Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 25 de agosto de 2019

Valdano: seductor de profesión


Jorge Urquía, de sobrenombre 'Indio Urquía', fue un jugador hondureño a quien yo tuve en el Real Mallorca antes de ser traspasado al Deportivo Alavés. Donde coincidió con Jorge Valdano (temporada 1975-76). Mi amistad con el jugador hondureño -internacional indiscutible- era motivo suficiente para que cada equis tiempo me llamara por teléfono para contarme cómo le iban las cosas en Vitoria.    

Recuerdo que una vez le pregunté por las cualidades que adornaban como futbolista al argentino. Quien ya destacaba sobremanera en el equipo alavesista. Y Jorge Urquía me lo definió con brevedad. En cambio, no dudó en destacar a su compañero por la voluntad que mostraba cada día para ilustrarse mediante la lectura. Y a fe que el jugador argentino logró lo que deseaba: saber hablar. Y además imponer su estilo, no por lo que dice, sino por cómo lo dice.

Jorge Valdano es un ejemplo de autodidacto. Con todos los defectos y virtudes que tienen las personas instruidas por sí mismas. Pero que son dignas de encomio. Sobre todo por la voluntad y los sacrificios que han derrochado para cultivarse. Con el siguiente valor añadido: nunca dan por finalizada su formación. Aunque sea a costa de que sus ojos terminen arrasados antes de tiempo. Lo cual no deja de tener sus riesgos.

Válgame el introito como respuesta a un conocido que no ceja en su empeño de acusarme de tenerle fobia a Jorge Valdano. A pesar de que no pocas veces le he dicho, con el debido respeto, que sería imposible que yo sintiera aversión por un deportista que sabe hablar. Que sabe decir las cosas más banales de manera interesante, y las cosas aburridas, de manera agradable. Y Valdano es un seductor de profesión. Por tener lo que se llama "estilo oratorio". Y "el estilo lo es todo", como afirma el gran estilista francés Flaubert.

Ahora bien, la elocuencia de Valdano no es suficiente para que yo acepte opiniones suyas basadas en querer defender lo indefendible. Por ejemplo, a cuento de qué insiste en decirnos como comentarista de los partidos del Madrid que Isco actúa como un 'alma libre'. En vez de decirnos que se niega rotundamente a cumplir con las obligaciones que le exige su entrenador. Cuando la verdad del asunto es la siguiente.

-Isco Alarcón va por libre. O anda por libre. Es decir, que no se somete a la misión concreta que sus entrenadores le exigen cuando, verbigracia, le asignan como cometido actuar en la demarcación de mediapunta o segundo delantero. Que es, según dicen los que saben, el espacio que más le favorece a sus cualidades. Y mi pregunta es: ¿hasta cuándo Jorge Valdano va seguir contándonos, con su indiscutible labia, lo que no deja de ser el cuento del alfajor sobre Isco?  Futbolista sobrevalorado hasta la náusea.

También sería conveniente que un autodidacto como JV, tan valorado por lo que dice y sobre todo por cómo lo dice, dejara de una vez por todas de destacar todas las intervenciones de Ramos aunque muchas de ellas acaben como la de ayer frente al Valladolid. Fallando el Gran Capitán en todos los sentidos. En casos así, conviene recordarle a Valdano que ser un seductor de profesión, mediante la palabra, no le concede el derecho de ponerse siempre de parte de los futbolistas que gozan de privilegios en los medios de más tirada.        








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