Buen partido sin goles

Real Madrid y Real Sociedad jugaron un magnífico partido. Aunque unas veces por hache y otras por be faltó la guinda de los goles. A pesar de que ambos equipos disfrutaron de ocasiones claras para obtener la victoria. Aunque sería injusto no reconocer que el equipo blanco fue superior y por tanto hizo que Remiro se luciera en varias ocasiones cuando el gol ya se cantaba. 

El equipo donostiarra se crece cuando pisa el césped del Bernabéu. Se agiganta y da su mejor versión. En cambio, le sucede todo lo contrario cuando le toca actuar en el Camp Nou. Frente al Barcelona se encoge como si fuera un conjunto débil y temeroso de que le hagan un roto. La mejor versión del equipo dirigido por Imanol Alguacil consiste en sentirse muy a gusto en los madriles. Como suele ocurrirles a vascos y guipuzcoanos cuando deciden pasar el fin de semana en la capital de España.

El Madrid jugó bien. Pero no marcó el gol que le hubiera dado la victoria. Insisto: cierto es que Alex Remiro estuvo bien. Mas tampoco se le acumuló el trabajo al guardameta nacido en Cascante (Navarra). En partidos como el de ayer, que no son pocos, el Madrid adolece de falta de rematadores a la hora de culminar las jugadas de sus extremos. Debido a que Benzema no puede estar en misa y repicando; es decir, haciendo labor de falso nueve y llegando a tiempo de rematar los centros de Vinicius y Rodrygo. Es entonces cuando el equipo nota la carencia de un mediapunta que aproveche esos espacios. 

No cabe duda de que lo peor del encuentro fue la pérdida de dos puntos a estas alturas de una Liga en la cual el Barcelona no cesa de ganar. Si bien es cierto que también conviene sacar conclusiones favorables de lo visto en el partido de ayer. Verbigracia: Dani Ceballos, tras haber pasado por un período desalentador, sigue dando muestras evidentes de esa calidad que le permitió fichar por el Madrid. Y asimismo es de justicia reconocer que Camavinga destacó sobremanera como lateral izquierdo. Prueba evidente de que su polivalencia vale un Potosí.