Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 29 de octubre de 2018

Resaca futbolística

Getafe-Betis. Bordalás y Setién son dos entrenadores que no se dirigen la palabra desde hace tiempo. La causa de semejante desencuentro fue porque Setién manifesto un día que no deseaba  el ascenso del Alcorcón, entrenado por Bordalás, debido a que no le gustaba la forma de jugar del equipo madrileño. Al entrenador alicantino le sentó como un tiro, como no podía ser de otra manera, el parecer de un compañero que parece haber inventado el fútbol. También creo recordar que el entrenador cántabro le dijo algo parecido a Diego Simeone durante el saludo habitual antes de un partido. Lo cual me hace pensar que el actual entrenador del Betis está obsesionado en demostrar que tiene todo el fútbol metido en la cabeza. Y que no hay más estilo de juego que el suyo. El Getafe, por cierto, arrolló al Betis. Y su fútbol fue merecedor del triunfo.

Arturo Vidal. En la víspera del partido Barcelona-Madrid se me ocurrió decir que, en un momento determinado del partido y si las circunstancias eran propicias, Ernesto Valverde trataría por todos los medios de darle al jugador la oportunidad de enfrentarse al Madrid. Por conocer la aversión que le tiene el chileno al equipo merengue. Y sobre todo para ver si le era posible redimirse de sus conocidas meteduras de pata como consecuencia de no ser titular. Pues bien, nada más salir al terreno de juego y conseguir el quinto gol, el que hacía la manita y colmaba el vaso de las apetencias de todo el barcelonismo y sobre todo del siempre provocador Piqué, los aficionados se olvidaron de la mala educación de Arturo Vidal, premiándole con gritos jubilosos. Y los compañeros, tan molestos con él hasta entonces, según decían, lo colmaron de besos, abrazos y achuchones. No hay quinto malo...

Sergio Ramos. Lleva ya mucho tiempo haciendo declaraciones que no están dentro de sus atribuciones como capitán. Se arroga facultades que no debería tener. Tal vez porque está convencido de que su voz tiene autoridad absoluta dentro de la plantilla. Y dado que nadie le ha parado los pies, tan a tiempo como públicamente, él no ceja en su empeño de airear a los cuatro vientos cuestiones que no le competen. Como ha sido la respuesta a la pregunta de si el Madrid necesita un entrenador con mano dura: "El respeto en el vestuario se gana, no se impone". Y, a renglón seguido, ha rematado su  osadía con esta revolera: "La gestión de un vestuario es más importante que el conocimiento de un entrenador". Y además ha puesto dos ejemplos al respecto: Ancelotti y Zidane. A propósito, yo no creo que a ellos les haya gustado lo más mínimo cómo han sido descritos por el Gran Capitán (!)

Jorge Valdano. Hay que reconocerle su facilidad de palabra. Aunque sus críticos lo tachen de empalagoso. Cierto es que le gusta una metáfora más que a un tonto una tiza. Pero no cabe la menor duda de que su bagaje cultural se debe a sus muchas horas de lectura. Yo supe de él cuando jugaba en el Alavés. Temporada 75-76. Gracias a que el 'Indio Urquía', extraordinario jugador hondureño, que yo había tenido en el Mallorca, era compañero suyo en el equipo vitoriano y solía hablarme del argentino cada vez que se comunicaba con Matamoros; también hondureño y jugador del mallorqueta. Debo decir, sinceridad obliga, que Urquía tuvo siempre palabras elogiosas para  Valdano. Como comentarista de partidos, sin embargo, lo que me extraña sobremanera es oírle decir sin solución de continuidad cosas como que Isco es incapaz de cumplir con los planes previstos por el técnico. Aunque, dentro de su anarquía, todo lo hace bien. Oximoron al canto. El proceder de JV demuestra que su interés radica en ganarse el afecto y la amistad de los futbolistas. Y éstos le corresponden acudiendo prestos al Universo Valdano. Ahora bien, semejante moderación casi nunca puede mantenerse cuando se dirige una plantilla de profesionales de cualquier deporte. Para muestra un botón: procuren ver el trato que le dispensó Pablo Laso a Melwin Pantzar en el partido frente al Monbus Obradoiro. El jugador del Madrid acaba de cumplir dieciocho años.    








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