El Madrid ha tenido potra

Su victoria se ha debido a la mala suerte que tuvo el Valladolid estrellando dos balones en los palos cuando Courtois estaba batido y quedaban doce minutos de partido. Aunque también podría decirse que Solari es un hombre afortunado. Lo segundo sería lo ideal. Puesto que su equipo está necesitado de la protección de la diosa Fortuna para salir del socavón en el cual está metido.

El Valladolid ya me gustó sobremanera cuando empató frente al Español. Y hoy ha vuelto a demostrar que es un equipo bien organizado y que tiene en el contrataque su arma predilecta. Defendiendo en bloque, los pucelanos supieron aguantar sin inmutarse el dominio del Madrid durante media hora. Dominio atropellado y previsible.

Tan previsible como que todo pasaba por los pies de Reguilón y de Marco Asensio. Cuyos centros no encontraban rematadores. A partir de ese dominio esteril y soporífero, de un conjunto que lleva mucho tiempo con el norte perdido, se fue desfondando y hubo momentos en que estuvo a merced de sus rivales. 

La segunda parte fue de mal en peor. Menos mal que la potra, a la que tanto aludía Di Stéfano cuando se ganaba o se perdía por chamba, decidió ponerse de parte del Madrid. Pues el primer gol se debió a un disparo de Vinicius que desvió un defensa y despistó a su portero. Doble suerte para Solari. Por haberse atrevido a darle minutos a un joven brasileño que ha despertado el interés de los aficionados.

De penalti marcó Sergio Ramos el segundo tanto. Ejecución perfecta que vuelve a servir de capa para tapar sus errores defensivos. Bien haría Solari en ver el partido cuanto antes para comprobar cómo el de Camas está casi siempre mal colocado. Tampoco Nacho es ahora mismo ese zaguero que hasta hace poco daba pruebas evidentes de funcionar como un reloj suizo. 

Ganó el Madrid un partido que estaba obligado a ganar. Y lo hizo cuando los pitos en el Bernabéu eran el prólogo de la bronca que se avecinaba en caso de empate. Bien es cierto que tuvo potra. Que lo ganó de chamba. Como dicen en mi pueblo. Pero la suerte también juega. Ojalá que esa ausencia de mala suerte sea la compañera de  Solari toda la temporada.