Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 25 de noviembre de 2019

Rafael Nadal: la mejor marca que tiene España


Los partidos de la Copa Davis, celebrados en la Caja Mágica, me han hecho perder horas de sueño que no debo permitirme. Pero semejante sacrificio ha merecido la pena. No cabe la menor duda de que hemos asistido a una fiesta internacional del tenis. En la cual ha reinado Rafael Nadal. Quien sigue acumulando éxitos como si tales logros fueran coser y cantar. Hasta el punto de que cuando pierde, que son pocas veces, llegamos a enfadarnos porque nos tiene mal acostumbrados.

El paso de los años y las lesiones parecían indicarnos que la carrera del tenista, nacido en Manacor, estaba ya al borde del declive. Así que dábamos por hecho que le sería imposible tratar de superar todo lo realizado por Federer. Aspiración justa. Incluso que ya no tenía nada que hacer en los enfrentamientos con Djokovic. Y sobre todo que acabaría siendo engullido por los cuatro o cinco tenistas que llegaban con la edad en la boca y talento para dar y tomar. Pues bien, nada de eso ha ocurrido.

Quienes así pensábamos, aunque fuera internamente, debemos reconocer que somos hombres de poca fe. Por no haber creido que Nadal podía mejorar muchos aspectos de su juego. Y a fe que lo ha ido haciendo sin perder un ápice de las cualidades que ya atesoraba y que le habían convertido en un as de un deporte que él ha sabido mantener en la cresta de la ola. A la par que se iba convirtiendo en un personaje querido y admirado por su comportamiento tanto en las victorias como en las derrotas. Ambas situaciones no son fáciles de digerir.

Los éxitos de Rafael Nadal Parera son merecidos. Merecidísimos... Su carrera como deportista es, sin duda alguna, una historia repleta de triunfos y de buenos modales. Todo un ejemplo para los jóvenes. Que ha de explicarse donde se tenga la certeza de que acabará germinando esa semilla de tan excelente deportista.

El temple es la calma, ese saber recrearse en la suerte cuando las cosas se tuercen. Rafael Nadal es fuerte, sereno, calmado, de una amplia sonrisa y mirada enérgica. ¿Elegante? Sí; claro que sí...  Su elegancia es interior. Su imagen es magnífica. La mejor marca que tiene España. 











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