Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

José Martínez Sánchez, Pirri


Me llama el amigo de turno, cuyo madridismo le impide conciliar el sueño cuando su equipo no carbura -imagínense ustedes lo mal que lo está pasando-, para recabar mi opinión acerca de si el Madrid necesita un mediocentro, tal y como lo viene anunciando la prensa deportiva. Y le digo que sí... Siempre y cuando exista en el mercado alguien con las mismas cualidades que atesoraba José Martínez Sánchez, conocido deportivamente como Pirri

La sorpresa de mi amigo se manifiesta mediante el silencio. Finalizado su mutismo, reconoce que él no tuvo la oportunidad de ver jugar mucho a Pirri y que, por tanto, no se atreve a emitir su parecer. Debo aclarar que mi interlocutor es doce años menor que yo. Así que decido recordarle cómo era el jugador nacido en Ceuta. Y del cual he escrito y hablado en muchísimas ocasiones. Incluso contando la siguiente anécdota.

Corría el verano de 1964. José Sánchez Pérez, más conocido como Trompi, me había invitado a tomar una cerveza en el Bar Club, situado en el pasaje Matheu de Madrid. Trompi había jugado con el Granada cuatro temporadas en Primera División y había sido entrenador del futbolista caballa en el Recreativo Granada. De pronto, Pirri apareció en el local. Tras los abrazos de rigor entre ambos, Trompi, que ya estaba enterado de que el Madrid lo había contratado, le preguntó con su habitual casticismo: "¿Qué se te ha perdido a ti en Madrid?".

Pirri dijo: "He venido porque me ha fichado el Real Madrid".

Tras despedirse de nosotros el jugador, Trompi aseveró: Éste niño, en cuanto Miguel Muñoz le dé una oportunidad, será titular indiscutible. Y así fue: debutó, por lesión de Ferenc Puskas, en un partido frente al Fútbol Club Barcelona en noviembre de ese año. Y permaneció en el Madrid hasta 1980. Su retirada del fútbol se produjo en El Puebla Mejicano, dos años más tarde. Yo escribí entonces de la nostalgia que me había producido la noticia. Porque se marchaba un grande del fútbol.

Te cuento, le digo a mi amigo: Pirri ha sido una figura indiscutible de nuestro fútbol. Y, aun así, parece que la categoría del exmadridista sólo da para comentarios basados en la enorme entrega que ponía a contribución de su equipo. Verdad es, faltaría más, semejante reconocimiento; tan verdad como cicateros para el elogio son quienes lo enjuician de tal manera. En ocasiones, cuando leo lo que se escribe sobre este jugador, hasta pienso que semejantes opinantes bien pudieron no haberlo visto jugar nunca.

Jugador extraordinario por su comportamiento táctico, pues conocía cómo situarse en todas las zonas del terreno de juego, actuaba en cualquier puesto de la defensa y del centro del campo, e incluso se convertía en ariete, cuando la ocasión lo requería. Dominaba el juego aéreo; golpeaba el balón, aun siendo diestro, con la izquierda; y apenas recurría al recurso del regate porque desbordaba en carrera y siempre buscando el marco contrario. Dechado de profesional, no sé por qué causa le niegan los adjetivos que, luego, despilfarran en favor de cualesquiera medianías.  

Antes de que mi amigo -cuyo madridismo le impide conciliar el sueño cuando su equipo no carbura- reaccione, le hago la siguiente pregunta: ¿Tú crees que en el fútbol actual hay algún jugador que se parezca en algo al que te acabo de describir? El silencio es lo que impera al otro lado del teléfono.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.