Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 4 de mayo de 2023

Dormirse en los laureles

Lo de dormirse en los laureles es algo muy humano. Los laureles, como es sabido, son las glorias o éxitos del pasado. Y quien cifra en ellos su actitud presente, quien se confía, acaba descuidándose sin solución de continuidad. Por lo que su rendimiento, en cualquier faceta de la vida, principia a deslizarse por la ladera de la montaña que conduce a la sima. Ayer, por ejemplo, escuché atentamente por televisión que José María García está a punto de volver a sus andanzas radiofónicas. Convencido de que sus denuncias en la media noche serán recibidas como agua de mayo. Craso error.

Los jóvenes desconocen a García y los mayores quedaron tan aburridos de él que no estarán dispuestos a perder horas de sueño enchufados a una voz insípida y contadora de chismes deportivos de tres al cuarto por confidentes capaces de vender su alma al diablo por un plato de lenteja... Yo tuve la mala suerte de conocer muy bien al Butano en los años 70. Apodo certero de quien lo motejara. Y pronto me percaté de que su forma de proceder no era fiable. Y a fe que acerté plenamente. De modo que tardé nada y menos en decírselo personalmente en Madrid durante una reunión de entrenadores del deporte rey.

A partir de entonces, y aunque él me había augurado que yo no entrenaría nunca más, continué mi labor... Mientras que su figura iba decayendo a pasos agigantados. Por mor de una pérdida de credibilidad en sus comentarios y sobre todo por acuerdos incumplidos con personas que confiaron en su palabra. En mi caso, jamás lo necesité. De modo que me importó un bledo y parte del otro las excusas que recibí por su parte. Un día, en una de sus visitas a Ceuta, dijo que yo era de armas tomar. Y no se equivocó. O sea. 







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