Ramos parecía un personaje de Valle-Inclán

No era mi intención opinar hoy sobre Sergio Ramos. Pues antes de convertirme en espectador de su presencia en Real Madrid TV, para dar su versión acerca de lo sucedido entre él y Florentino Pérez, motivado por sus deseos de marcharse a China, yo ya había escrito el artículo de hoy. Pero he aquí que me dio por no guardarlo como mandan los cánones del ordenador y cuando quise publicarlo me llevé un chasco morrocotudo. Y me he visto obligado a contar lo que no quería.

La comparecencia del Capitán del Madrid en rueda de prensa fue una mamarrachada. Una ridiculez que no hizo más que perjudicar a su equipo. Sus respuestas a las diferencias que ha venido manteniendo con el presidente fueron esperpénticas. Esperpento, como bien saben ustedes, fue un género teatral en que se deforma sistemáticamente la realidad, exagerando sus rasgos grotescos y burdos. Don Ramón María del Valle Inclán, su autor, habría visto en Ramos el actor ideal para interpretar ese papel.

El Capitan del equipo blanco dijo cosas que invitaban a la risa. Al cachondeo, vamos. Ante la incredulidad de numerosos periodistas que habían acudido a la cita. Quienes tuvieron un comportamiento ejemplar.  A cualquier otro le habrían apretado las clavijas. Lo habrían tratado con la severidad que reclamaban las respuestas de alguien que parecían dirigidas a personas tontas del bote. ¡Qué bochorno!...

Acerca de irse a China dijo textualmente: "Antes de irme a China jugaría gratis en el Madrid". A cada paso decía que Florentino Pérez es como si fuera su padre. Y que entre padres e hijos hay discusiones. En este caso, las diferencias con su padre, o sea, Florentino, se habían suscitado porque él se había dado cuenta de que no le trataba como era habitual. Y, claro, quiso solucionar ese desapego para que los periodistas no le molestaran durante el verano. Y, naturalmente, en su boda.

Estuvo a punto de jurar por sus muertos que él jamás había pedido un aumento de salario. Porque está muy contento con lo que gana. Dado que mentía más que un político en campaña electoral, los periodistas le preguntaron por la lesión que le había mantenido fuera de las alineaciones de Zidane. Y no dudó en decir que habían sido tres. Debido a sus deseos de jugar frente al Athletic y luego antes al Betis. Y que los médicos le aconsejaron que no lo hiciera. 

Eso sí, antes de acudir Ramos a la sala de prensa de Real Madrid TV, los periodistas de bufanda estuvieron dorándole la píldora al Gran Capitán mientras que proyectaban las imágenes de sus entrenamientos. Duros como el pedernal. Y de los que el jugador de Camas dijo que le servirían para jugar con la Selección y así despedirse en el Bernabeú de su público hasta la próxima temporada. En fin, que Ramos estuvo peor que Cagancho en Almagro.  Así que flaco favor le hizo al Madrid.

Yo no creo que Florentino Pérez haya quedado satisfecho con la actuación del Capitan del Madrid. Por más que quiera al de Camas como si fuera un hijo. Es verdad que hay amores que matan. Y las declaraciones de Ramos fueron esperpénticas. Impropias de un jugador que lleva la tira de tiempo en el mejor club del mundo. Y que suele codearse con personas capaces de mentir bien. La temporada del equipo blanco ha sido mala de solemnidad. Y cuando todo se iba calmando, cuando ya los madridistas pensaban en el fichaje de Hazard, aparece el de Camas para poner el mingo. ¡Qué horror!