Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 23 de mayo de 2021

La diferencia entre Zidane y Simeone

Ayer terminó una Liga apasionante. Por varios motivos. Pero uno primó por encima de los demás: tuvimos que esperar hasta el último partido para saber qué equipo sería Campeón. De haber sido el Madrid, y tras el desencanto correspondiente de la hinchada rojiblanca, tengo no sólo la creencia, sino la certeza de que pocos habrían abogado en contra de la continuidad de Diego Simeone.  En cambio, Zinedine Zidane recibe un trato bien distinto. Es decir, apenas se le reconocen los méritos en las victorias y sí se le achacan errores de bulto en las derrotas. 

Sí, ya sé que la historia del Madrid se ha forjado a base de logros inconcebibles. De triunfos apoteósicos. Y que su fama es inconmensurable. Así que desde hace ya la tira de tiempo los grandes jugadores sueñan con pertenecer a su plantilla. Hasta el punto de que hubo temporadas en las que coincidieron figuras tenidas por galácticas. Obligadas, como no podía ser de otra manera, a rendir en la medida de la fama que les precedía. Algunas, conviene decirlo, no triunfaron. Debido a ese miedo escénico que se le achaca al Bernabéu. Pero otras cumplieron sobradamente con las esperanzas depositadas en ellas y contribuyeron a que la sala de trofeos tuviera que ser ampliada cada dos por tres. Por consiguiente, los entrenadores cuando no ganan nada sabe lo que les espera... 

El Atlético, sin embargo -siendo un gran club-, nunca alcanzó la hegemonía del Real Madrid. Es más, cuando parecía que lo tenía todo a su favor para obtener un éxito clamoroso, echaba por la borda lo que se daba ya por hecho. Por tal motivo se ganó el sobrenombre  de 'El Pupas'. Así que sus aficionados asumieron la mala suerte como algo que formaba parte del equipo de sus amores. Amén de alegar en todo momento que su club carecía de los medios económicos de su eterno rival. Luis Aragonés fue el primer entrenador que trató de acabar con ese pesimismo reinante en el equipo colchonero. Con aquella frase de Ganar, ganar, ganar y ganar... 

Diego Simeone ha seguido la senda marcada por Aragonés. Y si bien han sido muchas las decepciones con él en el banquillo rojiblanco, tampoco es menos cierto que el Atlético camina con paso firme. El haber ganado esta Liga, tan merecida, le ha servido al entrenador argentino para eternizarse en el cargo si él lo cree conveniente. Lo cual le otorga una confianza de la que carece Zidane en el Madrid. A pesar de sus triunfos. La diferencia entre Zidane y Simeone es palmaria.




  

  


 


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