Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 28 de noviembre de 2019

Moreno y Luis Enrique no deberían darle más a la sinhueso


Aún no sé la respuesta que le habrá dado Robert Moreno a Luis Enrique. Pero sea la que fuere, debido a las declaraciones del asturiano, sigo pensando en que el técnico catalán perdió los papeles en Cádiz cuando le comunicaron que no seguiría como seleccionador. En ese momento debió conservar la calma y guardar el silencio correspondiente. Y no representar un drama teniendo a los futbolistas como espectadores.

Cierto es que Rubiales y Molina, los dos mandamáses de la Real Federación Española de Fútbol, no supieron hacer las cosas bien desde el principio, para evitar que se torcieran, porque una vez torcidas es difícil corregirlas. Tal vez porque desconocían que la reacción de Robert Moreno iba a ser más o menos la de un niño a quien le quitan su juguete preferido. Lo cual no les exime de la parte de culpa que les corresponde.

Robert Moreno, quizá adulado excesivamente por algunos jugadores con mando en la Selección, se hizo a la idea de que tenía el puesto asegurado. Y le pudo la ambición y la prisa...  Yo conservo como oro en paño lo que José Luis Alvite decía sobre ella: "Yo siempre he creído que la prisa echa a perder la elegancia y que ni siquiera en la circunstancia de un naufragio hay que perder la compostura. El general George Patton pudo haber entrado en la Historia como un tipo elegante si no fuese porque le corría prisa por ganar la guerra". 

Aunque también sería pecar de parcialidad -en un caso que se ha enquistado y que ya le está haciendo daño tanto a Luis Enrique como a Robert Moreno, a los dirigentes de la RFEF y a los jugadores que vayan a ser seleccionados- no decir ni pío de cómo el amor propio de Luis Enrique le hizo largar más de la cuenta. Y es que el amor propio es un curioso animal que puede dormir bajo los golpes más crueles, pero que despierta herido de muerte por un simple arañazo. (Alberto Moravia, La romana, 1947).

En fin, Luis Enrique y Robert Moreno no deberían darle más a la sinhueso. No vaya a ser que el enfrentamiento verbal repercuta negativamente en los dos. Quien más tiene que perder en el envite es RM.  Y sé lo que digo. Verbigracia: estar enfrentado a los dirigentes de la RFEF no es ni agradable ni rentable. Máxime si se tienen aspiraciones de entrenar en La Liga Santander. Pues la sombra del poder es alargada.










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