Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 16 de diciembre de 2018

Vocación de periodista

Llevaba yo mucho tiempo sin tener contacto alguno con FO. De ahí que me haya extrañado muchísimo su llamada telefónica. Y mucho más que, sin siquiera calentar el ambiente de la conversación, me diga que un hijo suyo desea estudiar periodismo y que él está haciendo todo lo posible para disuadirlo. Puesto que su ilusión es verlo ejercer como abogado. Y, a renglón seguido, solicita mi opinión

Lo primero que se me ocurre decirle es que mi parecer carece de todo valor. Dado que yo no soy licenciado en nada. Ahora bien, sí aprendí algo al respecto cuando estudiaba bachillerato en un colegio de jesuitas. Cualquier carrera exige las aptitudes correspondientes. Así que tú sabrás mejor que nadie las que tiene tu hijo.

Mi hijo escribe bien y además sueña con poder contar cosas en los medios de comunicación. Es un chaval que no transige con la mentira de los políticos y mucho menos con la corrupción. De ahí que arda en deseos de convertirse en periodista de carrera para obrar con libertad. Y, claro, esa forma de pensar es la que a mí me está convenciendo de que debo dejarle que estudie lo que él crea conveniente.

Me parece que eso sería lo mejor. Pues considero, FO, que nunca dio buen resultado que los padres, en tales casos, decidan torcer la voluntad de sus hijos. Ahora bien,  en vista de que has mencionado la palabra libertad, tan hermosa como desacreditada, he de decirte que tu hijo nunca la llegará a encontrar como periodista.  Ni tu hijo ni nadie.

FO, alzando la voz, quiere saber por qué...

Te lo explico: los periodistas tienen asumido que están dentro de una profesión en la que aun en el mejor de los casos, se encuentran en libertad vigilada. Un periodista sólo sería libre en el caso de que fuera el dueño del medio de comunicación al que pertenece. Y ni siquiera así.

El periodismo, en cambio,  obliga con el paso de los años a crecer en cultura, experiencia, sabiduría y escepticismo.  Y la columna de opinión tiene convicción y fuerza. Y, naturalmente, cuando a uno le tocan las narices hay que sacar la mala intención. Tú verás, pues, si tu hijo podría dar la talla como periodista. Aunque muchos de los mejores, créeme, no tuvieron que pasar por la Universidad.












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