Los sub-21 ingleses fueron campeones de Europa porque fueron mejores. Conviene reconocerlo. Por tal motivo, no entiendo que haya escribidores que digan que el fútbol fue cruel con España o que la derrota fue un drama no merecido. Aunque reconozco que tales periodistas están en su derecho de hacer una tragedia de lo que vieron. Quien escribe, sin embargo, no vió en ningún momento esa superioridad manifiesta del combinado dirigido por Santi Denia. Entre otros motivos porque Gordon sacó de quicio a los centrales españoles. Y su quehacer puso en apuros al portero de la Roja.
Cierto es que el gol de Colo Palmer fue precedido de un golpe de fortuna. Pero sería absurdo no reconocer que Arnau tuvo intervenciones dignas de encomio. El centro del campo de España no estuvo a la altura debida. De ahí que los ingleses, sin hacer nada del otro mundo, no sufrieron lo indecible como se esperaba en una final de tantísima importancia. Tampoco concebí que nuestro seleccionador no se diera cuenta del bajo nivel demostrado por Alex Baena. Su partido fue malo de solemnidad. El jugador del Villarreal sigue pensando en las musarañas...
En suma, España perdió porque fue peor que su adversario. Aun así pudo empatar el partido cuando éste estaba dando las boqueadas. Pero Abel Ruiz falló el penalti en el minuto noventa y nueve. Y, claro, nuestra Selección se quedó sin jugar la prórroga. En fin, desencanto futbolístico por la derrota y sobre todo porque nos habían hecho creer que en la Sub-21 había jugadores extraordinarios para acceder a la Selección absoluta. Pero ello no es óbice para que detestemos esos titulares que hablan de drama o de crueldad por no haber ganado. Ojú...
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