Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 26 de octubre de 2020

Sergio Busquets e Isco Alarcón

Sergio Busquets 
 
Ha gozado durante muchos años del favor del periodismo deportivo. Todas sus actuaciones eran alabadas por sistema y pobre del gacetillero que se atreviera a denunciar sus defectos, muy pronunciados cuando su equipo o la selección se veían atosigados por rivales que se imponían en el centro del campo. Sin que él, como mediocentro, fuera capaz de ayudar a sus centrales. Eso sí, en cuanto tocaba un balón o regalaba una ruleta innecesaria, las exclamaciones de admiración de comentaristas y narradores eran como si hubieran visto las siete maravillas del mundo moderno en ese instante. 
 
Y qué decir cuando cortaba un balón de higos a brevas: entonces gritaban a voz en cuello la acción como si el muchacho nacido en Sabadell hubiera heredado, por ejemplo, las cualidades de Puchades con las que se hacía dueño del campo en su época. Pues bien, ahora, a buenas horas mangas verdes, algunos opinantes destacados de nuestro fútbol han empezado a ver lo que era una verdad incuestionable: Busquets ha lucido siempre lo justo cuando ha jugado entre grandes futbolistas y con  viento en popa. Y nada más...

Isco Alarcón.

Muchas fueron las veces que emití pareceres negativos acerca de sus actuaciones cuando era considerado por la aristocracia del periodismo deportivo como el Messi español. Todos sus componentes sacaban a pasear el botafumeiro para incensar a un jugador anárquico, irregular y con escasa capacidad física, tanto congénita como descuidada, que le impedía dar la talla en el Madrid con la regularidad que exige tan grande club. Y así lo entendió Santiago Hernán Solari. Quien prescindió de él durante su breve estancia como entrenador del equipo blanco. 
 
Zinedine Zidane, tras sustituir a Solari, lo sacó del ostracismo convencido de que el futbolista iba a responder con un fútbol adecuado a la categoría que le otorgaban los plumillas de la cosa... Y, de paso, dejar en mal lugar a su antecesor en el banquillo. Craso error: porque Isco no mejoró en nada sino que acrecentó aún más sus defectos cuando fue titular en dos ocasiones. Hoy han salido unos comentarios realizados por el jugador en las gradas y dirigidas a los compañeros que le acompañaban. En las que arremete contra Zidane. Acusándole de sacarlo en los minutos finales de los encuentros o sustituyéndolo en el descanso. ¿Cabe decir esa frase tan manida de que Roma...?
 
 
 

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