobre todo destacaba la voluntad que derrochaba para obtener las mejores notas. Hablando un día, antes del comienzo de las prácticas, quedamos enterados de que ambos éramos amigos de dos grandes aficionados del Atlético: Lucio -propietario de Casa Lucio- y Pepe Jímenez, Bigote.

El sorteo de la Copa del Rey emparejó al Portuense con el Atlético de Madrid, entrenado por él. Era el Atlético de Leivinha, Pereira, Leal... Y, lógicamente, nuestras buenas relaciones fueron a más. Y pude comprobar que Luis era un madrileño castizo, auténticamente castizo, y que no necesitaba hacer hincapié en el ejercicio. Gracias a él pude conocer a Santiago Orgaz Verde. Ex jugador rojiblanco, cuya simpatía era arrolladora.

Varias veces coincidí con Luis y Verde en El Puerto de Santa María. Veranos compartidos con Pepe Jiménez. En apuntes de El Rincón de Ceuta, libro escrito hace ya muchos años, cuento varias anécdotas con Aragonés y don Vicente Calderón en el Hotel La Muralla. Donde la expedición del Atlético estaba alojada en agosto de 1982. Pues el equipo rojiblanco participaba en un triangular con el Slovan de Bratislava y la Agrupación Deportiva Ceuta, entrenada por mí.


 








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