El Villarreal trató por todos los medios de oponerle resistencia al Madrid. Y lo hizo bajo el sistema 4-4-2. Debido a que tiene futbolistas que encajan perfectamente en ese dibujo. Pero bien pronto se vio acorralado por el equipo blanco y careció de argumentos para evitar que semejante acoso se fuera convirtiendo en goles. Fueron cuatros; pero bien pudieron ser más. Abrió el marcador Bellingham (25'). El inglés sigue cautivando a los seguidores merengues. Ora por su calidad, ora por sus goles y porque su fútbol encandila a tirios y troyanos. Y a partir de ahí todo fue coser y cantar para la tropa dirigida por Ancelotti.
Diez minutos más o menos tardó Rodrygo en marcar el segundo tanto de la noche. A propósito: el brasileño está en un gran momento de juego. Y su confianza invita a que Brahim Díaz trate de imitarlo. Y a fe que lo está consiguiendo. Y además tuvo la recompensa de un gol en el minuto 64. El cuarto (67') lo obtuvo Modric. Mediante su siempre mortífero disparo desde la media distancia. Ah, antes de que se me olvide, Morales había acortado distancia cuando campeaba un 2-0 en el marcador, aprovechando un error de Toni Kroos en zona roja.
La noche transcurría plácida en el Bernabéu... Pero cuando menos se esperaba surgió la desgraciada lesión de David Alaba. Nada más y nada menos que se le diagnosticó rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda. Rotura de la que se vienen recuperando Courtois y Militäo. En suma, ojalá que a partir de ahora las lesiones de ese tipo dejen de cebarse con el Madrid. Aunque mucho me temo que eso es como pedir peras al olmo; debido a la cantidad de partidos que juegan sus futbolistas. Aun así, el Madrid está irresistible.
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