El equipo dirigido por el alemán Hansi Flick empezó La Liga con unos bríos que dejaban anonadados a sus rivales. Ganaban con facilidad porque, además de su buen quehacer, practicaba el fuera de juego con una solvencia que ridiculizaba a sus contrarios. Lo cual evidenció que los entrenadores no eran capaces de contrarrestar esa regla. La cual es fácil de combatir cuando se entrene una y mil veces la manera de hacerlo. Últimamente, tanto la Real Sociedad como el Celta y Las Palmas obtuvieron buenos resultados frente a los azulgrana. Y lo hicieron no cayendo en la trampa ya reseñada. Y, por supuesto, aprovechándose de ella.
Amén de lo ya reseñado, Las Palmas jugó un gran partido en el Estadio de Montjuïc. Lo encararon bajo el sistema 4-3-3 con variantes cuando a sus jugadores les tocaba defender. Y a fe que lo hicieron con disciplina férrea y sin complicarse la existencia con salidas de balón desde atrás sin ton ni son. Lo cual les valió para que Sancho obtuviera el primer tanto en el 49'. Empató Raphinha en el 61' y Fabio Silva logró el de la victoria en el 67'. Triunfo merecido del equipo canario que dio todo un curso de cómo se le debe jugar al Barcelona en su feudo y asimismo fuera de su recinto.
Es justo destacar a Jasper Cillessen. Puesto que el cancerbero canario hizo varias paradas de mérito. Aunque nunca estuvo asediado por los futbolistas azulgrana. En fin, el Barcelona que empezó La Liga como un cohete ha ido a menos y ha perdido puntos que eran vitales para convertirse en un líder inalcanzable al término de la primera vuelta. La práctica del fuera del juego le está jugando una mala pasada. Y también se les nota el cansancio a sus jóvenes jugadores. Lo dicho: el Barcelona sigue dando tumbos.
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