Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 31 de diciembre de 2017

Recordando a jugadores a los que dirigí

Haber sido entrenador durante diecinueve temporadas me ha permitido conocer a muchos jugadores de una época en la cual las dificultades en las categorías inferiores eran muchas. Incluso en la Segunda División A se sufría de lo lindo por la escasez de medios. Por consiguiente, mentiría si no dijera que tiempos pasados no fueron mejores. O, al menos, no lo fueron los años sesenta, setenta y parte de los ochenta. Años en los que dirigí a futbolistas que aún permanecen en la alacena de mi memoria. Y de los que conservo muy gratos recuerdos. Así que he decidido aprovechar este final de año para recordarlos.

Porteros. Sebastián Benítez Ariza (Sebastián). Era un tipo sensacional, revestido de humor y con arte para dar y tomar. Nunca olvidaré un partido frente al Sevilla Atlético que tuvo que jugar en las peores condiciones físicas. Y cuajó una actuación magistral. Presumía de ser chiclanero y le tuve como hombre de confianza cuando yo daba mis primeros pasos como técnico en Tercera División al frente de un equipo modesto: el C. D. Rota. De su muerte no supe hasta hace bien poco. Manuel Ojeda Lore (Ojeda). Tras pasar por la cantera del Madrid regresó al Portuense para ser traspasado, poco tiempo después, al Murcia. Tras regresar a su tierra, El Puerto de Santa María, lo tuve conmigo en la temporada 1979-80. Una temporada repleta de éxitos. Era un guardameta con mucha facilidad de movimiento, seguro y con cierta ascendencia sobre los demás futbolistas.

Defensas laterales. Pedro López Sahuquillo (Sahuquillo). Era  muy joven cuando llegó al Mallorca. Y además era de los jugadores que pedían explicaciones cuando se le asignaba cualquier cometido. Valiente, decidido y capaz de adaptarse a cualquier demarcación. Antonio Arias. Lo tuve en el Hércules de San Fernando y esperé que terminara el serivicio militar en Infantería de Marina para llevármelo al Ibiza. Lateral veloz, con una pierna izquierda que valía un Potosí, y que aprendió muy pronto que atacar por sistema no era conveniente. Su fichaje por el Tarrasa y su permanencia en Primera División con el Almería premiaron, sin duda, una carrera que debió ser más fructifera.

Centrales. Jesús Bea Martínez (Suso Bea). Pontevedra, Sevilla, Alavés, Lorca. Cuando llegó a Ceuta, por deseo mío, venía con una deficiencia en el marcaje que muy pronto quedó subsanada. Pero desde el primer día lideró un equipo que, de no lesionarse Paco y Lope Acosta, hubiera hecho grandes cosas. Extraordinaria persona este gallego que era, además, la alegría del vestuario. Cada vez que sale a relucir Suso, sobrenombre suyo, yo tengo las mejores palabras para él. Mario Blanco Rodríguez (Mario). Un día, hablando con Mestre, exjugador y técnico del Valencia, me habló de un chaval nacido en Barbate y que ya había cumplido su ciclo en el Mestalla formando tándem con Tendillo. Me dijo que era alto y fuerte como un roble. Poderoso en el juego por elevación y que manejaba los dos pies con solvencia. Y, por si fuera poco, Mario era también veloz. Sus goles de cabeza en faltas y saques de esquina eran frecuentes. Así que conseguí su cesión. Terminó jugando en el Albacete, después de haber estado dos temporadas en el Racing Portuense.

Centrocampistas. Manuel Pérez Orihuela "Macario". Llegó al Mallorca procedente del Betis. Había destacado como extremo. Pero fue de segundo delantero como logró brillar cuando estaba ya en el tramo final de su carrera. Era disciplinado, alegre, educado, y contaba historias acerca de su vida deportiva que nos hacían reír a mandíbula batiente. Manuel Solano Cañado. No ha mucho tiempo dijé de él que había sido capaz de dirigir al Portuense durante varias temporadas con una ligera cojera. Secuela de una grave lesión padecida cuando pertenecía a la U D Levante. Estuvo conmigo en Écija, Ibiza, Mallorca y Portuense. Fue siempre futbolista de mi máxima confianza. No en vano era capaz de dirigir al equipo desde cualquier sitio de la considerada zona vital del campo. Pepe Bonet. Quien lo hizo debutar frente al Sabadell fui yo y no César, como suelen decir algunos periodistas que aún no habían nacido. Tenía diecisiete años y me llegó procedente del Colegio Lasalle. El día de su debut se ganó por un tanto a cero. Gol marcado por él. Lo ha sido todo en el fútbol. Tenía una pierna izquierda de caoba.

Delanteros. Bonifacio Estrada Ruiz (Boni). Sevilla, Cádiz, Mérida. En el equipo emeritense tuve la suerte de contar con él. Entendió muy pronto que toda su sapiencia futbolística tenía que ir acompañada de una mejor situación en el césped. A partir de ahí pocas cosas había que decirle más. Era un espectacúlo verle jugar. Muy pronto se ganó mi afecto y mi respeto. Antonio Benzo Díaz (Chicha). Tenía ya 23 años cuando yo me lo encontré -temporada 69-70- en el Hércules de San Fernando. Pronto descubrí que era un delantero centro como la copa de un pino. Se desmarcaba con una facilidad pasmosa. Conseguía goles con ambas piernas y era un gran rematador con la testa. Me vi obligado a decirle  que su indisciplina no encajaba con mi forma de ser. Y pronto nos entendimos. Chicha mereció ser un grande del fútbol español. Hoy se lo rifarían los equipos más encopetados.  Pepe Calzado. Extremo de los que jugaban orillados a la banda y capaces de salir de todos los líos que les planteaban los desbordes por ambos lados. Su velocidad y sus centros formaban parte de sus cualidades.

A este equipo bien podrían sumarse Babi, Barriento, Suano, Reales, Nicolás, Cisneros (Portuense) y Mansilla (Mallorca, Jerez y Córdoba). Y, cómo no, Alfonso García (portero excelente que estuvo conmigo en Ibiza, Mallorca y Algeciras). Y qué decir de Nebot, Manolín y Ángel... Desgraciadamente los tres se fueron muy pronto a ese lugar del cual nunca se vuelve. En fin, lamento haber olvidado a muchos otros jugadores merecedores de figurar en esta selección hecha de prisa y corriendo en una fecha donde los recuerdos piden paso con celeridad por estar hartos de permanecer almacenados en la alacena de la memoria. Que sean felices.















sábado, 30 de diciembre de 2017

El éxito sin mérito

En la vida, lo más triste, no es ser del todo desgraciado, es que nos falte muy poco para ser felices y no podamos conseguirlo. En España, decía Benavente, se perdona el éxito sin mérito y el mérito sin éxito, pero el mérito con éxito resulta insoportable. Hay que revestirse de humildad en el éxito. Se le llama arrogancia a carecer de hipocresía. 

Pronuncié estas palabras en una comida entre conocidos, hace nada y menos, y todos se quedaron sorprendidos porque no las esperaban en ese momento. Pero muy pronto se produjo la reacción consiguiente. Y, claro está, cada uno trató de aclarar si mis palabras tenían relación con algún personaje de esta ciudad. Y, si era así, en qué clase de éxito estaba éste encasillado.

Ni que decir tiene que el interés iba aumentando a medida que cada cual mencionaba un nombre y yo ponía una caro de palo, que no había forma de adivinar qué pensaba. Y, aunque ustedes no lo crean, ninguno de los comensales se refirió a nuestro alcalde. Algo que yo no esperaba. De ningún modo. Pues si alguien accedió muy pronto al éxito sin mérito fue Juan Vivas.

Inmediatamente, se armó un revuelo y me pidieron explicaciones claras y concisas. Y manifesté lo siguiente: JV fue alcalde porque se produjo un voto de censura a Jesus Fortes. Por consiguiente, accedió al cargo carente de mérito pero arropado por un éxito inenarrable. Algo nunca visto en esta ciudad. Bueno, miento: Antonio Sampietro estuvo a punto de ser llevado a hombros por quienes ahora ocupan cargos y puestos destacados en la Administración Local con el beneplácito de nuestro alcalde.

A Juan Vivas le costó nada y menos revestirse de humildad al verse, de la noche a la mañana, convertido en el político más poderoso de Ceuta. E innumerables ciudadanos no dudaron en propalar que nunca antes habían conocido a persona tan sencilla, tan cercana, tan afable y tan presta siempre a escuchar atentamente a los más necesitados. Y cundió entre el personal más apasionado la semejanza, cambiando lo que hubiera que cambiarse, de nuestro alcalde con la del idolatrado Antonio López Sánchez-Prado. 

Pues bien, sería  absurdo negar, por más que digan que el poder desgasta sobre todo a quien no lo tiene, que la erosión de Vivas como político no se viene produciendo desde hace ya mucho tiempo. Yo diría que a paso de carga. Y, para colmo, el problema de la frontera tiene peor lidia que encerrarse con seis 'victorinos' en la Plaza de Las Ventas del Espíritu Santo.

En fin, que nuestro alcalde ha ido dejando por el camino enemigos acérrimos, quienes no tienen razón de serlo porque han chupado mucho de la teta municipal durante años. Y que no se cortan lo más mínimo en desearle lo peor aunque estemos celebrando fiestas sagradas. En cambio, quienes nunca gozamos de su confianza le deseamos que sea feliz ahora y durante toda su vida.

Frase

"La felicidad no consiste en ser fuerte; sino en saber cuáles son nuestras fuerzas y, sobre todo, cuáles nuestras debilidades".






viernes, 29 de diciembre de 2017

Sobre porteros y defensas

Kepa Arrizabalaga y De Gea

Parece ser que el Madrid está decido a fichar ya mismo a Kepa Arrizabalaga, portero del Athletic. Cuya juventud y grandes condiciones demostradas en el equipo bilbaíno y como internacional de la Sub-21, gustan sobremanera a los técnicos del equipo merengue. Tiempo habrá, si acaso se confirma el fichaje, de saber si el joven guardameta vasco es capaz de aguantar la presión que exige ponerse en la portería de un equipo donde hay que parar los cuatro o cinco balones que le lleguen  y no meter en la red las que vayan fuera. Amén de tener otras cualidades. Sobre todo la que ha de distinguir a un cancerbero moderno: saber participar en el juego con la sobriedad que requiere ese puesto específico. Aun así, lo que menos necesita el equipo dirigido por Zidane es la contratación de un portero en estos momentos.

A propósito de porteros.... Debo decir que yo vi el partido Liverpool-Manchester United, celebrado en octubre pasado, en el cual De Gea paró lo imparable. Cómo sería su actuación que, al final del encuentro, José Mourinho elevó al jugador español a los altares. Sin embargo, a David de Gea, tan apetecido por el Madrid, en su día, se le viene notando cada vez más una deficiencia inexplicable, dada su altura: sigue sin imponerse en los balones por alto en el área chica. Y los goles le están lloviendo por tal motivo.

Marcelo, Carvajal y Ramos

Toda la vida se ha dicho que ser defensa del Madrid es tarea muy difícil. Porque volantes y delanteros nunca han sido muy dados a correr hacia atrás cuando perdían el balón. Incluso recuerdo que al actual entrenador madridista se le achacaba, siendo jugador blanco, esa falta de sacrificio y disciplina que siempre ha exigido el fútbol. Y hoy más que nunca. Pero yo no creo que el problema defensivo del Madrid radique en que los componentes de su medio campo no echen una mano a sus zagueros. Ni mucho menos. Es más, nunca antes un escudo de la defensa había tenido tanta aceptación en el Bernabéu como está teniendo Casemiro. Muchos otros volantes defensivos pasaron un calvario porque su forma de proceder no encajaba con ese estilo elegante que tanto aprecian los socios del equipo considerado el más grande del mundo. Verbigracia: Makelele. Me explico.

El Madrid cuenta con dos laterales que juegan de manera anárquica. Debido a que atacan por sistema y regresan tarde y mal a su sitio cuando el equipo pierde el balón. Digo dos, créanme, no por error sino porque Carvajal ha dado también en la manía de imitar a Marcelo. Y si a esa imperfección sumamos que Ramos es cada vez más vulnerable como central en el lado izquierdo, los errores defensivos van aumentando sin solución de continuidad. Es más, todos los rivales montan su estrategia de ataque por el lado de Marcelo y Ramos. Lo cual no es por casualidad. Al Madrid le urge fichar un central zurdo. Y, desde luego, que su entrenador busque la mejor fórmula para que las bandas de su equipo no sean pasillos por los que sus contrarios entren como Pedro por su casa.

jueves, 28 de diciembre de 2017

Exalumnos de los jesuitas

Fechas atrás, durante mi estancia en El Puerto de Santa María, charlando con un amigo, exalumno de los jesuitas, me recordó el tiempo que pasamos en Las Escuelas de la Sagrada Familia. Y me contó anécdotas relacionadas conmigo durante los años que estuvimos estudiando bachillerato. Salieron a relucir nombres de maestros y, por supuesto, tuvieron mención aparte Bermudo de la Rosa y el padre Martínez. Dos jesuitas que dejaron huella indeleble en cuantos tuvimos la suerte de estudiar en la SAFA.

Le pregunté a mi amigo si era costumbre de los exalumnos de la SAFA celebrar cualquier acontecimiento que les sirviera como motivo para reunirse un día al año y pasárselo bomba contando historias de una época en la cual nuestra mayor felicidad consistía en jugar al fútbol en el campo de tierra del colegio. Terreno duro como el pedernal y donde caerse significaba ponerse hecho un Cristo.  

Mi amigo, que siempre fue muy suyo pero muy de fiar, me respondió de tal guisa: "Yo no voy a esas reuniones de antiguos alumnos porque sólo me encuentro con un montón de viejales con los rostros devastados por el tiempo, y, como contraste, la psique infantiloide de los más, que apenas ha cambiado con el paso de los años. Que han sido muchísimos". 

De regreso a casa de mi hija, tras haberme despedido de mi amigo, caminando bajo una lluvia fina capaz de refrescar mi memoria, me acordé de algo que había leído hacía ya muchos años sobre la fama que corre acerca de que a todos los exalumnos de los jesuitas nos ha quedado un cierto tic de rigidez e hipocresía. Y decía el escritor en sus memorias que él podía reconocer a un exalumno de los padres, a muchos metros de distancia, por mil indicios imposibles de ocultar. 

Cavilando al respecto, hoy he creído conveniente buscar nombres de personajes rebeldes y brillantes que hubiesen estudiado con los jesuitas. Y los encuentro en las páginas del Cuaderno Amarillo de Salvador Pániker. Exalumnos de los jesuitas fueron Buñuel, Alberti, Ortega y Gasset, Joyce, Saint-Exupéry. Y, tirando más para atrás, Balzac, Voltaire, Moliére, Descartes, Quevedo y el marqués de Sade. Echo de menos a Antonio Muñoz Molina.

En fin, a mí también me hubiera gustado hacer carrera con los jesuitas. Y bien que insistieron Bermudo de la Rosa y el padre Martínez para que no abandonara mis estudios. Pero pudo más la llamada del balón en tiempo de necesidades acuciantes. Necesidades que me impidieron acceder a la brillantez pero que no pudieron privarme de ese punto de rebeldía que a veces me cuesta lo indecible domeñar.




miércoles, 27 de diciembre de 2017

Zidane y Kovacic están en el punto de mira de la Iscomanía

Todavía colea el que Isco Alarcón se quedara sin jugar frente al Barcelona. Y los hay que tachan de incompetente a Zidane por la decisión tomada. Y le anuncian castigo sin remisión. Más o menos vienen a decirle que a partir de ahora principiarán los gritos contra él en el Bernabéu si osa prescindir, cuando lo crea conveniente, del jugador que le tiene comida la sesera a Julen Lopetegui. El cual no es otro que el muchacho nacido en Arroyo de la Miel.

Los opinantes de la cosa, que ya estaban defraudados desde el momento en que supieron que el mito no era titular, siguen esgrimiendo la jugada de Rakitic -que acabó en gol- para zurrarle la badana a ZZ y de paso censurar a Kovacic por cumplir a rajatabla la misión que le había sido encomendada. Y de la que había salido ya triunfante en dos partidos anteriores y durante toda la primera parte del encuentro de marras. Exito indiscutible del croata: sobre todo si nos atenemos a la categoría de Lionel Messi.

Tras haber visto la jugada, una y otra vez, el contraataque del Barcelona se debió a un fallo generalizado del Madrid. En el cual participaron hasta siete jugadores del equipo merengue. Desconcierto que ya se había producido repetidas veces en el partido jugado en el Mundial de Clubes frente al Al-Jazira. En este caso, el menos culpable de lo ocurrido fue Kovacic. Quien viendo a sus costados a Rakitic y a Messi, se vio envuelto en un lío que él no había generado.

Desbordados Modric, Casemiro y Kroos; lejos de su demarcación Carvajal y Marcelo; atolondrados Sergio Ramos y Varane, el equipo dirigido por Zidane pagó con creces su indisciplina defensiva. La misma, insisto, que mostró en el Mundial de Clubes de la FIFA. Aunque esta vez era el Barcelona y no el Al-Jazira el equipo que tenía enfrente. Y, claro, sucedió lo que todos sabemos: que Suárez envió el balón a la red.

A ZZ se le debe culpar, sin excusa alguna, de la anarquía defensiva que reina en su equipo. Porque a él le corresponde evitar que su equipo sea un desastre en esa faceta. Error más grave  que el de seguir obsesionado con que juegue Benzema sin aportar casi nada desde hace ya mucho tiempo. Pero nunca por decidir incrustar un marcaje al hombre dentro de un marcaje en zona. Una combinación necesaria. Máxime si se trataba de frenar a Messi.

Criticar acerbamente esa decisión de Zidane me suena a venganza de quienes se quedaron sin ver al mito creado por ellos y que será motivo permanente de división en el Bernabéu. Que es, quizá, lo que desean los susodichos. Y hablando de marcajes: todos sabemos, y si no yo se lo digo, que existe el marcaje individual, el marcaje en zona, el mixto y el combinado.

Pues bien, Santiago Segurola, amigo de Bielsa, no se cansaba de elogiar al entrenador argentino por imponer, siendo técnico del Athletic, el marcaje mixto por todo el campo. Es decir, cada jugador seguía a su par allá donde fuere, y cuando terminaba la jugada volvía a su lugar de procedencia. También El Toto Berizzo fue aclamado en Vigo jugando así.

Cualquier sistema que se emplee cuenta con los pros y los contras consiguientes. Enumerarlos me llevaría ahora tiempo y espacio que no tengo. Pero sí apuntaré algo: el tan celebrado marcaje en zona lo pusieron de moda los argentinos. Pues es el sistema que mejor les sentaba a los jugadores de mucha edad; quienes gustaban de actuar en terrenos de juego con la hierba alta, y sobre todo porque les desagradaba la diciplina del marcaje férreo y su cansancio. Y, por si fuera poco, en el marcaje en zona los errores son compartidos por todos. En cambio, en el individual uno puede terminar siendo objeto de todas las críticas: como le ha sucedido a Kovacic. Inmerecidamente. Por supuesto.

martes, 26 de diciembre de 2017

Beatriz

La llamé hace días para felicitarla las fiestas. Pero ha sido hoy cuando he podido hablar con ella. Cuando se lo digo, Beatriz no duda en responderme que ha estado con un amigo fuera de Salamanca y que se lo ha pasado en grande. -Manolo, hacía ya mucho tiempo que yo no vivía una aventura parecida. Es más, ésta ha superado a la que tuve en Ceuta. Que ya es decir.

Te cuento: hay una pareja amiga mía, los dos más jóvenes que yo, que habían decidido en un momento determinado preservar su matrimonio mediante una permisividad comprensiva. Antes que mentirse, traicionarse, "engañarse" en el verdadero sentido del término, tomaron la decisión de concederse unos momentos de libertad, permitirse unas escapadas más o menos placenteras.

Esas escapadas podían durar una tarde, una noche, a veces un fin de semana o una semana de vacaciones en solitario.  En este caso -lo supe porque ellos me pusieron al tanto del hecho en su día -fue el marido el instigador de este sistema y quien llegó a solicitar y obtener el permiso de su mujer para ir a jugar un rato fuera del tálamo nupcial.

Pues bien, el día 22 de este mes coincidí con el matrimonio amigo en la Plaza Mayor. Y entre copa y copa Jorge me tiró los tejos con la aquiescencia de su mujer. Jorge es seis años menor que yo. Y su mujer, Candelaria, diez. En fin, que al principio me lo tomé a broma. Aunque les seguí el juego. Y dos horas más tarde estaba yo pasando por mi casa a recoger las prendas precisas para pasarme dos día fuera de Salamanca con él. Ante la mirada complaciente de ella. Esto es, de Candelaria.

Pero antes de aceptar el compromiso no dudé en hacerle algunas preguntas a Candelaria, pese a que ya la pareja me había informado acerca del pacto y el porqué. Y aprovechando que Jorge estaba saludando a unos amigos, mi amiga me relató lo siguiente: cuando mi marido vino a proponerme lo de la permisividad comprensiva, yo vi el cielo abierto. Puesto que hacía ya dos años que yo se la estaba pegando con un jugador de fútbol.

En suma, Manolo, además de lo mucho que he disfrutado con mi amigo Jorge, he podido comprobar que las mujeres parecen mucho más dotadas para la doblez, que saben cultivar mejor que los hombres su jardín secreto... en secreto. En cambio, los hombres que se sienten engañados por sus esposas suelen precisar que ellos no se habían dado cuenta durante mucho tiempo. Incluso que lo habían descubierto por el chivato que nunca falta en estos asuntos.

¿Algo más que añadir a lo ya dicho, Beatriz?

Por supuesto que sí. Mira, Manolo, si el futbolista con quien mantiene relaciones Candelaria es mejor en el arte de amar que mi querido Jorge, que es todo un espectáculo..., yo soy capaz de todo por negociar con ella un encuentro con ese metegoles.











lunes, 25 de diciembre de 2017

Dedicado a Emilio Lamorena

Una vez más ha sido Emilio Lamorena el primero en felicitarme las fiestas. Y así lo lleva haciendo desde hace ya un montón de años. Y una vez más su llamada ha vuelto a producirme la satisfacción de saber que nuestra amistad sigue estando intacta desde aquella primera conversación mantenida en la sala de estar del Hotel Puerto Bahía (El Puerto de Santa María), un día de agosto de 1982.

Anoche tuvimos ocasión de recordar que nos presentó Guillermo Valero. A quien no se le caía de la boca el nombre de Ceuta. Vendedor de vinos de las famosas Bodegas Terry, GV se distinguía por tener una personalidad acusada y sobre todo por su bondad. Era espléndido a tiempo completo. Pero pocos conocían que los más necesitados acudían a él como las moscas a la miel...

Hablamos también de la derrota del Madrid frente al Barcelona y de los comentarios que se han vertido contra Zidane por no haber contado en esta ocasión con Isco. No tuve el menor inconveniente en decirle, a mi querido Emilio, que hay un buen número de exjugadores de fútbol que emiten su parecer en los medios sin haber pasado por el trance de entrenar en su vida. Cuando deberían estar ejerciendo esa profesión. Dado que, por su historial, les sería más fácil. Y luego, en caso de no dar la talla en tan complicado menester, siempre les quedaría el consuelo de volver a ponerse delante de un micrófono a impartir lecciones.

Asimismo salió a relucir en nuestra charla cómo los entrenadores de fútbol que han sido destituidos, en no pocas ocasiones, acuden prestos a las llamadas de los medios para emitir sus pareceres. Cuando lo más conveniente, en casos así, sería pensar en los errores cometidos durante su estancia en los banquillos. Bien distinto sería si hubiesen decidido no entrenar nunca más. Fue entonces cuando a mí se me ocurrió mencionar nombres de entrenadores que se pasaban mucho tiempo hibernando cuando eran despedidos. Sin querer saber nada de cuanto acontecía a su alrededor. Se hablaba entonces de vergüenza torera.

De entre los nombres que a mí se me ocurrió nominar surgió el de Ventura Martínez. A quien tuve la suerte de conocer cuando yo era un niño y él jugaba ya en el Xerez. Destacaba como extremo por su perfecto conocimiento del juego; procedente del Real Valladolid, su vida quedó ligada para siempre a Jerez de la Frontera. Mi amistad con Ventura se afianzó siendo él persona de mi total confianza en el Portuense. Y, por tanto, nos pasábamos las horas muertas hablando de fútbol.

Así que una noche, Emilio, tras acabar un partido, nos fuimos los dos a celebrar el triunfo a la cafetería del Motel Caballo Blanco. Y le hice la pregunta que nunca antes me había atrevido a hacerle a Ventura Martínez. ¿Cómo es posible, amigo, que un entrenador como tú, capaz de salvar a equipos del descenso, repetidas veces, y de ascender a otros sin entidad suficiente ni presupuesto para ello, siempre acababas firmando con el primer club que llamaba a tu puerta, aunque éste careciera de la importancia que tú merecías?

Ventura Martínez me respondió en un santiamén: "Tenía dos hijas universitarias y me angustiaba la imposibilidad de no poder cubrir los exigentes gastos que los estudios generaban. Por lo que me resultaba imposible quedarme en casa e ir seleccionando ofertas". VM deseaba cuanto antes hacerse con un dinero seguro y luego que Dios repartiera suerte. Y casi siempre se obraba el milagro del ascenso con equipos de medio pelo.

Era otra época, querido Emilio... Y tú la conociste cuando ya estaba en su tramo final.











domingo, 24 de diciembre de 2017

El mito

Antes de comenzar el Madrid-Barcelona, un opinante de la televisión donde se iba a transmitir el partido, cuando se enteró de que no jugaba Isco, tuvo un acceso de cólera y comenzó a desbarrar... Para acabar diciendo que Isco Alarcón era su debilidad. La ausencia del malagueño en la alineación fue motivo de toda clase de comentarios por parte de glosadores y narradores de distintos medios, encaminados a poner a los aficionados en contra del entrenador en cuanto el Madrid no estuviera a la altura que exigía el encuentro.

Y a mí se me vino a la mente el partido Madrid-Sevilla, celebrado a principios de este mes, en el cual Isco vio desde el banquillo la goleada de su equipo al club hispalense: 5-0. Por cierto, un Madrid que, debido a sus muchas bajas, obligó a Zidane a improvisar un equipo que hizo un partido extraordinario. Y a fe que acertó con la distribución de sus futbolistas en el terreno de juego.

Lucas Vázquez y Marco Asensio, además de cerrar las bandas a los atacantes contrarios, hicieron de extremos y formaron ese día un gran medio campo junto a Modric y Kroos. Incluso Nacho, sin ser zurdo, supo corregir, con su sempiterna sobriedad, las muchas meteduras de pata de Marcelo. Las que suelen duplicarse cuando tiene a Sergio Ramos a su vera. Pues bien, ¿por qué los periodistas no echaron de menos ayer, por ejemplo, a Marco Asensio?

También recordé que Isco ha participado en casi todos los partidos que el Madrid ha jugado con resultados negativos. Valencia, Betis, Tottenham, Gerona... Y de él dicen que ha corrido tanto en estos primeros meses que se ha agotado físicamente. Pero que, a pesar de que no está en las mejores condiciones, no es merecedor del trato que le está dispensando Zidane.

A Zidane se le puede criticar su deseo evidente de que juegue Benzema tantas veces hasta que lo haga bien. Tampoco sería injusticia achacarle que le faltan redaños para tomar medidas contra la pareja Ramos-Marcelo. Y, desde luego, que no se percate de que el Madrid es mucho mejor en todos los sentidos cuando se distribuye en el campo mediante el dibujo del 4-4-2.

Máxime cuando cuenta con futbolistas extraordinarios para emplear esa distribución en el césped. De hecho en mis apuntes aparece la victoria del Madrid, en el partido de vuelta de la Supercopa de España, con un medio campo compuesto por Modric, Kovacic, Kroos y la ayuda por los costados de Lucas Vázquez y Marco Asensio.

Ahora bien, todo lo referido tiene arreglo... Pero el gran problema que tiene el francés radica en algo que lleva camino de dividir al Bernabéu y convertirlo en un escenario hostil para el equipo y para él, claro que sí; y todo por mor de Isco. Jugador que los periodistas han convertido en mito. Mediante un relato en el cual le otorgan más valor del que tiene. Los mitos son fáciles de inventar. Pero cuesta lo indecible hacerlos volver a la realidad.

Por consiguiente, se avecinan momentos complicados en los que ZZ habrá de demostrar, sin perder su temple ni sus buenos modales ni su sonrisa, que él no se deja amilanar por campañas orquestadas a favor de ningún jugador. Con lo cual quedará patente su personalidad en tiempo borrascoso. Pues no olvidemos que hasta la veleta, cuando no sopla el viento, presume de carácter.




sábado, 23 de diciembre de 2017

El Madrid se hundió en la segunda parte

Veinte minutos le bastaron al Barcelona para ganar de manera clara y contundente en el Bernabéu. El equipo azulgrana supo aprovechar el desfondamiento físico de los madridistas y el desorden que ese agotamiento causó en todas sus líneas. Todo comenzó con las imprecisiones en los pases de dos jugadores fundamentales: Kroos y Modric -cuya primera parte había sido notable-, el cambio de misión de Kovacic y la desorientación de Casemiro.

Perdido el medio campo, zona vital donde se cuecen los triunfos y se generan las derrotas, el Madrid quedó a merced del Barça. De modo que Súarez y Messi (de penalti) marcaron en el 53' y 63'. Conviene decir cuanto antes que el penalti llevó aparejado además el castigo de la expulsión de Carvajal. Metedura de pata, todo hay que decirlo, del lateral madridista.

La primera parte había sido equilibrada. Con ocasiones de gol para ambos conjuntos. Pero tanto Keylor Navas como Ter Stegen estuvieron muy acertados. Eso sí, Paulinho y Luis Suárez fueron buscándole al Madrid las cosquillas por el costado que defiende Sergio Ramos. Deficiente en todos los sentidos. ¿Cómo es posible que nadie se percate de que este jugador ofrece facilidades de gol a cualquier adversario que transite por su zona? Es un auténtico coladero. Y además se le acentúan cada vez más sus deficiencias por tener una pierna izquierda de palo y una cintura dura como el pedernal.

En los primeros cuarenta y cinco minutos, el Madrid apretó muy arriba. Y dado que Messi se quedaba de mirón, en zona de nadie, para ir descubriendo los puntos débiles del rival; Busquets era controlado por Kovacic, y Casemiro apenas se sentía apremiado, todo parecía indicar que en cualquier momento el gol del Madrid podría llegar. Máxime cuando Critiano se mostraba muy activo. Mas Benzema, desgraciadamente para los suyos, no daba pie con bola. Y para una vez que logró rematar de cabeza, le salió el palo al encuentro. Y se llegó al descanso.

En la seguda mitad, desfondado el Madrid, con un jugador menos y con un resultado adverso, apareció Messi; tomó aire Busquets; mantuvieron su ritmo Iniesta y Rakitic, mientras Paulinho y Luis Suárez trataban por todos los medios sacar de quicio a Ramos. Quien acudía a los envites con un alocamiento impropio de un capitán del Madrid y de la Selección Española. Y, por si fuera poco, el marcaje de Piqué a Cristiano fue mejorando. 

En suma, que ni siquiera los cambios, que llegaron muy tarde, produjeron en esta ocasión el milagro que siempre es esperado en el Bernabéu y en situaciones de este tipo. Por más que Marco Asensio y Bale pusieran empeño y ganas desde que sustituyeron (minuto 70) a Casemiro y a Kovacic. Antes, Nacho había reemplazado a Benzema. En cambio, Aleix Vidal, recién entrado en el terreno de juego, obtuvo el tercer tanto para su equipo. Fraguado, cómo no, por el lado de Ramos

Del Madrid se salvó Keylor Navas. Pues el portero costarricense evitó goles que parecían cantados. La derrota del equipo merengue, dolorosa en extremo, por ser ante el Barcelona y porque sería absurdo no reconocer que el título de la Liga Santander se ha esfumado para el equipo de Zidane, le crea a éste un problema de dimensiones considerables: el tener que elegir, de una vez por todas, el sistema de juego que mejor les sienta a sus mejores jugadores. Que son muchos.



viernes, 22 de diciembre de 2017

Inés de España

Durante siglos la mujer fue relegada a la cocina y entre platos y limpiar sobre limpio se han ido muchas horas -todas las horas-, durante generaciones, de mujeres inteligentes e imaginativas cuyas únicas ocupaciones bien vistas eran "sus labores". Conviene recordar que hasta hace nada las mujeres no podían sacar el pasaporte, abrir una cuenta corriente ni trabajar sin la autorización del marido. Y se exponía a ir a la cárcel si cometía adulterio o abandonaba el hogar. En verdad, las mujeres eran prisioneras y cautivas más que menores de edad. 

Una escritora francesa, de cuyo nombre no me acuerdo, opinaba así en los años ochenta. La política es un juego. Ahora bien, los hombres aman el juego y saben jugar mejor que las mujeres. Por consiguiente, los hombres hacen más política que las mujeres.  Eso sí, a medida que la evolución de las mujeres se ha ido produciendo, como no podía ser de otra manera, las mujeres van jugando cada vez mejor. Lo cual hará posible que la participación política aumente en consonancia con esa actitud lúdica.

Y es que los hombres están de acuerdo en pensar que sin las mujeres el mundo no sería más que un caos... Tampoco les podemos negar a ellas la voluntad y el valor que atesoran; ni mucho menos se les puede mejorar el olfato y ese sexto sentido que nos hacen creer que son brujas.

Inés Arrimadas es el mejor ejemplo de cómo las mujeres pueden destacar sobremanera en una actividad que parecía estar reservada para los hombres, salvo raras excepciones. Y su triunfo en las elecciones catalanas ha evidenciado que belleza e inteligencia no están reñidas. En absoluto. Si, ya sé que algunos dirán que una mujer es diferente según el hombre que la mira.

En mi caso, me llena la frescura de Inés, su modo de hablar y sobre todo su valor. Porque hay que tenerlos bien puestos para ser jerezana, residente en Barcelona, y aspirar a ser presidenta de la Generalidad en una Cataluña donde el odio de los independentistas a los españoles, y qué decir a los andaluces, se respira en el ambiente de una tierra que lleva dando golpes de Estado desde los tiempos de Maricastaña.

En fin, que Inés Arrimadas es la figura política del momento. Un figura avalada por una sólida cultura, adquirida, y otra congénita. Y, desde luego, su telegenia es indiscutible. En suma, la ganadora de las elecciones catalanas en votos se ha ganado la admiración de toda España. Así que se puede permitir el lujo de expresarse así: Pues mire usted, mi nombre es Inés, mi nombre es Inés; soy española, soy española y me llaman Inés de España, mire usted.



jueves, 21 de diciembre de 2017

El artículo de diciembre

Navidad. Fiestas de añoranzas, de recuerdos y donde hay que domeñar los sentimientos para no amargarles la existencia a quienes nos frecuentan. Diciembre es mes en el cual mucha gente se deja invadir por la tristeza y permite que el desánimo imponga su ley. Dicen los psicólogos que las consultas se llenan de pacientes convencidos de que son los más infelices del mundo. Piensan los depresivos en estas fechas, según cuentan los profesionales encargados de remediar los males del alma, que ellos son los únicos que sufren por las pérdidas de sus seres queridos, y se hunden aún más en el abismo de la melancolía.

También diciembre, sobre todo en estos días finales, es tachado de ser un mes manejado por los comerciantes para vendernos todo lo habido y por haber. Se dice que la comercialización de la Navidad está falta de espíritu cristiano, dado los innumerables pobres que existen en el mundo y que seguramente sufrirán un ataque de ira por las muchas ostentaciones que ven a su alrededor. Lo cual considero motivo más que suficiente para que se sientan más desgraciados que nadie, y encima sin derecho a tratamientos ni a recomendaciones de los sanadores de la mente.

La pobreza es terrible. Y qué decir de los que apenas tienen nada que llevarse a la boca. Pues bien, ambas cosas quedan en estas fechas contrapuestas ante la luminosidad de las ciudades, los grandes almacenes llenos de un público ávido de gastar y gastar y, sobre todo, de la alegría desbordante de los más jóvenes que todavía carezcan de las muecas de dolor que les impiden disfrutar plenamente de las fiestas navideñas. 

Y hacen bien tales jóvenes: porque ya tendrán tiempo de mirar hacia atrás y sentir cómo se les hace un nudo en la garganta con los pasajes que les recuerden a los suyos que ya no están. Hacia atrás suelo yo mirar en algunos momentos de estas celebraciones, sin ánimo de chapotear en los recuerdos dolorosos, y veo con claridad mis andanzas navideñas en años donde la gente era más católica por convención social que por convicción personal.

El ambiente ayudaba a que nuestros padres nos llevaran a la tradicional Misa del Gallo, ateridas las carnes al caminar por las calles bajo una niebla densa que hacía más insoportable el sacrificio de cumplir con el rito. Calles llenas de ciudadanos cuya única idea era embriagarse esa noche, la del 24, aprovechando el nacimiento del Niño Dios para ahuyentar los malos bajíos de una vida que en aquellos años de postguerra era más que insoportable. Corría el anís y los polvorones de Estepa iban sirviendo de lecho estomacal a una bebida que entraba bien... Pero su exceso producía borracheras tiritonas.

Borracheras de pobres hastiados de su convicción de serlo y que antes de coger la curda habían visto cómo los ricos del pueblo le rezaban al mismo Dios que ni siquiera era capaz de aliviar las miserias de aquellos terribles cuarenta en los que se moría de tuberculosis, en plena juventud, por carecer de dinero para comprar en Gibraltar unos tarritos de penicilina que curaban la terrible enfermedad. Cierto es que de aquellas Navidades de mi niñez conservo recuerdos entrañables: un patio de vecinos con todos sus inquilinos cantando villancicos e intercambiando pestiños y mantecados. Y allá que ofrecían las dos botellas de licores que las bodegas regalaban por aquellas fechas a sus trabajadores. 

Eran días donde los marineros que navegaban al moro para pescar habían sido esperados por los suyos con el alma en vilo. Puesto que raro era que, durante las fiestas, el viento de levante no azotara los barcos en el Estrecho, haciendo de la travesía de aquellos cascarones un auténtico martirio. Todo era peor en aquel entonces. Y ni siquiera había psicólogos. 








miércoles, 20 de diciembre de 2017

El Habichuela

Cada vez que voy a El Puerto de Santa María, que son menos veces de las que yo quisiera, aprovecho cualquier momento para darme una vuelta por la calle de San Francisco. Procuro ir solo. Para que nadie distraiga los recuerdos de mi niñez que, almacenados en la alacena de mi memoria, pugnan por salir de su ostracismo. Suelo recorrer nada más que un trecho de la calle. El que va desde la plaza del Ave María hasta la esquina con Santa Lucía (perdonen el pareado).

Yo viví en el número 23. Enfrente de mi casa, y a la vera de un edificio donde paraban en verano las niñas de Educación y Descanso, vivía el Habichuela. Un niño renegrido, raquítico, y a quien una rata le había comido media oreja mientras dormía en una manta a la sombra en un rincón del patio de su vivienda, con suelo de tierra y sin alcantarilla. La pérdida de su lóbulo derecho ocurrió cuando apenas tenía un año.

El Habichuela y yo congeniamos muy pronto. Era tan delgado que daba la impresión de que podía romperse por la mitad en cualquier esfuerzo. Sobre todo cuando se le veía correr tras una pelota como un gamo. Además de tener velocidad, El Habichuela dominaba la pelota con ambos pies y era un maestro del regate. Si se le preguntaba por su extraordinaria forma de correr, repleta de celeridad, siempre respondía lo mismo: "Cuando voy al campo con mi padre a rebuscar almendras, y vemos a la pareja de la Guardia Civil, nos ponemos a correr y no paramos hasta que llegamos a la casa".

El Habichuela hacía rabona cada dos por tres. O sea, que iba muy poco al colegio. Y todas las tardes esperaba sentado en el escalón de mi casapuerta a que yo llegara del colegio de la señora Carmen, situado en la calle de San Bartolomé. Allí me lo encontraba dispuesto a que en cuanto mi madre me diera la merienda y también la suya, nos fuéramos a la explanada de la plaza de toros a jugar con una pelota que a mí nunca me faltaba. Y allí, golpeándola contra la puerta del tendido cuatro o bien combinando, se nos hacía de noche. Y era entonces cuando, sudados y muy cansados, regresábamos a casa.

Una tarde me extrañó no verle sentado en el sitio de costumbre. Así que en cuanto entré en mi vivienda, descubrí que mi madre estaba afectada por algo. Pero nunca imaginé que fuera por algo que le había sucedido a mi amigo del alma. Y me equivoqué... El Habichuela no me había esperado porque estaba en el hospital. Había dejado gran parte de su sangre cuando corría a campo través perseguido por una pareja de civiles. Debido a que en su alocada carrera se había golpeado contra un árbol que le había salido al encuentro. Mientras su padre era atrapado por varios mayetos de la finca que le salieron al paso. 

La muerte de mi amigo me hizo comprender que si éste se había muerto, yo también podría morirme. Que la muerte no era ya un asunto ajeno, un problema de otros, ni tampoco una ley general que me alcanzaría cuando fuese mayor, es decir, cuando fuese otro. Que la muerte, a pesar de ser todavía un niño, podría salirme al encuentro. Que estaba de ella a la misma distancia que a alguien que le faltara una hora para morirse. Lloré la muerte de mi amigo, como se suelen llorar las primeras pérdidas. Y todas las noches, durante mucho tiempo, soñé con El Habichuela.


martes, 19 de diciembre de 2017

Miscelánea

Hotel Ceuta Puerta de África

Los martes suelo yo darme un garbeo por el centro de la ciudad. A pesar de que, según dicen, no deja de ser un día con mal bajío. Los egipcios detestan los martes y mucho más si éstos caen en trece. Pero, desde hace ya mucho tiempo, las supersticiones no hacen mella en mí. Ahora bien, mentiría si no dijera que los tontos, los tontos a nativitate, suelen dar la talla en días como hoy. Y me explico: todos los martes, salvo contingencia de última hora, como yo en el Hotel Ceuta Puerta de África desde hace un montón de años. Amén de alternar en su cafetería. Y, cada dos por tres, suelo hacerles el artículo a sus empleados. Pues bien, hoy se me ha ocurrido, aun sabiendo que las comidas de empresas ponen el comedor a tente bonete, decirle al maître que me hiciera un sitio. Y su respuesta ha sido que le era imposible. Y, dado que los tontos no son ni buenos ni agradecidos, he tomado la decisión de irme al Parador Hotel la Muralla. Y he salido favorecido en todos los sentidos...

Cecilio Castillo, Quique Jiménez y un hermano de Nayim

Menos mal que una hora antes de ir al Hotel Ceuta Puerta de África para gastar dinero me había cruzado en la calle con Cecilio Castillo, Quique Jiménez y un hermano de Nayim. De cuyo nombre siento no acordarme. Y decidimos pararnos para hablar de fútbol. Charla que me sentó la mar de bien. QJ me dijo que le gustaría muchísimo que yo fuera al Alfonso Murube para ver a la A.D. Ceuta FC. Y le contesté así: no quiero ir porque me desagradaría muchísimo tener que opinar. Y, desde luego, tampoco deseo que me embargue la nostalgia... Luego, dado que Cecilio es del Barcelona desde que vestía pantalones cortos, hablar de Lionel Messi era obligado. Y no dudé en emitir mi parecer: juega como los ángeles, si es que éstos juegan al fútbol, y además es sensacional estratégicamente. Tampoco me corté lo más mínimo en decirle a Cecilio que el Barça tiene un problema que deberá resolver muy pronto. Se trata de Busquets e Iniesta. Ambos jugadores están ya en su tramo final. Pero no están acabados. Lo cual impide que sus sustitutos puedan ganarse la confianza de los aficionados. Si lo viejo no muere y lo nuevo no brota, mal asunto.

Hotel Parador La Muralla

Llego a la Cafetería y pido un pepito de ternera y una cerveza. Sentados a una mesa se hallan dos hombres opinando sobre lo que puede ocurrir en Cataluña si vuelven a ganar los nacionalistas. Y me dan ganas de entrometerme en la conversación para decirles que el problema catalán no se arreglará nunca. Pero que se entiende mejor si uno es capaz de coger el pesado volumen de las obras de Ortega y Gasset y acudir presto a leer su ensayo, titulado Particularismo. Donde lo primero que se nos dice es que España está enferma de particularismo. El cual se desató cuando a principios del siglo XIX se separan las grandes provincias ultramarinas, y a fin de él las colonias menores de América y Extremo Oriente. En 1900 se empieza a oír el rumor de regionalismos, nacionalismos, separatismos... Un triste espectáculo de las teorías nacionalistas. La esencia del particularismo es que cada grupo deja de sentir así mismo como parte y, en consecuencia, deja de compartir los sentimientos de los demás. No les importan las esperanzas o necesidades de los otros y no se solidarizan  con ellos para auxiliarlos en su afán. Y es así, porque cuanto sufra el vecino no les importa a los demás núcleos nacionales; en cambio, es característica de este estado social la hipersensibilidad para los propios males. Casos de Cataluña y el País Vasco.










lunes, 18 de diciembre de 2017

Beatriz

Yo estaba convencida de que eras un hombre formal. Alguien que cumplía lo prometido. Y te quiero recordar que te comprometiste conmigo a ponerme al tanto de cómo te lo habías pasado -el día 14- en El Puerto de Santa María. Y sobre todo a contarme detalles de esa comida celebrada en el Real Club Náutico y en la que participaste con exjugadores y directivos de tu época como entrenador en esa tierra. Que es la tuya. Pero, dado que se te ha olvidado llamarme, he creído conveniente darte las quejas correspondientes.

Llevas razón, Beatriz. Y por tanto no caeré en la tentación de inventarme excusa alguna para tratar de eludir mi metedura de pata. Es más, ni siquiera se me ocurrirá decirte eso tan socorrido de que se me fue el santo al cielo. Así que espero que me disculpes y te cedo la palabra para que me preguntes cuanto creas conveniente acerca de cómo transcurrió la charla de sobremesa. La cual duró seis horas.  Tiempo más que suficiente para contar viejas historias, deshacer entuertos, recordar a los fallecidos y sobre todo para vernos cada uno en el rostro del otro. El mejor y más cruel espejo.


-Me imagino que a ti, por ser la primera vez que asististe a esa comida, y porque no te dejas ver mucho por la ciudad donde te nacieron, te dirían algo que te viste forzado a responder.

-Por supuesto. Hubo alguien que no se cortó lo más mínimo en decir que yo no podía negar haber hecho un pacto con el diablo. Tal vez porque mi condición física le parecíó estupenda...  Y pronto me vino a la mente algo que yo suelo recitar de memoria en relación con el demonio.

"A mí, particulamente, el demonio me parece un títere cachondo y zascandil, especializado en la persecución de damas estrechas. Habita, a lo que dicen, en las ardientes simas infernales y, por las noches, frecuenta los bailes y los paisajes umbríos y propiciadores del sobeo para animar a los jóvenes a acceder a la caldera hirviente por la vía rápida del pecado contra el sexto mandamiento".

Ni que decir tiene que afloró el cachondeo. Y un buen amigo y conocedor de mi manera de ser, licenciado en Farmacia por la Universidad de Salamanca, me pasó por debajo de la mesa el elixir adecuado para poder seguir los consejos del Arcipreste de Hita: "El hombre ha nacido para holgar y comer".

La risa de Beatriz me invita a pensar que se le ha pasado el disgusto. Y así es... Y además me pide que escriba un día sobre esas mujeres centenarias de las que le hablé el pasado verano en la playa de El Chorrillo. Repletas de entusiasmo y con el gusto por la vida recuperado.






domingo, 17 de diciembre de 2017

La cita de Simón Bolívar

Un amigo periodista, gaditano él, me preguntó el jueves pasado que cómo me las arreglo para escribir todos los días y fiestas de guardar. Y a mí se me ocurrió decirle que imitando a Balzac... Y, claro, lo dejé descolocado. Pero pronto lo saqué de su desconcierto. Citando un posible epitafio del gran escritor francés que él mismo se hizo: "Vivió y murió de cincuenta mil tazas de café". 

Mi amigo quiso saber si el café era capaz de estimularme lo suficiente para tener todos los días un tema del cual opinar. Y le contesté que sí. Aunque a veces me resisto a tomar la cuarta taza por prescripción facultativa. Eso sí, cuando eso ocurre la mente se me queda en blanco. Y sucede que a medida que pasa el tiempo y no consigo elegir el asunto adecuado para desarrollarlo los nervios se van apoderando de mí y decido salir del trance escribiendo de nuestro alcalde. Lo cual no deja de ser un motivo muy socorrido.

Hoy es uno de esos días en los que no he tenido más remedio que recurrir a Juan Vivas. Aun a costa de repetirme. Y no para mal, no; sino todo lo contrario. Lo que voy a contar sucedió tal día como hoy hace 35 años. A Ricardo Muñoz, a la sazón alcalde, se le caía la baba hablando del informe sobre la ciudad que había hecho Juan Vivas y que debería ser presentado al Rey cuando se le hiciera entrega de la medalla que le había concedido la Ciudad. Vivas era jefe del negociado de intervención y se distinguía por tener un comportamiento modélico.

Pues bien, cuando se publiquen estas líneas dirán algunos, y están en su perfecto derecho de comentarlo, que de un tiempo a esta parte y cada dos por tres no dudo en hacerle el artículo a un alcalde que lleva toda una vida gobernando y que sigue dispuesto a ir a gusto en el machito. Esto es, a continuar siendo la  primera autoridad de Ceuta. Lo cual no es moco de pavo. Y además contando con la suerte de que entre sus adversarios políticos no hay nadie sobresaliente como para ganarle la partida en las próximas elecciones. Las que están ya, como quien dice, a la vuelta de la esquina.

Pero no todo el monte es orégano. Y me explico: la semana pasada, un señor que suele conversar conmigo, cuando coincidimos, me dijo lo siguiente, tras salir a colación el comportamiento de nuestro alcalde: "Mira, Manolo, yo seguiré votando a Juan Vivas, entre otras razones porque soy del Partido Popular... Pero siempre tengo presente la cita de Simón Bolívar acerca de la permanencia larga en un cargo de cualquier político".

La cita de Bolívar, para quien no la haya leído, es la siguiente: "Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo individuo en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecer y él a mandar, de donde se origina la usurpación y la tiranía".

Tras sus palabras, la del señor conocido, llegó mi respuesta: no creo que nuestro alcalde haya llegado ni llegue nunca a ese extremo. Es más, tengo asumido que no hay todavía ningún candidato a la alcaldía con personalidad suficiente para derrotar en las urnas a Juan Vivas.











sábado, 16 de diciembre de 2017

El gol de Cristiano vale un Potosí

La primera parte del Madrid-Gremio fue soporífera. Dominaba el Madrid con un fútbol previsible, de pasecitos cortos y haciendo circular el balón a ritmo de tren carreta. Tan popular en los años cuarenta. Enfrente estaba un Gremio que infundía algo de respeto por ser un equipo brasileño y no por su potencial. 

Menos mal que Modric y Kroos dominaron la parcela central y hasta decidieron tirar a gol desde la media distancia. También Varane evidenciaba que está en buen momento de juego. Lo que le permitió ayudar a sus compañeros sumándose al ataque por sorpresa y nunca por sistema. Acción que debería complementar Casemiro dando un paso atrás. Y no alocarse cada vez más.

Mediante ese fútbol de balón al pie sin solución de continuidad ni Cristiano ni Benzema recibían  el esférico al espacio libre. Así que eran presas fáciles de sus marcadores. Quienes además les avisaron desde el principio que las guerras no se ganan tirando peladillas. De modo que la primera entrada de un defensa del Gremio a Cristiano fue para atizarle en la tibia.

Lo que si se puso de manifiesto es algo que debería tener en cuenta Zidane: tanto Modric como Kroos están más que capacitados para jugar en la demarcación de mediapunta. Cualquiera de ellos podría jugar muy cerca de los delanteros. Son precisos en sus pases y tienen el disparo a puerta metido entre ceja y ceja. Y es que el Madrid sigue jugando sin un hombre capaz de enlazar con Cristiano y Benzema o cualquier otro que ocupe esa posición avanzada.

La segunda parte comenzó de la misma manera. Con un fútbol enjuto e inoperante: la cabriola de turno, el regate en corto, el pasecito horizontal, la triangulación en el centro del terreno que no conducía a ningún sitio... Pero de pronto ocurrió lo siguiente: Ramos entró sin tino a un rival y le hizo penalti. El árbitro, mejicano él, se hizo el sueco... Y la pelota la recibió Cristiano que fue derribado. Falta y golazo del portugués.

Nos dijeron los comentaristas que Isco ha corrido tanto desde que empezó la temporada que está pidiendo a gritos recuperarse. Y es que ya no saben qué contarnos para defender la honra futbolística del muchacho nacido en Arroyo de la Miel. Si yo fuera Marco Asensio o Dani Ceballos estaría ya pidiéndole la liquidación a Florentino Pérez.

Consiguió el Madrid otro título. ¡Albricias! Pero volvió a sembrar muchas dudas con la colocación de sus jugadores en el césped. Y sobre todo con la lentitud de sus acciones. La plantilla del Madrid sigue siendo extraordinaria. Y podría ser muchísimo mejor equipo colocando a las mejores piezas en los sitios adecuados. Para que haya velocidad de hombre y balón.

Cambios: Lucas Vázquez sustituyó a Isco en el 71' y Benzema le dejó su sitio a Bale en el 80'.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Comida en el Real Club Náutico de El Puerto de Santa María

Con el fin de reunir a exjugadores portuenses y directivos de otrora para recordar tiempos pasados. Sin ánimo de considerarlos mejores; pues sería poner en duda la evolución que se ha producido en el deporte rey. Pero sí de recrearnos en la suerte que tuvimos de ser profesionales de un juego que siempre será maravilloso.

Luis Soriano hace ya tiempo que asumió la tarea de conectar con todos nosotros para juntarnos, desde hace ya varios años, en el mes de diciembre. Y conviene decir cuanto antes que cumple su cometido con enorme entusiasmo. Amén de ser un extraordinario organizador. Y sobre todo de la ascendencia que tiene sobre el personal. Debido a su forma de ser: la cual le permite manejar la situación para que jamás haya el menor contratiempo.

La comida celebrada el jueves pasado, la primera a la que yo he asistido (puesto que nunca antes me fue posible acudir a la cita, unas veces por hache y otras por be), empezó a las dos de la tarde y duró seis horas. La larga sobremesa nos permitió mirar hacia atrás sin miedo a quedarnos como la mujer de Lot.  Las anécdotas afluían sin solución de continuidad. Las batallitas afloraban a cada paso. La risa era constante y todos los comensales, a medida que la copa de oloroso seco iba avivando nuestro ánimo, nos entendíamos con esa mirada que suele quedar en la retina de quienes han vivido tantas aventuras futbolísticas.

Escuché atentamente las palabras de Carmelo Navarro. Sí, el conocido como el Beckenbauer de la Bahía. Su llegada al Cádiz se produjo tras haber pasado por el Racing Portuense, Salamanca, Betis y Huelva. Carmelo es educado, culto, amable y, por si fuera poco, tiene el don de saber escuchar. Tuve la oportunidad de abrazarme con Manolo Ojeda. Aquel portero que fichó por el Murcia -ascendiendo a Primera División con el equipo pimentonero-, procedente del equipo de nuestro pueblo. El abrazo, si bien no chillado, fue suficiente para cerrar una vieja herida entre jugador y entrenador.

Pude reencontrarme con jugadores que me ayudaron lo indecible parta destacar como entrenador: Reales, Nicolás, Delgado, Maza, Cuchicha, Méndez, Baby, Jaime, Calzado. Lamenté no haber podido compartir ese momento con Arias y Suano. Solano, quizá el futbolista que mejor entendió mi manera de ser, recordó un proverbio inglés que yo tenía siempre dispuesto para cuando alguien daba muestras evidentes de tener la moral bajo mínimo: "Si consientes que un problema te deprima, lo habrás convertido en dos problemas". Y yo añádiría: siendo el segundo problema -la depre- infinitamente más grave que el primero.

Se recordó, mediante una oración, a Pedro Calatayud Ares, más conocido por el sobrenombre de "Pedrusco". Jugador extraordinario que jugó en el Cádiz, Murcia, Plus Ultra, Ceuta... Y me invadió la tristeza cuando pregunté por Antonio Miranda, gran directivo y mejor amigo, y me dijeron que estaba ya descansando en ese lugar del cual nunca se vuelve.

Me lo pasé bomba conversando con Manolo Pérez Blanco -médico de mi familia y directivo en mi etapa como entrenador del Racing-. Asimismo con Francisco Ferrer Palacios, Víctor Martínez y Alfonso Carreto. Y, por si fuera poco, a última hora se presentó Bernabé (extraordinario defensa del Portuense y de aquel Jerez Industrial de la época más exitosa de ese club) con el único fin  de saber de mí. No en vano crecímos juntos en las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia.

En fin, gracias a la insistencia de Luis Soriano, ese amigo que uno siempre desea tener, decidí asistir a la comida de exjugadores veteranos y directivos de otro tiempo, celebrada en el marco incomparable del Real Club Náutico de El Puerto de Santa María. Y ojalá que sea la primera de muchas otras.

Ah, le deseo toda la suerte del mundo a Antonio Flor Pedregal en la tarea emprendida para que el Racing Portuense vuelva a reverdecer sus lauros. Su historial lo exige.












jueves, 14 de diciembre de 2017

Confidencias de un amigo

Nos conocimos siendo niños. Ya que ambos íbamos a la escuela de doña Carmen. Yo vivía en la calle de San Francisco y él en la de San Bartolomé. Nuestra afición por el fútbol nos unió muchísimo. No en vano nos pasábamos las horas muertas jugando a la pelota en un descampado que había alrededor de la plaza de toros de nuestro pueblo: El Puerto de Santa María. Él jugaba mejor que yo. Sin duda. Pero le podía la pereza. El desdén y la pereza van al azar, si te dominan, nada podrás alcanzar. Lamento no acordarme del autor de esta frase. 

En cambio, sí recuerdo perfectamente quién se pronunció así: Un hombre con pereza es un reloj sin cuerda (Balmes). Se lo he recordado a mi amigo mientras caminábamos, después de una opípara comida, por los alrededores del edificio que en su día dio cobijo al Colegio de la Pescadería. Centro en el cual ambos estudíabamos bachillerato. Mi amigo y paisano es un año menor que yo. La vida no le ha tratado mal. Ni mucho menos. A pesar de que -o tal vez por eso- nunca arriesgó lo más mínimo. Por tal motivo me extraña que ahora quiera dar un paso que se me antoja una auténtica locura.

JL me tiene tanto afecto como confianza ciega para contarme las dudas que le han surgido desde hace años. Unas dudas que solemos tener los hombres -también valen para las mujeres- cuando cumplimos los cuarenta. Y a mí se me ocurre decirle que a buenas horas, mangas verdes quiere emprender nuevas aventuras lejos de su hogar. Pero sus explicaciones me hacen pensar en que está decidido a coger los bártulos e irse detrás de una mujer que tiene cuarenta años menos que él.

Trato de hacerle comprender que sus 77 años son ya una rémora para dar ese paso. Pero JL insiste en decirme que quiere ser feliz el tiempo que le quede de vida. Y a mí, ante un hombre tan seguro de sí mismo, no me incumbe tratar de disuadirlo. Así que tras dejarlo hablar, hablar y hablar... Caigo en la cuenta de que obra en mi poder un artículo firmado por José Luis Alvite, periodista y escritor -fallecido en enero de 2015-, a quien yo leía con verdadera devoción, que quizá le proporcione a mi amigo la lucidez suficiente para desistir de su empeño. Así que le he prometido enviárselo.

Dice así: Aunque presiento que pueda darse otra vez en mi vida las circunstancias en las que un hombre toma sobre la marcha cualquier decisión que cambie el curso de su existencia, la verdad es que cada día que pasa le encuentro más inconveniente al riesgo, seguramente porque a cierta edad la valentía sólo puede ser la consecuencia de un descuido. No he perdido la afición a los vicios, pero el cuerpo me permite ahora menos errores que la conciencia. Por eso me preocupa esta alarmante pérdida de facilidad para los impulsos. Temo que no pueda volverme un tipo razonable sin convertirme al mismo tiempo en un dócil hombre desalado.

Mi experiencia me dice que lejos de ser una sabia conquista de la mente, la prudencia no es otra cosa que la secuela de algún achaque, del mismo modo que la castidad es en muchos casos las consecuencias indeseadas de una disfunción erectil. Acabarás en el buen camino cuando las cosas que tolera tu conciencia no sean exactamente las mismas que te permita tu próstata. Esa es una preocupación de ahora: que Dios haya sido conmigo menos severo de lo que pueda serlo algún día mi urólogo.











miércoles, 13 de diciembre de 2017

Bale salió un ratito y marcó el gol del triunfo

Zinedine Zidane sacó a Bale un ratito porque, como nos decía hoy el director del diario AS, es uno de los cromos lujosos del jefe y en ocasiones así conviene especialmente lucirlo. Pues bien, el cromo de lujo del presidente del Madrid, según el señor Relaño, nada más pisar el cespéd hizo el gol que le dio la victoria a su equipo frente a un Al Jazira que estuvo ganando hasta que empató Cristiano Ronaldo en el 52'.

A pesar de que el Madrid tuvo innumerables ocasiones de marcar en los primeros veinte minutos,  casi todas ellas salvadas por el portero Ali Khasef, mediante intervenciones fantásticas, que iban mermando su condición física, resultaba grotesco comprobar el desorden defensivo que ofrecía el equipo dirigido por Zidane. Y aquí no caben dudas: la culpa de que un equipo muestre tamaño desbarajuste defensivo corresponde al entrenador.

El Al Jazira  se defendió con ocho hombres en todo momento. Cinco pegados a su guardameta, tres por delante y dos futbolistas escalonados, actuando más o menos a su aire, y atentos en todo momento a recibir un despeje orientado para sorprender al Madrid. Así tuvo varias ocasiones de gol, además del tanto logrado por Romarinho en el 41', siempre ayudado en sus correrías atacantes por Ali Mabkhout.

La indisciplina defensiva del Madrid es para que Zidane se avergüence de cuanto ocurrió durante muchos minutos. Atacaban los laterales, los volantes y hasta Casemiro, que era el encargado de quedarse atrás como escudero de Nacho y Varane, se tomaba la licencia de  convertirse una y o tra vez en delantero. De modo que con un pase o, repito, con un despeje orientado, El Al jazira  pasaba con suma facilidad el medio campo del Madrid y se presentaba ante Keylor Navas.

Hubo dos goles anulados. Y los dos lo fueron por medio del VAR. El de Casemiro fue legal. Y por tanto no debió anularse. El obtenido por el delantero de El Aljazira fue en fuera de juego. De cualquier manera, a mí me parece que al fútbol, como bien decía Joao Havelange, no le sienta nada bien semejante intervención técnica. El fútbol necesita que los aficionados sigan llegando los lunes al trabajo dispuestos a discutir acerca de las decisiones arbitrales. Lo cual forma parte del mejor espectáculo del mundo.

Zidane recurrió a los cambios en el minuto 70. Entraron en el terreno de juego Marco Asensio y Lucas Vázquez. Y salieron Isco y Kovacic. En el 80', como ya dijimos en el primer párrafo, Benzema le dejó supuesto a Gareth Bale. Uno de los cromos de lujo de Florentino Pérez. Pues bien, al galés le bastó con jugar un ratito para marcar el gol del triunfo. Más o menos como hizo también frente al Fuenlabrada. La pena es que los médicos no acierten con el tratamiento adecuado. Pues Bale es imprescindible en el Madrid.

 






martes, 12 de diciembre de 2017

Di Stéfano y Ferrer Palacios

Cada vez que me toca hablar de fútbol y se me pregunta por el mejor jugador del mundo o por el mejor presidente que yo haya tenido durante tantos años ejerciendo la profesión de entrenador, inmediatamente saco a relucir dos nombres: Alfredo Di Stéfano y Francisco Ferrer Palacios. En cuanto a don Alfredo voy a ser tan claro como conciso. Debido a que yo lo vi jugar innumerables veces en el Bernabéu.

En mis conversaciones con Francisco Lesmes Bobet, conocido artísticamente como Lesmes I, cuando llegaba a Ceuta, procedente de Valladolid, para visitar a sus familiares, siempre salía a relucir Di Stéfano. Y Paco Lesmes se expresaba así. "Cuando me tocaba enfrentarme a él no pegaba ojo la noche anterior al partido. Pues tanto el entrenador como yo teníamos las mismas dudas: seguirle por todo el campo o esperarlo unos metros por delante del área nuestra. Y las dudas nos impedían tomar la decisión correcta".

A mí me encantaba recordarle a Paco Lesmes lo siguiente: Di Stéfano, jugando como delantero centro falso o flotante, puso en entredicho a los centrales que actuaban atrincherados al borde del área grande. Con lo cual el astro argentino no sólo ayudaba a su medio campo en tareas ofensivas y defensivas, sino que hizo pensar a los técnicos de qué manera evitar su libertad de movimientos que le permitía además encajarse en el área rival y marcar muchos goles.

Y el primero que acertó  fue Carlos Iturraspe. Entrenador del Valencia. Y lo hizo de tal guisa: prescindiendo del central y colocando a Mangriñán, centrocampista correoso, disciplinado y marcador implacable, encima de él. Ganó el Valencia. Y los entrenadores aprendieron la lección. Di Stéfano cambió el fútbol. E Iturraspe demostró de qué manera se podía contrarrestar esa manera de jugar. 

Francisco Ferrer Palacios ha sido el mejor presidente que yo he tenido durante mis muchas temporadas ejerciendo como entrenador. Creo, además, que en El Puerto de Santa María, su pueblo y el mío, nunca han sabido reconocerle la extraordinaria labor que realizó al frente del Racing Club Portuense. Pero esa es una cuestión de la que no me toca opinar hoy. Cuando se me pregunta por él, que no son pocas veces, yo suelo hacerle la etopeya de carrerilla.

Paco es inteligente, conversador ameno, hombre muy educado, y maneja la burla fina con buenos propósitos. En fin, me imagino que ya lucirá una calva total, morena y estética, y seguirá dando pruebas evidentes de que es todo un caballero. Por ser de tan buena condición, el Portuense, presidido por él y entrenado por mí, no logró ganar en Vall de Uxó en mayo de 1980.  Por lo que no se ascendió a la entonces nominada como Segunda División A.

Una derrota, inmerecida a todas luces, por causas extradeportivas, que evitó el  ascenso de un equipo modesto que había encandilado con su juego. En mi caso, me quedé sin entrenar en Primera División por algo tan simple: el presidente que quería ficharme contaba con el ascenso del Portuense para presentarlo ante su afición como un gran logro de su entrenador. Indudablemente, ese presidente carecía de valor...

Francisco Ferrer Palacios supo, también, rodearse de directivos tan competentes como magníficas personas. Lo que prueba su capacidad de mando. Así que los voy a mencionar: Alfonso Carreto, Manolo Toimil, Bartolomé Domínguez, Antonio Miranda, Víctor Martínez, Daniel Otero y, cómo no, Antonio Carbonell. Deben perdonarme si acaso me dejo a alguien en el tintero.


lunes, 11 de diciembre de 2017

Beatriz

Me llama para decirme, como madridista que es, que no hemos tenido suerte en el sorteo de la Champions League. Que el París Saint Germain es un hueso duro de roer. Y que mucho se teme que esta temporada nuestro equipo deba conformarse con la conquista de cualquier trofeo menor. En fin, que mi amiga Beatriz parece que está decaída. Tengo la impresión de que a ella le afectan las fiestas que se aproximan. 

De pronto se me ocurre decirle que estoy leyendo Eva, la segunda novela sobre Lorenzo Falcó, escrita por Arturo Pérez-Reverte. Y, cuando voy a recomendárselas, Beatriz me dice que ella las ha leído ya. Y que se ha quedado prendada de Eva. ¡Menuda mujer!... Eva Neretva, sigue diciendo mi amiga la salmantina, no deja de ser un homenaje de mi admirado Pérez-Reverte a la mujer. Porque ya está bien de creer que las mujeres somos de una fragilidad manifiesta.

Llevas razón, Beatriz. Y pobre del hombre que no entienda que frente a las situaciones penosas, a los conflictos afectivos, a las rivalidades personales, las mujeres zanjan, reaccionan, actúan con tanta voluntad como valor. Mientras que los hombres vacilan, huyen, tergiversan... Y asimismo hay que reconoceros, además de la voluntad y el valor, una condición física inmejorable.

Me alegro de que penséis así. De que se acabó el viejo mito de la Dama de las Camelias. Que ya no nos veáis ni frágiles, ni evanescentes, sino mas bien robustas, duras ante el dolor, dispuestas a enterraros. Pero es bien cierto que nuestra resistencia física, este vigor femenino, despierta el más furibundo machismo en algunos hombres. Y, por tanto, sucede lo que sucede...

-¿Qué sucede?...

Entre otras cosas que la mujer ha cambiado. De decir no, esta noche no, cariño, me duele la cabeza. Ahora en la cama es el mundo al revés: las mujeres proponen y los hombres no disponen de recursos inagotables. Y semejante situación va generando dudas que se convierten en preocupaciones internas de los varones no preparados para soportar tamaña situación.

Beatriz, conocida ya de qué manera te atrae la figura de Eva, agente soviética capaz de matar y vivir siempre al borde del precipicio, y a la par sentirse mujer sensible y vigorosa en el lecho, se impone la pregunta: ¿no te  resulta chocante, en cambio, que Falcó, al margen de ser un canalla y de jugarse la vida como si tal cosa, se comportara en sus continuos aparejamientos con bríos de macho en celo, a  pesar de beber como un cosaco y de fumar de manera compulsiva?

-Mira, Manolo, a lo mejor es que la Cafiaspirina, a la que era adicto Falcó, tenía los mismos efectos que la actual Viagra.  Y nadie lo sabía.

Risas... y despedida.











domingo, 10 de diciembre de 2017

Apuntes del Madrid-Sevilla

La goleada del Madrid al Sevilla parece ser que no está siendo valorada en su justa medida por algo tan simple como que en ella no participó Isco nada más que para jugar el tiempo en el cual ya estaba todo resuelto y los participantes habían pactado un armisticio bajo cuerda. Parece mentira que haya periodistas, glosadores y comentaristas que estén siempre dispuestos a no reconocer algo que está más claro que el agua clara: Isco es un buen futbolista, y nada más que un buen futbolista, cuya forma de jugar le sienta al Madrid como un tiro en muchos partidos. 

El centro del campo del Madrid, lugar donde se cuecen los éxitos y los fracasos, es alérgico a que sea el jugador nacido en Arroyo de la Miel quien acapare el balón por sistema. Su deseo permante de deambular por todas las zonas del terreno de juego, convirtiendo el espectáculo de conjunto, donde han de primar la velocidad, el desbordamientos de líneas y los tiros a puerta, y sobre todo los ataques por sorpresas, en una exhibición  particular de regates inútiles, de pasecitos de pitiminí y de arabescos variados, no es rentable.

El Madrid jugó ayer un sistema que le ha dado ya magníficos resultados. Todo comienza en el mediocampo. Donde Modric y Kroos se ven perfectamente escoltados por dos extremos, Lucas Vázquez y Marco Asensio, que atacan y defienden por las bandas y son capaces de buscar los adentros para, tras finalizar la jugada, regresar con celeridad a su posición inicial. 

Ese 4-4-2  permite que Cristiano y Benzema -o cualquier otro delantero- puedan participar en el juego defensivo, abriéndose a los costados a la altura del mediocentro contrario, posición además que no deja de ser inquietante para sus marcadores. Y sobre todo lo agradecen los defensas. Puesto que ayer se volvió a demostrar que Asensio y Vázquez hacen una labor de ascensor que mejora a los laterales. Ojalá que Isco se percate a tiempo de que su demarcación ideal es la de actuar por detrás de los delanteros. Es decir, de mediapunta. Todo lo demás son ganas de rizar el rizo. 

Mención especial merece, una vez más, Nacho: jugador polivalente, marcador extraordinario y por encima de todo conocedor de sus defectos. Precisamente, por tenerlos asumidos, nunca se permite lujos que lo dejarían a merced de sus contrarios. Y encima juega de central por la izquierda siendo más de derechas que la señora Le Pen. Con él mejora hasta Marcelo.


sábado, 9 de diciembre de 2017

Cristiano funciona y Asensio pone orden con brillantez

Llegó el Sevilla al Bernabéu convencido de que era el momento propicio para derrotar a un Madrid cuya defensa ofrecía muchas dudas. Y lo hizo jugando un 4-3-3. Con dos extremos veloces, hábiles y con fútbol suficiente para desequilibrar sin contemplaciones al equipo de Zidane. Pero a los dos minutos se vio sorprendido en un córner. Gol que logró Nacho tras aprovecharse de la empanada mental de algunos futbolistas hispalenses.

Tras el gol, el Sevilla se hizo dueño del medio campo, dando la impresión de que podía empatar muy pronto. Dominio ficticio que duró hasta que Marco Asensio decidió llevar la batuta del Madrid. A partir de ahí el conjunto mejoró en todos los sentidos. La parte de atrás principió a dar muestras de seguridad.

Vallejo se fue creciendo mediante la ayuda de Nacho, sobrio e incomensurable en todas sus acciones. Achraf mejoró actuaciones pasadas. Anuló a Nolito. Se sumó al ataque. Y, por si fuera poco, marcó un gran gol en el 41'. Debe centrar mejor. Para ello debe mirar el balón en el momento del golpeo. Marcelo fue más disciplinado a la hora de defender, sabedor de que enfrente tenía a Navas. Además contó con la ayuda inestimable de Asensio.

Mantenida la firmeza defensiva, con las bandas cerradas por Lucas Vázquez y el ya reseñado Asensio, Modric y Kross fueron subiendo de tono. Máxime cuando Cristiano y Benzema decidieron echarles una mano a los componentes del mediocampo. Y, claro, de esa manera, moviendo el Madrid el balón con velocidad y precisión y siempre buscando la portería contraria, los goles fueron cayendo por su propio peso.

El segundo tanto lo obtuvo Cristiano en el minuto 12. Debido a un pase magistral de Marco Asensio, finalizando así una conducción extraordinaria el balear. CR consiguió su segundo gol de penalti. Magnífico premio en un partido que tuvo como prolegónemo la dedicatoria de su Balón de Oro a la afición. El Madrid jugaba como nunca antes lo había hecho esta temporada en el Bernabéu. Con fútbol de muchos quilates y atiborrado de eficacia. Todas las líneas funcionaban perfectamente.

Era tan bueno el fútbol del Madrid que puso al Sevilla al borde del ridiculo. Y llegaron dos goles más: sus autores fueron Kroos (38') y Achraft (41') Y ahí se acabó el partido. En la segunda parte el Madrid bajó el ritmo y el Sevilla aceptó la propuesta para evitar que tan severa derrota hubiera llegado a ser escándalosa. Y todo se fue deslizando entre cambios y algunas jugadas vistosas. El Madrid-Sevilla ha evidenciado lo que Zidane ha de seguir haciendo a partir de ahora.




viernes, 8 de diciembre de 2017

Puigdemont: lo toman a risa como si fuera El Piyayo

De entre todos los artículos que he leído hoy, a esa hora vaga de mediodía, relacionados con las elecciones catalanas, me quedo con el párrafo que voy a transcribir literalmente. A pesar de que todos los argumentos en favor de la independencia de Cataluña se han revelado como una gran mentira, a pesar del patetismo de su líder fugado, de la improvisación y del bochorno, a pesar de las empresas huidas, del aumento del paro y de la inocuidad de un artículo 155, la tendencia de voto de los partidos separatistas apenas ha caído. Es posible que pierdan la mayoría absoluta, pero el desgaste es mínimo si se considera que toda la falsedad ha quedado desnuda. 

¿Cómo ocurre esto? -se pregunta el articulista-. Y responde por boca de los psicólogos de la información que hablan de disonancia cognitiva.

Y yo quiero entender lo siguiente: más o menos se nos está diciendo que cuanto viene ocurriendo en Cataluña solamente se puede entender mediante un enfoque esencialmente intelectual. En una palabra que hay que pensar mucho y bien para comprender ese entusiasmo que sigue despertando Puigdemont entre sus partidarios. Capaces de peregrinar hasta Bruselas para ponerse a sus pies y rendirle pleitesía.

De pronto, sin tener que calentarme mucho la sesera, llego a la siguiente conclusión: "El que es capaz de hacer reír a otros se asegura con ello más votos que el que les obliga a pensar". Y en ese menester, sin duda alguna, Carlos Puigdemont es un maestro. Y además le acompaña su figura. Y también sus visajes. sus ademanes, sus andares... Todo en él invita a reírse. Sobre todo cuando le da por lucir su vena de pijo catalán. Un patrón de comportamiento, una forma de sentirse a gusto dentro de la profesión de pijo, dispuesto a expresarse de manera grácil y tontuna.

-Sí, claro que sí; pero olvida usted, De la Torre, que el político catalán es poliglota.

-De ningún modo. Cómo podría yo, a estas alturas, omitir ese detalle. Precisamente, lo tenía en la punta de la lengua para rematar estas líneas. Verá usted, don José Ortega y Gasset, en su día, se expresó así: "Hay quienes son tontos en varios idomas". Y además argumentaba lo dicho. "El tránsito a otro idioma no se puede ejecutar sin previo abandono de nuestra personalidad, y, por tanto, de nuestra vida auténtica. Para hablar una lengua extraña lo primero que hace falta es volverse un rato más o menos imbécil".   

Carlos Puigdemont, cada vez que cambia de lengua para contarle al mundo entero la clase de dictadura que rige en España y la cantidad de políticos -catalanes- que éstan encarcelados, se ve precisado a volverse imbécil por un rato. Los cuales sumados, a lo largo del día, puesto que al hombre se le amontona el trabajo, lo hunden en la más absoluta idiotez. Y ese trance es muy apreciado por quienes necesitan reírse de algo o de alguien. Y a mí me da mucha pena que a un catalán poliglota, con una personalidad rarita, lo tomen los suyos como si fuera El Piyayo. Una auténtica desgracia para Cataluña y, por supuesto, para España.

Frase

Cuando alguien es incapaz de reírse de sí mismo, ha llegado el momento de que otros se rían de él (no me acuerdo del nombre del autor de la frase).










jueves, 7 de diciembre de 2017

Nayim, Enrique Montero, Chaib y Manolo Solano

Hoy me he cruzado por la calle con Mohammed Alí Amar, más conocido como Nayim. Y, aunque teníamos cosas que hacer, no hemos dudado en pararnos para charlar unos minutos de fútbol. Le he preguntado por la situación actual de la AD Ceuta FC y me ha puesto al tanto de algunos problemas que están condicionando el rendimiento de un equipo hecho para estar entre los primeros de su grupo. Ni que decir tiene que le he deseado que se cumplan los objetivos previstos.

Antes de despedirnos, le digo a Nayim que Emilio Santamaría, exseleccionador nacional, durante la entrega del X Dorsal de Leyenda con que el Sevilla distinguió a Enrique Montero -fechas atrás-, máximo galardón que concede el club hispalense a sus futbolistas históricos, les recordó a todos los asistentes a tan merecido y extraordinario homenaje dedicado al jugador nacido en El Puerto de Santa María, algo que tú y yo hemos hablado muchas veces: lo difícil que era jugar en campos embarrados. Un asunto de mucha dificultad. Y que solía resolverse con técnica. Es decir, con mucho conocimiento del oficio. De no haber evolucionado el fútbol en todos los sentidos, mucho me temo, amigo Nayim, que hoy a muchos futbolistas les sería imposible ser lo que son.

A Mohamed Chaib, que ha echado los dientes viendo fútbol, le encanta preguntarme por jugadores y por anécdotas vividas por mí durante tantos años ejerciendo como profesional del que siempre será tenido por deporte rey. El martes pasado, hablando de futbolistas buenos, regulares y menos buenos, le dije a Chaib, durante la sobremesa que compartíamos, que yo había tenido la suerte de contar con los servicios de un futbolista que hasta padeciendo de una leve cojera impartía lecciones de saber jugar todos los partidos. Se llama Manolo Solano. A quien tuve conmigo en el Ecija Balompié. Lo convencí para que me siguiera a la S. D. Ibiza. Lo dirigí en el Real Mallorca. Jugó en el  Levante y se lesionó gravemente en Ceuta. Tras marcar el primer gol del equipo valenciano en el Alfonso Murube (Segunda División A).

Recurrí a él para que fichara en el Racing Portuense. Me habló de su cojera con claridad meridiana. Porque no estaba seguro de rendir como antes. A los directivos les dije que lo ficharan. Que yo asumía el riesgo. Manolo Solano, con su leve cojera, fue durante varias temporadas uno de los mejores futbolistas de la plantilla racinguista. Eso sí, dada sus muchas cualidades y del conocimiento que yo tenía de ellas, a él sólo le incumbía cumplir con la misión concreta que yo le encomendaba. Tenía libertad para imaginar. Claro que sí. Pero siempre que la improvisación produjera beneficio.










miércoles, 6 de diciembre de 2017

Asensio y Ceballos jugaron notablemente

Ni siquiera los dos goles tempraneros -Mayoral en el 9 y Cristiano en el 11- le permitieron al Madrid funcionar como bloque y sobre todo impedir que se le vieran sus errores crónicos una vez más. Corría media hora de partido y el Borussia Dortmund empezó a perder ocasiones claras de gol. Yo conté hasta tres. Todas ellas fraguadas por dos jugadores que pusieron de manifiesto que Sergio Ramos sigue fallando más que una escopeta de feria. De lo cual se aprovecharon Pulicic y sobre todo Abumeyang. Éste acabó empatando el partido con goles en el 42 y en el 47. Con todo merecimiento.

El caso de Ramos es preocupante: sabedor de que lleva mucho tiempo jugando mal, rematadamente mal, trata de confundir al personal haciendo alardes de irse al ataque para ver si marcando un gol se redime de sus deficiencias defensivas. Más o menos ha dado en la manía de hacerse notar mediante el grito épico de "A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo". El Madrid necesita urgentemente un central que sea zurdo y ponga orden en esa zona por la cual todos sus rivales tratan de hacer sangre. Y lo peor es que aciertan. 

Para colmo de males se lesionó Varane en el minuto 37. Y Zidane acertó al darle entrada a Marco Asensio. Organizando una defensa donde Nacho y Ramos eran ya acompañados por Theo y Lucas Vázquez. Acabó la primera parte con Asensio buscando hallar su sitio. La segunda parte siguió transitando por la misma senda. Un Madrid  de juego plúmbeo y previsible no lograba superar a un Dortmund crecido. Y a punto estuvo Abumeyang de poner a su equipo por delante en el marcador. 

Llegaron los cambios. Que en esta ocasión sí fueron acertados. Ceballos (57') sustituyó a un Kovacic ya extenuado por haber estado mucho tiempo lesionado. Y en el (68') Isco dejó paso a Llorente. De modo que Asensio se ladeó a la banda izquierda y principió a dar un curso de buen juego con centros medidos y combinaciones veloces.

Fue entonces cuando vimos que el fútbol del utrerano Ceballos puede venirle al Madrid, en estos momentos, como agua en el mes de mayo. Dado que juega buscando siempre el marco contrario con velocidad y dando pruebas evidentes de que su gran manejo del balón le sirve para desbordar líneas, dar el último pase y chutar desde la media distancia. Corre cuanto tiene que correr, sin duda... Pero lo hace por las zonas donde sus prestaciones puedan hacer daños.

En lo tocante a Marco Asensio, conviene decir  que jugó media hora de escándalo. Partió siempre desde el costado izquierdo para enviar centros tan bellos como precisos y prácticos. Durante esa media hora el juego del Madrid adquirió velocidad y precisión en los pases. El gol se veía llegar. Y lo logró Lucas Vázquez en el minuto 80. Victoria necesaria para calmar ansiedades. Ojalá que Zidane sepa ver lo que ha de ver...