Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 21 de agosto de 2020

Caras de izquierdas y de derechas

De vez en cuando suelo hojear Así Está España: título del libro publicado por Emilio Romero en 1988. Hoy, sin embargo, le he vuelto a dedicar atención a El obligado arte de la seducción pública. Que así encabeza uno de sus capítulos quien fue un excepcional analista político. El maestro Romero nos dice que una cosa portentosa en nuestro país son los semblantes y las características de las personas, en razón de las ideas políticas. 

Y emite su parecer con ejemplos de la época: Rosa María Mateo -esa buena locutora de Televisión tiene cara de izquierdas y puede ir en una manifestación entre Nicolás Redondo y Marcelino Camacho. Pero Angeles Caso -que no sé las idea que asume- tiene todas las características para ir en una manifestación de derechas. Enrique Curiel no tiene cara de comunista o de izquierda, sino que luciría mucho de secretario general del PDP; mientras que José Antonio Segurado, líder del Partido Liberal, tiene una imagen de comunista o anarquista de aquellos años de la Revolución del 17.

Aunque las barbas han trastornado bastantes las cosas. En los comienzos de la transición, las barbas eran de la izquierda, y ahora hay barbas en chicos o en políticos de la derecha, que les ponen encima unas características de progresismo. El derechista, sigue diciendo ER, se aparecía antes como moderado, pálido, sonriente, a veces guapo, y bien educado. El izquierdista era moreno, iracundo, crispado, bajo de estatura, a veces con los ojos azules, mal trajeado y soñador. Las cosas han cambiado un poco ahora, pero todavía se conserva algo.

De vivir don Emilio, tendría que reconocer que el cambio que se ha producido ha sido total. Verbigracia: el semblante de Pedro Sánchez es tan de derechas que en algún momento de su trayectoria política, tengo la certeza de que habrá estado tentado de dejarse la barba para disimular. En cambio, Pablo Iglesias tiene una cara de comunista  y de anarquista de aquellos años de la revolución del 17. Pablo Casado, sin embargo, tiene una imagen corporal tan derechista, que a veces anda bamboleándose como lo hacía Fraga por padecer una leve cojera.

El presidente del Partido Popular, quizá asesorado en ese menester, decidió meses atrás dejarse la barba. Lo cual propició el debate adecuado a tan inesperada decisión. Mas la barba le duró a Casado nada y menos. Y no sé por qué. La primera barba, la barba que se abrió camino entre todas las caras rasuradas, fue la de Fidel Castro. 

¿Qué quería decir la barba de Fidel? La historia es conocida: "No me afeitaré -vino a decir- hasta que Cuba sea nuestra. Una barba de espera y de esperanza, de combate y de emplazamiento, que nada tenía que ver con las barbas  de los godos ni con las del prestigio del siglo XIX. Por eso fue la de Fidel la primera barba joven".

Pablo Casado, presidente del PP, tras rasurarse la barba, dio muestras evidentes de que iban decreciendo sus esperanzas y por tanto las ganas de combate para convertirse en inquilino del Palacio de la Moncloa. Vamos, que no se aclara... 

 

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