Acabo de releer La faz de España. Es un libro de viajes en el que tienen cabida todo tipo de comentarios de Gerald Brenan, desde las anécdotas de tipo personal hasta consideraciones de carácter político y económico, sin olvidar numerosas apreciaciones del patrimonio artístico español. El viaje del escritor se extiende por tierras de Andalucía, Extremadura y La Mancha, iniciando y finalizando su recorrido en Madrid.
Gerald Brenan, enamorado de España, la recorre durante la posguerra: relatando su miseria, la represión, el aislamiento internacional y el estraperlo a finales de los años cuarenta. El retrato que hace el hitoriador británico es tan duro como real... Así que no tengo más remedio que aceptarlo por haber vivido esa época con la curiosidad que suele proporcionar la temprana adolescencia. Pero no se trata de ahondar en la forma de vida marcada por unos años más duros que el pedernal, no; sino de espigar algunos pareceres emitidos por el escritor.
Gerald Brenan destaca lo mucho que nos gusta hablar de política. Pero que nos pierde el fanatismo con el cual nos expresamos. Reconoce que no es juicioso discutir con los españoles acerca de sus propios asuntos. Y lo explica así: Si uno le dice a un conocido que si los Militares y la Falange no se hubieran alzado en julio de 1936 no se hubiera producido aquella terrible guerra, el otro hubiese respondido que los mineros asturianos se habían alzado en 1934. Y que en 1931 se quemaron muchas iglesias... Con lo cual se hubiera podido ir retrocediendo en la historia hasta las Guerras Carlistas y la Constitución de Cádiz, con un acto de provocación conduciendo a otro.
GB remata la faena con la siguiente revolera: "Quizás algún día los españoles se den cuenta de que a largo plazo se pierde más en las luchas que en los compromisos, y vean que en sus asuntos cuanto más grande es la victoria hoy mayor será la derrota mañana. No hay ningún péndulo tan monótono como el español".
Frase
"Uno de los placeres de vivir en España es la dilatada sensación que nota uno del paso del tiempo".
Gerald Brenan destaca lo mucho que nos gusta hablar de política. Pero que nos pierde el fanatismo con el cual nos expresamos. Reconoce que no es juicioso discutir con los españoles acerca de sus propios asuntos. Y lo explica así: Si uno le dice a un conocido que si los Militares y la Falange no se hubieran alzado en julio de 1936 no se hubiera producido aquella terrible guerra, el otro hubiese respondido que los mineros asturianos se habían alzado en 1934. Y que en 1931 se quemaron muchas iglesias... Con lo cual se hubiera podido ir retrocediendo en la historia hasta las Guerras Carlistas y la Constitución de Cádiz, con un acto de provocación conduciendo a otro.
GB remata la faena con la siguiente revolera: "Quizás algún día los españoles se den cuenta de que a largo plazo se pierde más en las luchas que en los compromisos, y vean que en sus asuntos cuanto más grande es la victoria hoy mayor será la derrota mañana. No hay ningún péndulo tan monótono como el español".
Frase
"Uno de los placeres de vivir en España es la dilatada sensación que nota uno del paso del tiempo".
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