Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 27 de agosto de 2019

Francisco Sevillano Cuevas


Historia de nuestro fútbol es un libro correspondiente al Écija Balompié y que lleva ya muchos años afincado en los anaqueles de mi modesta biblioteca. Me lo regaló un gran amigo astigitano y lo conservo como oro en paño. Aunque no pueda ni quiera evitar, nada más tenerlo entre mis manos, que mi memoria se centre en José Herrainz: cuyo corazón dejó de latir hace ya algunos años acuciado por los nervios producidos por la responsabilidad contraída con el club que amaba por encima de muchas otras cosas.

El motivo de ojear el libro escrito por José Luis Gómez Asensio, Luichi, en estos momentos, se debe a la necesidad que tengo de comprobar algunas circunstancias de las ocurridas durante mi estancia como entrenador del equipo de fútbol de una tierra donde los entrenamientos nocturnos eran necesidad de primer orden, durante la pretemporada, para evitar achicharrarnos en la conocida como la "Sartén de Andalucía".

Mi primera etapa con los ecijanos fue avanzada ya la temporada 70-71. Con el fin de salvar la categoría. Misión que fue cumplida. La 72-73, sin embargo, la comencé pero en el mes de febrero, siendo líder de nuestro grupo, llegué a un acuerdo para incoporarme a la S D Ibiza. Equipo que no lograba salir de los puestos de descenso en el grupo baleárico-valenciano-catalán. Una situación que el entonces su presidente de honor, el todopoderoso Abel Matutes, no podía permitir.

Aproveché la ocasión para reforzar al conjunto ibicenco con tres futbolistas del equipo astigitano. Solano, Ricardo y Sevillano. Y lo hice dialogando con una directiva con la que era fácil entenderse. Así que los tres jugadores aterrizaron en aquella Ibiza donde el movimiento hippy estaba en su apogeo. Y en la que sentarse en la terraza de la Cafetería Hotel Monte Sol era un placer para la vista.

El rendimiento proporcionado por ese trío de jugadores fue extraordinario. Y las victorias comenzaron a producirse dentro y fuera de la isla. Hasta el punto de que el  alcalde ordenó que la banda municipal amenizara con pasodobles nuestra llegada al aeropuerto -de Es Codolá- después de cada triunfo. En la S D Ibiza estuve parte de esa temporada y la siguiente. Y creo que lleva razón mi amigo LS al decirme que estoy siendo muy cicatero al no escribir acerca de aquella plantilla que logré reunir. Así que le he prometido hacerlo cuanto antes.

Si bien hoy aprovecharé la ocasión para mencionar a Francisco Sevillano Cuevas, Sevillano.  Defensa Central que jugaba como los ángeles. Si es que los ángeles juegan al fútbol. Nacido en El Puerto de Santa María, a Sevillano lo llevé yo a Ibiza convencido de que causaría sensación. Así que las exigencias, debido a mis declaraciones, fueron máximas desde el día de su presentación. A Sevillano le permitía yo sacar el balón jugado desde atrás aunque estuviera rodeado de adversarios. Y, por si fuera poco, se permitía el lujo de convertirse en mediocentro organizador cuando los rivales jugaban con un solo hombre en punta. Y hasta  marcaba goles.

En aquella época, dado que De Felipe -exjugador del Madrid- tenía negocios en la isla, no era extraño verlo en el campo de fútbol. Un día coincidí con él en Can`Alfredo: restaurante situado en el Paseo Vara del Rey. Y me habló de lo mucho que le había gustado la actuación de Sevillano en el partido frente al Barcelona Atlético. También se acordaba de los recursos que había demostrado el zaguero ibicenco ante el Levante, dos semanas atrás. Y acabó opinando: "Yo creo que este chico no está en Primera División porque juega demasiado bien para ser defensa".









 








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