Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.
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jueves, 27 de septiembre de 2018

Lopetegui, Marcelo, Ramos y Busquets

Durante mi caminata de mañana, me he cruzado con varios madridistas que presumen de serlo desde que tuvieron uso de razón. Y todos me han dicho lo mismo: que apagaron el televisor nada más acabar la primera parte del Sevilla-Madrid. Que fueron incapaces de soportar el desastre de su equipo. Incluso me confesaron que estaban convencidos de que el equipo dirigido por Machín castigaría también severamente al de Lopetegui en la segunda parte. Y, claro, decidieron abstenerse de pasar por ese trance. Mi respuesta fue que 'la virtud se acendra con el sufrimiento'. Y ellos respondieron con el visaje correspondiente a mi cursilería. Eso sí, inmediatamente reconocieron haberme leído la víspera del encuentro que el equipo hispalense atacaría por la banda derecha para aprovecharse de las carencias defensivas de Marcelo y de su colega Ramos. Realidad que flotaba en el ambiente. Así que todavía me sigo preguntando si acaso Lopetegui sabe por dónde se anda.

Marcelo lleva ya muchos años jugando como a él le sale de sus cataplines. Hablando en plata: de sus huevos. Y esa manera de proceder ha sido festejada siempre por quienes nada más que miran en una dirección. Sin pensar que la misión de un defensa es defender y luego atacar. Y no por sistema. Por razones obvias. Y ese proceder del brasileño, anarquía pura y dura, ha merecido tantos elogios como para que tenga la cabeza llena de pájaros. De tal modo que se le ha olvidado el cumplimiento de sus deberes. Eso sí, de higos a brevas brilla en acciones ofensivas. No en vano está en el Madrid. Y sus valedores salen a la palestra cantando sus excelencias. Hay narradores y comentaristas a los que se les hace la boca agua en cuanto Marcelo participa en una acción atacante. Importándoles un bledo y parte del otro ver cómo regresa a su posición tras la pérdida del balón. Es más, intentan por todos los medios tapar sus continuas meteduras de pata. Su desastrosa actuación en el Sánchez Pizjuán merece, cuanto antes, que Lopetegui diga hasta aquí hemos llegado... De no hacerlo, tanto Marcelo como Ramos seguiran imponiendo su ley.

Sergio Ramos hizo un mal partido ayer. De hecho el Sevilla buscó su costado para que Navas, Sarabia y Ben Yedder causaran el mayor daño posible a la defensa merengue. Y lo consiguieron: pues los tres jugadores se dieron un baño de aciertos. El capitán del Madrid, debido a varios goles marcados en acontecimientos importantes y en momentos cruciales, vive convencido de que es el jefe supremo de la plantilla. Lo cual le permite mostrar su caciquismo sin ningún pudor. Ejemplos hay de toda clase y condición. Desde incorporarse más tarde que nadie a las concentraciones de pretemporada hasta decidir quién es el encargado de disparar a puerta en los balones parados. Ayer, verbigracia, le quitó el balón a Bale en una posición magnífica para la pierna izquierda del galés. Luego, cuando su equipo se quedó con diez jugadores, por lesión de Marcelo, allá que decidió irse al ataque buscando un gol innecesario y dejando a Courtois amparado por un único defensa. Y, por si fuera poco, todos vimos como Mariano le pedía permiso para golpear el balón en una falta lejos del área. Hay cosas que no se entienden... 

El Barcelona perdió en el Estadio de Butarque. Ni que decir tiene que el Leganés se hizo acreedor a la victoria frente a un gran equipo que no supo rematar la faena en los momentos donde parecía tener el partido dominado, gracias a su juego y al gol marcado por Coutinho. El Leganés, en cambio, fue de menos a más y supo aprovechar sus contragolpes para marcar dos goles. Contragolpes que sirvieron para mostrarnos lo mal que defiende el equipo azulgrana. Y no es la primera vez que opino al respecto. Ayer, una vez más, pude comprobar cómo Sergio Busquets, cuando su equipo pierde el balón, siempre queda fuera de la zona donde por ser escudo de su defensa debería estar. Lo de Busquets es ya un defecto crónico. Aunque habiendo ganado fama de estrella relumbrante por aptitudes muy divulgadas, nadie osa recordarle su escaso poder como mediocentro defensivo, por no decir nulo. Deficiencia que se ha ido acrecentando con el paso de los años. La cual ha ido generando problemas a sus centrales. Ayer en Butarque pudimos ver cómo Busquets recriminaba a Umtiti por los goles del equipo pepinero. Mientras que la televisión nos mostraba que SB, protector de su defensa, se hallaba a muchísimos metros de sus compañeros. O sea, que sigue siendo alérgico a correr hacia atrás.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Lopetegui, Marco Asensio e Isco Alarcón

El buen juego de España frente a Italia está teniendo el eco merecido. Y sobre todo se viene insistiendo en el buen planteamiento diseñado por Julen Lopetegui. Acumulando futbolistas en el medio campo -zona vital- para sembrar todas las dudas posibles entre sus rivales. Las que tuvieron en todo momento sus centrales. Pues tanto Bonucci como Barzagli no supieron nunca de qué manera comportarse ante la avalancha de jugadores hispanos que les llegaba desde todos los rincones del terreno de juego con el balón controlado. Lo cual dejó patente, una vez más, que acumular defensas sin misión concreta es un error incuestionable. Como lo es también, claro que sí, el apostar por un exceso de delanteros. El seleccionador Giampiero Ventura estuvo desafortunado en la distribución de sus jugadores. 

Julen Lopetegui tras el partido ha dicho cosas lógicas y por tanto dignas de ser destacadas. Ha sido generoso con Ángel María Villar. Como no podía ser de otra manera. Por una razón elemental: hubiera sido una traición en toda regla hablar mal de una persona que le ha dado la oportunidad de ser Seleccionador de España. También me parece atinado su parecer sobre Marco Asensio. Más o menos ha venido a decir que, afortunadamente, al  futbolista balear no le ha afectado lo mucho que se ha venido hablando de sus extraordinarias cualidades. Por más que éstas sean muchas y con grandes posibilidades de poder mejorarlas. No olvidemos que el triunfo es a veces un alcohol nocivo que obnubila la mente de los triunfadores.

En lo tocante a Marco Asensio me da a mí en las pituitarias que sabe perfectamente que nada es posible lograr en la vida sin pasión. Una pasión fría, y no la otra, el fácil apasionamiento, que nos arrebata un momento, y que no ha servido nunca para la obtención de nada estimable. La verdadera pasión, como decía alguien de cuyo nombre ahora no me acuerdo, busca el auxilio de las dos cosas más gélidas que hay en el mundo: la clara reflexión y la firme voluntad. Las que no deben faltar nunca en la carrera de tan grande futbolista. Porque para exagerar, para desorbitar las cosas se bastan y se sobran las mesas de los cafés en torno a las cuales, veinte mil tertulios, desde que el mundo es mundo, se complacen en demostrar todos los hechos y en descoyuntar todas las opiniones.

No he sido yo propenso a dedicarle ditirambos al juego de Isco Alarcón. Hasta el punto de recordar las veces en las que comprendí que se los merecía. Ocurrió frente al Deportivo de la Coruña, Sporting de Gijón y Atlético de Madrid. Partidos correspondientes a la temporada pasada. En tales encuentros el malagueño actuó de media punta, dedicando todos sus esfuerzos y acciones a enlazar con sus delanteros y a ser posible tirar a gol desde la media distancia. Misión en la que brilla con luz propia. Por lo que no necesita que le hagan el artículo. En cambio, cuando le permiten que juegue a su aire, sin limitaciones, hollando espacios que no le pertenecen por sistema, no sólo pierde el oremus sino que se lo hace perder a sus compañeros del Madrid. Ayer tuvo una excelente actuación. Todo principió por incrustarse entre Verratti y De Rossi con el fin de importunarlos. Y porque, salvados tales obstáculos, se encontraba con el camino despejado al estar los centrales italianos pegados a Buffone. De ahí que sea la cuarta vez que yo haya visto a un Isco esplendoroso. Lo que no entiendo -ayer por la noche lo escribí- es por qué frente al Valencia no cumplíó la misma misión ante Kondiogba y Parejo.

viernes, 22 de julio de 2016

Caparrós se ha quedado como el Lagarto de Jaén

En cuanto Ángel María Villar hizo pública la designación de Julen Lopetegui como seleccionador nacional, sonó mi teléfono. Era, como tantas otras veces, un amigo de la niñez. El cual sigue convencido de que mi capacidad de intuir permanece intacta.

-Claro, claro que sí, le respondí; pero tampoco es menos cierto que mi facilidad para adelantarme a los acontecimientos no me me fue de ningún provecho en momentos cruciales de mi vida profesional.

-Bueno, Manolo, que te llamo para decirte que tú ya venías vaticinando el más que posible desengaño que podría sufrir Joaquín Caparrós al no ser elegido para un cargo que él creía suyo por ser el candidato preferido de periodistas y amigos comunes del presidente de la RFEF. Y no me negarás que has dado en el clavo.Te faltó decir que se iba a quedar como el Lagarto de Jaén. Que, como bien sabes, y si no yo te lo digo, es frase que se utiliza para advertir a alguien que se va a quedar inmóvil por el desconcierto o sorpresa que le produzca un acontecimiento o una decisión.

-Tal vez. Mas seguramente los habrá que respondan que he dado una en el clavo y ciento en la herradura. Es decir, que son muchas más las veces que me equivoco que las que atino. Lo cual me importa un bledo y parte del otro. De no ser así, jamás me atrevería a dar parecer alguno. Y no te olvides que yo escribo todos los días y fiestas de guardar.

-Llevas razón, amigo, y te explico: nada más conocer la decisión tomada por Ángel María Villar decidí contarle a un conocido tuyo y mío en El Puerto de Santa María, de cuando tú estabas en la cresta de la ola de los entrenadores con más futuro, lo que le augurabas a Joaquín Caparrós. Y como él, nuestro conocido, siempre dio muestras visibles de tenerte entre ojos, se le ocurrió el siguiente comentario.

-En vista de que Ángel María Villar ha estado en Ceuta, horas antes de anunciar la contratación de Julen Lopetegui, como seleccionador, no me extraña que Manolo se haya aprovechado de cualquier indiscreción cometida por el presidente de la RFEF al respecto, para apuntarse ese tanto. 


-Pues muy bien. Nuestro paisano está en su perfecto derecho de opinar así. Faltaría más. Y hasta creer en lo que dice. Como yo sigo creyendo en que fui el único que mantuve el crédito de la selección portuguesa como más que posible ganadora de la Eurocopa 2016. ¿Pruebas?... Me remito a lo escrito durante varias fases del Campeonato.