El tema de los entrenadores mayores y castizos

Personalizar es necesario, de lo contrario escribir artículos no tendría el menor interés. Así que quienes emitimos pareceres, sobre todo futbolísticos, tenemos asumido que estamos tan expuestos a la crítica como a la gripe. Miguel Delibes, el gran escritor vallisoletano, dijo en su momento: "Hace unas semanas publiqué un intrascendente artículo sobre fútbol y puedo asegurar que en treinta años corridos que llevo en este oficio de emborronar cuartillas nunca un trabajo mío ha desencadenado un tan abundante número de réplicas...".

Y es que un buen escritor no es necesariamente un buen crítico de fútbol, como un buen borracho no es necesariamente un buen encargado de bar. Pero hay quienes se obstinan en contarnos el cuento del alfajor, cada dos por tres, en relación con una actividad deportiva que la conocen de oídas y además, en bastantes ocasiones, suelen hablar por boca de otros. Vamos, que se adornan con plumas ajenas. 

Creo haber dicho, en varias ocasiones, que soy lector de El diario As, y sobre todo de lo que escribe su director: Alfredo Relaño. Destacada figura del periodismo, pero muy dado a torear a toro pasado. Lo cual es posible que uno sea más listo, pero tiende a la pedantería. Verbigracia: aprovechando que se han clasificado cuatro equipos ingleses para cuartos de final de la Champions League, el insigne director se ha permitido el lujo de expresarse así.

-Hace unos pocos años, la Premier League estaba aún adormecida en manos de técnicos mayores, tipos castizos, de viejos métodos y latiguillos graciosos, en la prensa.

Y no duda en resaltar la labor de Guardiola, Klopp, Pochettino y del recién llegado Soljsjaeker.  Pues bien, los tres primeros, a pesar de que llevan ya varias temporadas dirigiendo a equipos presididos por personajes más ricos que Creso, no han sido capaces de ganar todavía el más preciado trofeo de Europa -y si me apuran, del mundo- con clubes ingleses.

Por su profesión y, cómo no, por ser un extraordinario gestor de empresas de comunicación y un documentalista excepcional, el señor Relaño conoce perfectamente la evolución que se ha producido en el fútbol. En todos los sentidos. Y de ella se están aprovechando los entrenadores correspondientes a la época que les ha tocado vivir. De vacas gordas, como diría cualquier castizo de los denostados por el director del diario As.

Creo conveniente recordarle al señor Relaño que, no hace muchos años, entrenar en la Primera División Española nada más que estaba al alcance, salvo raras excepciones, de técnicos mayores, tipos castizos, de viejos métodos y latiguillos graciosos, en la prensa. Mientras que a la promoción de entrenadores jóvenes con el oficio bien aprendido desde abajo y que, en no pocos casos, eran hasta cultos, se les cerraba el paso porque eran incapaces de bailarles el agua a los gurús de entonces. Cuyos nombres siguen siendo de dominio público, aunque estén retirados o se hallen viviendo en ese lugar del cual no se regresa. Y, si mal no recuerdo, el Madrid ganaba Copas de Europa con Miguel Muñoz.