En la víspera del partido, opiné así: Ante el Sevilla, Santiago Hernán Solari sabe perfectamente que ha de acertar en la alineación y en cómo jugarle a un equipo rocoso (repleto de buenos jugadores y capaz de ganar en cualquier Estadio) para lograr la victoria. Aunque el juego no sea el más apropiado. Puesto que al Madrid actual, con la enfermería a tente bonete, sólo cabe exigirle que obtenga los puntos. De lo contrario, al entrenador argentino le lloverán las críticas acerbas.
Pues bien, Solari acertó plenamente tanto en la alineación como en el estilo de juego. Y su equipo no sólo obtuvo la victoria sino que, además, su juego fue brillante. El mejor que le hemos visto hasta ahora. Y conviene decir cuanto antes que ha sido gracias al valor demostrado por el técnico argentino. Puesto que no es fácil, entre otras cosas, relegar a Marcelo al banquillo y colocar en su sitio a Reguilón: jugador del Madrid-Castilla hasta hace nada y menos.
Con Reguilón actuando con la sobriedad que le caracteriza y su disciplina espartana como marcador, la mejora de Ramos se vio a la legua. De ahí que Ben Yedder y André Silva, dos delanteros de fuste, fueran anulados por la defensa merengue. Tampoco Navas, a veces preocupado por la velocidad de Vinicius y otras porque el reseñado Reguilón no dejaba el menor hueco para las correrías del futbolista nacido en Los Palacios, lograba conectar con Sarabia. Si a ello le únimos el excelente partido de Modric, dentro de un destacado comportamiento generalizado de sus compañeros, es comprensible que el equipo hispalense saliera derrotado del Bernabéu.
En la primera parte, el Madrid dominó durante veinte minutos. Pero careció de remate y pecó también de descuidar el marcaje de Banegas. Quien trataba por todos los medios de auxiliar a sus tres centrales en la salida del balón. Por cierto, tres defensas que jugaron todo el encuentro sin nadie a quien marcar. Lo cual invita a pensar que Machín estaba en las musarañas. Algún ayudante debió decirle que el cerrojo estático está pasado de moda. Menos mal que el partido se igualó y Escudero tuvo el gol en sus botas como antes lo había tenido Vinicius.
La segunta parte fue de dominio intenso del Madrid. Con dominio del balón y moviéndolo con celeridad. Con Modric agigantado... En torno al croata el equipo no desmayó nunca y fueron llegando las ocasiones de gol. Ceballos estrelló un balón en la madera. Y Machín prescindió de Ben Yedder y André Silva. Pero ni Promes ni Munir proporcionaron ninguna mejora. El premio al dominio del Madrid lo obtuvo Casemiro. Tras un disparo impresionante. Corría el minto 77 y el Sevilla, tras forzar dos saques de esquina seguidos, no dio señales de vida.
La guinda al magnífico partido del equipo merengue la puso Modric. Robando un balón en campo contrario y marcando un gol de fábula. Premio, sin duda alguna, a una actuación espléndida. El resurgir del croata ha llegado cuando más lo necesitaba su equipo. Y sobre todo Solari. Merecedor, sin duda alguna, de lo acontecido hoy. Por haber tomado decisiones arriesgadas..., con valor sereno y sin perder la compostura en ningún momento. Comportamiento nada fácil cuando se le está sometiendo a una persecución sañuda. Como es su caso.
En la primera parte, el Madrid dominó durante veinte minutos. Pero careció de remate y pecó también de descuidar el marcaje de Banegas. Quien trataba por todos los medios de auxiliar a sus tres centrales en la salida del balón. Por cierto, tres defensas que jugaron todo el encuentro sin nadie a quien marcar. Lo cual invita a pensar que Machín estaba en las musarañas. Algún ayudante debió decirle que el cerrojo estático está pasado de moda. Menos mal que el partido se igualó y Escudero tuvo el gol en sus botas como antes lo había tenido Vinicius.
La segunta parte fue de dominio intenso del Madrid. Con dominio del balón y moviéndolo con celeridad. Con Modric agigantado... En torno al croata el equipo no desmayó nunca y fueron llegando las ocasiones de gol. Ceballos estrelló un balón en la madera. Y Machín prescindió de Ben Yedder y André Silva. Pero ni Promes ni Munir proporcionaron ninguna mejora. El premio al dominio del Madrid lo obtuvo Casemiro. Tras un disparo impresionante. Corría el minto 77 y el Sevilla, tras forzar dos saques de esquina seguidos, no dio señales de vida.
La guinda al magnífico partido del equipo merengue la puso Modric. Robando un balón en campo contrario y marcando un gol de fábula. Premio, sin duda alguna, a una actuación espléndida. El resurgir del croata ha llegado cuando más lo necesitaba su equipo. Y sobre todo Solari. Merecedor, sin duda alguna, de lo acontecido hoy. Por haber tomado decisiones arriesgadas..., con valor sereno y sin perder la compostura en ningún momento. Comportamiento nada fácil cuando se le está sometiendo a una persecución sañuda. Como es su caso.
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