Mi amigo Cerezuelo

La última vez que me llamó mi amigo Cerezuelo fue a principios de marzo. Y lo hizo para recordarme que el Barcelona había eliminado de la Copa del Rey al Sevilla y que yo no había dicho ni pío de lo ocurrido. De su queja telefónica aprecié enseguida la ironía que destilaba. Esa guasa, disfrazada de cierto toque de cinismo y con el ángel que le caracteriza. Y es que Cerezuelo no puede negar que primero es gaditano de El Puerto de Santa María y luego culé desde que tuvo uso de razón. No hay nadie perfecto...

La llamada de hoy ha sido para contarme que se ha aburrido con el juego de la selección española. Que  Busquets no está para muchos trotes. Que los jugadores españoles tardan un mundo en llegar a la portería contraria y que apenas ponen a prueba a los porteros. Vamos, que los tiros desde la media distancia, tan útiles cuando los contrarios se defienden con uñas y dientes, parece que les está prohibido...

En fin, que agotados los comentarios sobre el combinado dirigido por Luis Enrique, Cerezuelo, que es de mi edad, más o menos, echa la vista atrás, tal vez poseído por la nostalgia, y me pregunta si me acuerdo de cuando le presenté a Luis Aragonés en el Motel Caballo Blanco. Claro que sí, amigo; pues aún tengo memoria de elefante. Es más, incluso me sé de memoria lo que dijo acerca de los exjugadores que opinan en los medios de comunicación sin haber ejercido antes como entrenador.

¿De verdad, Manolo?

De verdad de la buena. Verás, Luis Aragonés no era muy dado a dar bola a cualquiera. Luis y yo nos conocimos en el Curso Nacional de Entrenadores celebrado en el INEF, en agosto de 1973. Allí se produjo nuestra amistad. La cual fue a más por tener amigos en común. A lo que iba: Aragonés decía que los exjugadores debían ser primero entrenadores y luego, tras dejar la profesión, dedicarse a opinar de lo que veían en los partidos junto al narrador de la cosa. Y no andaba descaminado. 

En fin, estimado Cerezuelo, este asunto lo he tratado yo varias veces. Sabiendo que causa malestar entre técnicos que juegan a varias bandas. Es decir, gano un dinero, me distraigo y sigo manteniendo parte de mi popularidad. Otra manera de abordar la faceta de comentarista es la de quien  se coloca en ese escaparate para ser contratado. Y la tercera, y menos grata, es la del técnico que, tras haber sido destituido por malos resultados, acaba la temporada dando lecciones televisadas. 

 

  

 

 

 

 

Apuntes futbolísticos

Pagar mucho dinero por un defensa nunca fue bien visto en el mundo del fútbol. Incluso se decía que en esa demarcación podía jugar cualquiera. Quienes opinaban a la ligera, tal vez lo hacían porque hubo una época en que muchos extremos con bajo rendimiento, tras un corto período de tiempo de prácticas, se convertían en destacados laterales. Sobre todo diestros. Es decir, que entonces escaseaban los zurdos. De ahí que el traspaso de éstos fuera complicado. 

 

El problema sigue existiendo. Pues debido a que los entrenadores de los grandes clubs entienden que es primordial que el costado siniestro sea ocupado por futbolistas zocatos, a fin de que tanto en defensa como en ataque impere la racionalidad, los pocos que hay cuestan una pasta gansa. Hasta el punto de que los nombres de Alaba y Pau Torres no dejan de sonar como posibles fichajes para un Madrid que necesita cubrir ese puesto. Dado que a Sergio Ramos se le hace cada vez más díficil jugar a pierna cambiada. De hecho, Luis Enrique cuenta ya con los servicios de Pau Torres e Íñigo Martínez. 

 

El primero no está entre los convocados por mor de una lesión. En cuanto a Ramos, si lo que el seleccionador quiere es que aumente su número de partidos con España, haría bien en colocarlo en el lado derecho de la zaga. Demarcación donde se le verían menos sus carencias. Que son ya muchas y muy conocidas por sus  adversarios.  

 

Tampoco le vendría mal a Luis Enrique meditar acerca del escaso rendimiento de Busquets cuando el equipo contrario contraataca y el futbolista azulgrana no hace nada como escudo de su defensa que es. SB aparece siempre que sus compañeros dominen el partido o que los contrarios jueguen con esa parsimonia que él requiere para hacerse notar con sus pases medidos y su deambular cansino.

 

Muchas han sido las veces que servidor ha opinado acerca de lo bien que a Busquets le ha venido el tiqui-taca para su carrera. Ese estilo de juego le ha permitido seguir en la brecha como futbolista de primera fila y admirado por quienes dicen conformarse con los tres o cuatro detalles exquisitos que a veces nos regala: una ruleta, un pase entre líneas, una anticipación o una interceptación de balón de higos a brevas. O bien un disparo desde la media distancia por temporada. Luego... La nada.    

 

Loria le regala la victoria a España

Loria, cuando el partido estaba dando las boqueadas, quiso adornarse para ser portada de todos los medios de su tierra. Pero la palomita le costó a su equipo la pérdida de un encuentro que tuvo ganado durante muchos minutos. La cantada del portero le dio vida a España que jugó muy mal en la primera mitad. En la que los georgianos se impusieron atosigando a los españoles y creando dos ocasiones de gol. Unai Simón paró la primera. Pero le fue imposible evitar el gol de Kvara en el 43'.

El dominio de los georgianos se basó en correr muchísimo, defender muy bien, y hacer del contraataque su mejor arma. España se vio sorprendida por el derroche de facultades de sus rivales y por lo bien que estaban distribuidos en el césped. Si bien es cierto que ya se preveía que mantener ese ritmo tan intenso iría a menos. Y asi ocurrió en la segunda parte. Bajón físico aprovechado por nuestra selección para hacerse con la pelota y dominar la situación del principio al fin del encuentro. 

Luis Enrique, además, con mejores jugadores en el banquillo que la selección de Georgia, hizo los cambios adecuados para dominar de cabo a rabo. Thiago, Oyarzabal, Marcos Llorente y Dani Olmo imprimieron más velocidad al juego. Lo que acabó por agotar a los hombres dirigidos por Willy Sagnol. Los cuales perdieron la poca lucidez que les quedaba por mor de un cansancio que se veía a una legua. El gol de Ferrán los amilanó aún más. Y a partir de ahí sacaron fuerzas de flaqueza para mantener el empate. 

Y a punto estaban de lograrlo cuando Dani Olmo decidió disparar desde su casa a ver si sonaba la flauta. Y sonó con el regalo incuestionable del guardameta georgiano. Aunque la victoria no debe equivocar a Luis Enrique. Puesto que la selección no ha dado la talla en los dos últimos partidos ante combinados que forman parte de la clase media baja del fútbol internacional. Es decir...

Opiniones sobre jugadores franceses

El miércoles pasado acudí presto a sentarme ante el televisor para ver Francia-Ucrania. Debido a que la selección francesa cuenta con grandes jugadores. Hasta el punto de que es normal que el seleccionador de los azules al verse obligado a escoger entre tantos y tan extraordinarios futbolistas se sienta a veces atribulado por la duda. Pero mentiría si no dijera que mi interés principal radicaba en ver a Mbapeé. El cual le disputa actualmente el cetro de mejor jugador del mundo al noruego Haaland. 

 

La estrella del Paris Saint Germain no estuvo bien. Por no decir que no dio una a derechas. Aunque un día malo lo tiene cualquiera. Didier Deschamps no dudó en sustituirlo en el minuto 77. Verdad es que los ucranianos le cerraron todos los espacios y tampoco sus compañeros acertaron con los pases precisos para que el jugador tan en boga luciera como se esperaba. Su actuación me llenó de dudas. Por más que uno tenga asumido que es muy difícil estar bien todos los días cuando se trata de jugar orillado a una banda y con escasos espacios para hacer virguerías eficaces. 

Griezmann, sin embargo, nunca defrauda; ya sea con el Barcelona, ya sea con su selección, siempre da la cara y consigue tantos decisivos. Magnífico fue el que logró frente a Ucrania. Aunque no sé por qué razón ha perdido el aura que tenía cuando era jugador del Atlético de Madrid. Tengo la impresión de que no goza del favor de la prensa. En cambio, a Paul Pogba se le trata, desde hace ya no pocos años, como si fuera el jugador destinado a ser el número uno del mundo. Pero pasan los años y sigue sin salir de esa crisálida de medianía. 

 

Quien me gusta a mí del combinado francés es, sin duda alguna, Kanté. Es el más fiable de todos los futbolistas de su selección y del Chelsea. De él no se esperan arabescos ni genialidades para exhibirlas en escaparates de tiendas de lujo. Porque sabe que su labor es primordial y que de ella dependen quienes han de resolver los partidos. Me recuerda al tan celebrado Makelele del Madrid. Kanté, amén de su insuperable condición físíca, es muy bueno tácticamente.

 

 

Luis Enrique necesita un analista

El fútbol ha evolucionado tanto que no tiene nada que ver con el que se jugaba a finales del siglo pasado y principios de éste. Todo ha cambiado para mejor: vestimenta, balones, terrenos de juego, preparación física, fisioterapia, comidas, cuidados médicos y, por si fuera poco, los entrenadores disponen de ayudantes que les permiten no dar un palo al agua. De modo que tienen tiempo sobrado para equivocarse lo menos posible en las alineaciones, en los sistemas de juego y en otras decisiones.

 

En los grandes equipos y también en selecciones nacionales se ha impuesto, además, el ordenador en el campo manejado por un ayudante que informa al entrenador de cuanto va aconteciendo en el cesped. Por si acaso el técnico no ve tres un burro por mor de los nervios o vaya usted a saber el motivo. En ocasiones, los consejos les llegan por medio de su hombre de confianza en el banquillo. En suma: que los entrenadores gozan de unos privilegios que deberían proporcionarles más aciertos. 

 

Luis Enrique, por ejemplo, ha sido pionero no sólo en ver los partidos desde las alturas durante un tiempo y asimismo de tener analistas en las gradas con los aparatos adecuados para contarle cuestiones relacionadas con las carencias propias o las de los rivales. Así como apuntarle correcciones necesarias e incluso comunicarle la necesidad de optar por cambios urgentes. Semejante adelanto, debido a que yo no soy misoneísta, me parece extraordinario. 

 

Ahora bien, lo que no acabo de comprender, tal vez porque los años no me lo permiten, es por qué el analista de Luis Enrique no le dijo ayer que jugar con dos centrales -Eric Garcia y Sergio Ramos- sin delanteros a quienes marcar es una herejía futbolística. De hecho, no  corregir tamaño error hizo posible que los griegos salieran ilesos en la primera parte. Luego, cuando estaba a punto de ser presa del sueño, pensé en que a lo mejor el seleccionador ya no tiene analista capacitado para ese menester. Lo cual es un problema morrocotudo (?).

 

 

 

 

 

 

 

España careció de ideas

El seleccionador griego dejó a los centrales españoles sin nadie a quien marcar. Así que Eric García y Sergio Ramos jugaron sin ninguna referencia a la hora de defender. Pero ambos carecieron de ideas para ayudar a su equipo ante un rival con toda su tropa metida en campo propio y muy cerca de su portero. Ramos recurrió a su clásicos cambios de orientación hacia el lado de Ferrán y jamás trató de buscar otras soluciones con espacios suficientes para llevarlas a cabo. Eric García tampoco supo aprovechar la libertad que le concedieron y se quedó a verlas venir.  De modo que nuestra selección estuvo toda la primera parte mal situada en el césped y Luis Enrique sin percatarse del asunto.

Cierto es que Llorente y Gayá formaban una línea de cinco con Canales, Rodri y Koke en el centro del campo. Mientras que  Ferrán, Morata y Dani Olmo estaban en la primera línea de ataque. Es decir, que por delante del balón la selección contaba con muchos jugadores. Lo que les faltaba a todos ellos es recibir la pelota en las mejores condiciones y ello no sucedía porque los centrales eran incapaces de entender lo que exigía el muro defensivo del rival. En ocasiones, Canales se retrasaba para poner orden y enlazar con sus compañeros. Mas pronto se aburrió o lo aburrieron. Lo único destacable en ataque fue la pelota al poste enviada por Dani Olmo. Por cierto, lo único que hizo. Y sobre todo el golazo de Morata a pase de Koke. 

Luis Enrique, todo hay que decirlo, anduvo dormido durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Tal vez porque pensó que el combinado griego era pan comido. Y que los goles, más pronto que tarde, caerían como lo hacen las brevas maduras de las higueras. Craso error. Puesto que los griegos empataron de penalti (56') y a partir de ahí concedieron escasas ocasiones para que nuestros jugadores batieran a un portero con un nombre que es difícil acordarse de él.

Íñígo Martínez, sustituto de Sergio Ramos, fue el autor de la pena máxima. Y, aunque los griegos dieron un paso al frente, tampoco tuvo que esforzarse mucho como defensor. Ni él ni Eric. O sea, que ambos no supieron jugar sin nadie a quien marcar de cerca. En general, el equipo español estuvo mal situado. Y lo pagó caro frente a un adversario muy inferior. El partido se animó un poco con la entrada de Bryan Gil. La pena es que sus centros no llegaron a Morata. El mejor de los nuestros. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lo de Ramos es una asunto manoseado

Fechas atrás, dije para mí: el asunto concerniente a Sergio Ramos está tan manoseado que no merece la pena dedicarle ni siquiera unas líneas. Pero uno propone y el conocido de turno me llama por teléfono y en un amén pasa de contarme que aún no ha sido vacunado a preguntarme por qué me cae tan mal el Capitán del Madrid y de la Selección de fútbol de España. Me mordí los labios para no mandarlo allá donde el viento da la vuelta. Es decir, a los chirlos mirlos. En suma: al carajo. Y perdonen el vulgarismo.

Sellarme la boca a tiempo me permitió retorcerle el cuello al ramalazo de ira que mi interlocutor me había provocado con sus palabras. Así que recuperada la calma le aclaré algo que él sabía sobradamente: Mira, Fulano, yo opino de los defectos o virtudes de los futbolistas y, lógicamente, de sus actuaciones. Pero jamás influye en mí que tengan más tonterías que un Mueble Bar o que se crean que han descubierto la penicilina.

-Ya lo sé, Manolo, ya lo sé; no en vano te conozco desde hace muchos años.

Pues bien, a favor de Sergio Ramos te diré algo que nadie ha dicho o yo no lo he oído o leído: a SR le ha sentado siempre muy mal jugar en el lado izquierdo de la zaga. Donde se le han ido acrecentando los defectos con el paso de los años. Deficiencias que no se hubieran producido de haber actuado en la demarcación derecha. Posición que podría haber exigido cuando lo hubiera creído conveniente. Cierto es que todas sus debilidades defensivas quedaron disimuladas por sus goles decisivos en partidos trascendentales. Verdad de Perogrullo.

Los años no pasan en balde para nadie. Y Ramos camina ya hacia los 35. Y por más que trate de sacar pecho, exhibir musculatura y airear que puede jugar hasta los cuarenta a pleno rendimiento, el club está en su derecho de alegar que existen unas normas que nadie puede saltárselas a la torera. Así que bien haría el camero en aceptar el contrato por una temporada y la pasta que le ofrecen. Y sobre todo hacerse a la idea de que su equipo necesita fichar cuanto antes a un central zurdo. Por más que Nacho cumpla bien su cometido cuando le toca jugar. 

Sin un central zurdo de categoría, la distribución racional del Madrid en el campo no es la mejor. Y todos los delanteros veloces tratan de adentrarse por ese costado. Lo cual causa problemas por toda la banda. Y sobre todo, por más que traten de ocultarlo, Ramos recurre a los cambios de orientación por sistema, debido a que los hace con el pie derecho. Y esa salida del balón desde atrás es conocida ya hasta en la Conchinchina. 

En rigor, Florentino Pérez sabe que el equipo necesita un central zurdo. Y que Ramos debe hacerse a la idea de que sus renovaciones han de producirse por temporadas. Mientras tanto, bien haría el 'Gran Capitán' en no sembrar la semilla de la discordia con la ayuda de medios de comunicación que no cesan de airear un asunto muy bien llevado, hasta ahora, por el presidente de la 'Casa Blanca'. O sea. 

 

 

 

 

 

 

Recuerdos de los años sesenta

Hoy le he dedicado mi hora de lectura a lo que un director de cine español se atrevió a llamar "los felices sesenta". Y los recuerdos han aflorado. Sin llegar a la nostalgia de un tiempo en el que yo tenía veinte años y vivía a mi aire en un Madrid en el cual se podía cruzar el paseo de la Castellana sin miedo a que te atropellara un seat 600. Y donde me permitía el lujo de alternar algunas tardes en el Bar Chicote o en El Abra. 

A la hora del aperitivo, cuando me era posible, acudía presto al Pasaje de Matheu, situado entre las calles de Espoz y Mina y de la Victoria. Allí estaba el Bar Club, frecuentado por futbolistas, toreros, actores... Y jóvenes deseosos de abrirse camino en cualquier actividad que les proporcionara un medio de vida superior. Ni que decir tiene que pocos lo conseguían. Algunos tenían suerte y terminaban encontrando trabajo. 

Vi a Di Stéfano cambiar el fútbol con su posición en el césped. Fue él quien jugó como ningún otro de eso que ahora se llama falso delantero o delantero flotante. El Bernabéu era un clamor. También vibraban los aficionados del Atlético, en el viejo Metropolitano, con Mendonça, Rivilla, Calleja, Adelardo, Peiró, Enrique Collar, Griffa, Glaría, Madinabeytia, Medina...

Disfruté de lo lindo jugando en Vallecas frente al Rayo y contra el Plus Ultra en el campo de la Ciudad Lineal. Eran partidos donde a mí se me daba bien marcar a jugadores cedidos por el Madrid: José Luis, González, Felines... Tuve la suerte de conocer a un entrenador extraordinario: Luis Elices Cuevas. Uno de los mejores técnicos de aquella época en un Madrid donde su personalidad sobresalía. Hablaba con tanta claridad que los directivos no se atrevían a decir ni mu. 

Elices fue el primero que colocó el famoso líbero como mediocentro. Había sido portero del Betis y del Córdoba. Regía un negocio en el Paseo de Recoletos. Así que no necesitaba el fútbol para vivir. Recuerdo que a los dos nos gustaba ir a Las Ventas del Espíritu Santo para ver a nuestros toreros favoritos. Luis era de José María Manzanares y yo de José Luis Galloso. El último consejo que me dio, después de perder un ascenso frente a la Sociedad Deportiva Eibar de Eulogio Gárate, fue que siguiera un año más con él en Segunda División A. Pero a mí me dio por decir que no. Y tardé nada y menos en sentarme en los banquillos.  

 

 

 

 

 

 

 

 

Buen juego y emoción en La Liga

Se suspende La Liga en el momento más interesante. En algunos partidos de la última jornada hubo emoción y en otros la agitación iba cogida de la mano del buen juego. La primera parte del Madrid en Balaídos fue primorosa. Por más que la perfección sea siempre un logro difícil. En la segunda mitad, debido a que los gallegos redoblaron sus esfuerzos, reinó la expectación por el resultado y decayó en parte la calidad mostrada por el conjunto visitante durante cuarenta y cinco minutos. Modric y Kroos estuvieron como en ellos viene siendo habitual: magníficos. Benzema anduvo en su línea... Y el bloque funcionó defensivamente cuando los locales apretaron de lo lindo.

 

Atlético de Madrid y Alavés se jugaban puntos de valor incalculable a estas alturas del Campeonato. Dominaban los locales pero reinaba la incertidumbre porque el equipo Babazorro se defendía con orden y no cejaba en su empeño de merodear el área rojiblanca. Ni que decir tiene que la emoción era superior al juego que mostraban ambos conjuntos. El gol de Luis Suárez en el minuto cincuenta y cinco no acobardó a los vitorianos. Los cuales se fueron a la búsqueda del empate con decisión. Y les llegó la oportunidad tras un penalti absurdo cometido por Savic. De haber acertado Josele su equipo habría dado un paso más para eludir el fatídico descenso de categoría. Pero Oblak, que nunca se ha distinguido en esta faceta, detuvo el disparo del delantero y evitó que el Atlético se pusiera a tiro de sus perseguidores. 

Real Sociedad-Barcelona. Hace nada y menos, sobre todo tras ser eliminados los azulgrana por el PSG, la labor de Ronald Koeman estaba bajo sospecha. Lo que unido a los problemas que acuciaban al club por la dimisión del presidente Bertomeu y la abulia que parecía haberse apoderado de Lionel Messi, auguraban malos presagios para el técnico holandés y, claro es, también para el equipo. Pero el entrenador, en vez de amilanarse, decidió cambiar el sistema de juego y dio la sorpresa en el Sánchez Pizjuán. A partir de ahí el Barça fue a más. Ayer, en el Reale Arena de San Sebastían, arrolló a la Real Sociedad. Y lo hizo con seguridad defensiva, protección de Busquets y teniendo en Dembélé la bomba que nadie logra desactivar. Mientras que Messi se lo pasa en grande con el rendimiento de sus compañeros.

 

Nacho, Benzema y Haaland

Nacho

 

De la polivalencia de Nacho he escrito yo en varias ocasiones, dada la facilidad con que se adapta a cualquier demarcación de la defensa. En 2016, recuerdo que hizo partidos en los que dio todo un curso de cómo un jugador diestro debe actuar en el lado izquierdo de la zaga. Ya de lateral, ya de central. Por tal motivo lo comparé con Manolo Sanchis (padre). Cambiando lo que haya que cambiar. Porque MS, siendo derecho, destacaba sobremanera en el costado siniestro. Digna de encomio es también la calidad de Nacho, atiborrada de recursos, que le permite actuar de higos a brevas y rendir como si fuera titular indiscutible. Ahora bien, lo que no es de recibo es que para destacar a Nacho haya que infravalorar el rendimiento de Raphael Varane. Y, de paso, hacerle el artículo a Sergio Ramos. 

 

Karim Benzema 

 

Durante la estancia de Cristiano Ronaldo en el Madrid, debido a que estaba siempre merodeando el área para marcar goles, y pocas veces ayudaba en labores defensivas, Karim Benzema hubo de jugar como delantero falso o flotante. Desde esa posición, amén de sus pases certeros, descolocaba a sus rivales y dejaba el camino expedito para la estrella portuguesa. Y hasta hacía goles... Pero no en la medida que los aficionados esperaban del francés. Tras la marcha de Cristiano, Benzema no cambió su situación táctica. La cual era similar a la que hacen los considerados mediapuntas. Y pronto dijimos que era necesario colocarle por delante a un delantero centro de verdad. Pero ni Borja Mayoral ni Mariano ni Jovic solucionaron lo que parecía un problema. Tampoco la presencia de Isco por detrás le beneficia a nuestro hombre. Resumiendo: Benzema está demostrando que es el jugador ideal en esa posición. Donde los centrales lo pierden de vista y le permiten no sólo dar el último pase sino rematar las jugadas generadas por él con sus extremos.  

 

Haaland

 

Se dice que el Madrid insiste en fichar a Haaland: delantero centro goleador y que también gusta de alejarse de su posición para descomponer a sus marcadores. Es decir, que en eso se parece no sólo a Benzema sino a cualquier delantero que no permanezca estático y esperando el fallo de los zagueros para aprovecharlo. Vamos, que ya no están de moda los atacantes palomeros. Aunque haberlos los hay. Si acaso se produjera la contratación del futbolista noruego por el equipo blanco sería una gozada ver a ambos con misiones concretas y adecuadas a sus capacidades. Bajo un sistema en el cual el medio campo merengue estuviera bien cubierto por las bandas y los dos delanteros pudieran moverse en todas las direcciones. Incluso acotándoles el trabajo defensivo. Tal vez mi opinión se base en las muchas satisfacciones que a mí me dio el sistema conocido como 1-4-4-2.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Benzema es imparable

El Celta no pudo eludir la presión alta del Madrid con la defensa adelantada y precisión y rapidez en el manejo del balón. La superioridad del equipo merengue fue absoluta. Kroos y Modric se hicieron dueños de la situación y Benzema marcó dos goles (29' y 31'). Hasta ese momento el equipo gallego no había dado señales de vida. Iago Aspas y Santi Mina habían sido anulados por  Varane y Nacho. Mientras que las bandas estuvieron cerradas a cal y canto por Lucas Vázquez y Mendy. 

El gol de Santi Mina de cabeza, en un descuido defensivo de Casemiro, en el último tercio de la primera mitad, le dio alas al equipo gallego. De ahí que el encuentro adquirió la emoción de la cual había carecido hasta entonces. Pero nos permitió comprobar, una vez más, la sobriedad de los centrales blancos y las oportunas intervenciones de Courtois. Tan pocas como comprometidas. Del sistema de juego cabe decir que el 4-3-3 tenía como variante la ayuda que Valverde le prestaba por la banda derecha al centro del campo.

Vinicius, por el lado izquierdo, ponía en evidencia a Hugo Mallo. Hasta el punto de que el capitán celeste hubo de emplearse con más dureza de lo habitual en él. Pero se repitió la misma cantinela de siempre: el brasileño se hace un lío cuando le toca acabar la jugada. Todo lo contrario a Benzema. Aunque no debemos olvidar que el francés también pasó por un trance parecido en sus primeros años en el Madrid, jugando como delantero centro falso. 

El Celta  estuvo a punto de empatar por medio de Iago Aspas. Su disparo a balón parado se estrelló en en el poste derecho. Debido a una falta indicada por Melero a Modric. La cual no existió. Si bien es cierto que la mejora de los vigueses fue capeada por el Madrid con entrega, oficio y calidad. Kroos, Modric y Casemiro, con la ayuda de Valverde, volvieron a mandar en la parcela central y fueron desengañando a los locales.

El cambio de Kroos por Marco Asensio, seguramente para darle descanso al alemán, le sentó muy bien al mallorquín. El cual aprovechó esos minutos para marcar el tercer gol. Tanto que, unido al que obtuvo frente al Atalanta, le será de mucha ayuda para recuperar la confianza perdida.  Tras una lesión complicada y sobre todo porque llevaba ya mucho tiempo desnortado.  

 

 

 

 

  

El Madrid tiene baraca en la Champions

Esperaba el sorteo de los Cuartos de Final de la Champions 2021 con verdadero interés. Todos los equipos clasificados, incluido el infravalorado Oporto, me parecían rivales difíciles para un Madrid cuyo juego está prendido con alfileres. Por razones más que conocidas: el equipo depende de cuatro o cinco futbolistas veteranos y los goles los ha de marcar, casi siempre, Benzema. Así que bien haría Zidane en invocar a todos los santos habidos y por haber para que esos jugadores lleguen en las mejores condiciones a la primera cita contra el Liverpool.  

Mucho se ha escrito y hablado, antes de hoy, acerca de que el Madrid actual no tiene capacidad suficiente para enfrentarse al Manchester City, Bayern de Múnich y Paris Saint Germain. Es más: ni siquiera al Borussia Dortmund, Chelsea y Liverpool. En rigor, todos los opinantes daban por descontado que el equipo blanco sería eliminado por cualquier adversario que no fuera el liderado por Pepe; defensa que hizo historia en la 'Casa Blanca' y que todavía se codea con los mejores centrales del fútbol mundial. 

El sorteo ha querido que el adversario sea el Liverpool, dirigido por Jürgen Klop: entrenador tan original como simpático. Y a mí me parece que a éste le habrá sentado como un tiro que le haya tocado el Madrid. Debido a que sabe jugar la Champions como ningún otro equipo. A pesar de que en estos momentos no sea ese conjunto que amilanaba a sus contrarios antes de empezar los partidos. En cambio, creo que Zidane estará satisfecho por el emparejamiento.

El Liverpool, repleto de buenos jugadores (Origi, Firmino, Milner, Shaquiri, Mohamed Salach, Virgil van Dijk...), no está jugando bien, ocupa la sexta posición en la Premier League y ha encajado muchos goles. Tal vez porque sus mejores defensas han pasado por ese calvario que son las lesiones. La cuestión es que ahora mismo trata de recuperar ese estado óptimo que otrora tuvo. En fin, peor hubiera sido jugar frente al Chelsea. 

Del Chelsea, tras ver sus partidos con el Atlético de Madrid, pude comprobar el estado de forma de Kanté y Kovacic; ambos incansables en el centro del campo. La solidez de su defensa guiada por Rüdiger. Y la peligrosidad de jugadores como Timo Werner, Hakim Ziyech y Havertz. De modo que sólo vale creer, a partir de ahora, en la baraca que tiene el Madrid en la UEFA Champions League.

 

  

 

 

Los males del pluripartidismo

Karl Popper, filósofo austriaco, dijo -en la década de los ochenta- ser partidario del bipartidismo en la democracia. En aquel tiempo, recuerdo que muchísimos políticos españoles suspiraban por el pluripartidismo a la italiana, cuando ese pluripartidismo no es otra cosa que la gran corrupción de los políticos en orden a su presencia en el poder, respecto a sus dogmas y sus programas.

Un profesor universitario, con quien yo compartía tertulia en la sala de estar de un hotel de mi pueblo, cada vez que el tema salía a relucir, respondía a media vuelta de manivela: "Ese pluripartidismo del cual habláis no es otra cosa que la gran corrupción de los políticos en orden a su presencia en el poder, respecto a sus dogmas y sus programas". Y cerraba su intervención así: "La gobernabilidad es también más peligrosa cuando se reúnen muchos diferentes para gobernar o para distribuirse la tarta".

No obstante, mi amigo decía que tampoco era malo que existiera, al lado de dos grandes fuerzas políticas, algún partido testimonial para consolación o para la facilitación de una mayoría en el poder. E insistía: "Lo ideal, en cuanto a la autoridad y a la gobernabilidad, es que haya una fuerza homogénea o coaligada en el poder y otra fuerza -sola o en coalición- en la oposición. Y que exista cierto equlibrio entre ambas".

El PSOE ya no es el partido de la época de Felipe González. Y qué decir del Partido Popular... Ambos han perdido el oremus y de eso se han aprovechado Unidas Podemos y los nacionalismos. "Los nacionalismos son incompatibles con la democracia y la libertad. Han sido la desgracia de este país". Así lo manifestó Vargas Llosa en una entrevista publicada en ABC. En enero de este año.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Modric, Kroos y Vinicius

Modric y Kroos mantienen a su equipo vivo tanto en La Liga como en la UEFA Champions League. Ambos son ejemplos para sus compañeros y sobre todo para quienes desean vivir del deporte rey. Ser piezas vitales en el centro del campo de un club tan grande es muy difícil. Pero tanto el croata como el alemán lo consiguen porque tienen un gran conocimiento del oficio y cuentan con las cualidades físicas y técnicas suficientes para ser claves como elementos de unión entre líneas

 

Pero hay más: lo mismo desempeñan sus cometidos, cuando la ocasión lo requiere, por los costados o bien por el centro; ora como mediapunta, ora como mediocentro. Ayer dieron un curso de cómo bajarles los humos a unos rivales que presionaban muy cerca de Courtois y marcaban al hombre. Y lo hicieron además a la chita callando. El problema es que la edad les irá mermando sus condiciones y... Los echaremos de menos. 

 

La velocidad en el fútbol es primordial. Paco Gento marcó una época en el Madrid porque era más rápido que el viento. Pero antes hubo de pasar las de Caín, debido a que no concluía ninguna jugada. Incluso se chanceaban de él cuando se dejaba la pelota detrás o se estrellaba contra las vallas de publicidad situadas en los fondos del terreno de juego. Gracias a la intercesión de Di Stéfano, que sabía que la velocidad de Gento era oro molido, el Madrid no prescindió de quien llegó a ser conocido como la Galerna del Cantábrico.  

 

Válgame el ejemplo de Gento, cambiando lo que haya que cambiar, a fin de confiar en que la velocidad de Vinicius, divino tesoro, le sirva no sólo para desbordar a sus marcadores, que también, sino para concluir las jugadas como mandan los cánones. Es decir, marcando goles. Y no me cabe la menor duda de que entonces será un jugador indispensable en el Madrid. Que sea cuanto antes.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Buen partido del Madrid

Gasperini ha logrado que el Atalanta sea un equipo capaz de codearse con los mejores en Italia y que además haya ganado fama en las competiciones europeas. Ganarle al conjunto de la región de Lombardía no es tarea fácil. Dado que sus jugadores presionan muy arriba incluso cuando atacan y pierden el balón. Marcan al hombre y hay que moverles la pelota con precisión y rapidez para que sufran defensivamente. El Madrid estuvo dubitativo durante veintantos minutos. Pero los italianos no aprovecharon ese dominio para batir a Courtois.

 

El equipo blanco empezó a carburar cuando Modric, Kroos y Valverde se adueñaron del centro del campo. Zona vital donde se cuecen las derrotas y las victorias. Lo de Modric es increíble: corre como si fuera veinteañero y juega como los ángeles. Si es que éstos juegan al fútbol. También la velocidad de Vinicius hizo mella en el sistema defensivo del Atalanta. La pena es que en la segunda parte, tras una jugada extraordinaria, marró la ocasión de gol. Triste sino que acompaña al joven brasileño.

El primer gol del Madrid llegó tras un fallo garrafal de su portero: Sportiello sacó el balón en corto y Modric atento a la jugada se hizo con el esférico y se lo cedió a Benzema. Y éste  aprovechó el espléndido servicio del croata. Corría el minuto treinta y los italianos acusaron ya el cansancio por mor del ritmo que habían impuesto sin obtener beneficio. 

 

La segunda parte fue más de lo mismo. Así que pronto llegó el penalti a Vinicius... Y gol de Ramos. Fue entonces cuando la superioridad de los jugadores blancos se hizo patente. Sin embargo, Muriel acortó distancias con un golazo a balón parado. Pero poco les duró la alegría a los entrenados por Gasperini. Porque Marco Asensio, sustituto de Valverde, marcó el tercer tanto en el primer balón que tocó. Buen partido del Madrid. Que le ha valido para eliminar a un equipo al que no es fácil domeñar.

Conozco a Vivas desde hace cuarenta años

Me llama X. Es un viejo conocido. Habla de fútbol hasta por los codos. Y llega un momento en el cual estoy a punto de colgarle, alegando un principio de migraña, pero me cuesta lo indecible proceder así. Aunque trato de aliviar mi situación dejándole chamullar y diciéndole a todo que sí. Cuando parecía que el adiós era inminente, mi intelorcutor cambia de tercio. Y lo hace para referirse a Juan Vivas.

Mi respuesta es tajante: cuando yo tengo que hablar del presidente de Ceuta lo hago por escrito y lo publico. Y si no se lo digo mirándole a la cara es porque hace ya muchísimo tiempo que no se me ha presentado la ocasión. Así que espero no molestarte si me acojo a mi derecho de guardar silencio. Mis palabras debieron sentarle como un tiro a mi conocido. Algo que deduje porque su voz se volvió opaca. Y me lo imaginé con la cara descompuesta y bisbiseando maldades contra mí.

No es la primera vez que este conocido trata de tirarme de la lengua para que yo opine acerca de quien lleva dos décadas ejerciendo de primera autoridad de Ceuta. Para luego hacer de correveidile. Dado que es un destacado palmero que agacha la cerviz en cuanto se cruza con el presidente. De sobra sabe él, ese conocido mío, que yo conozco a Juan Vivas desde hace al menos cuarenta años. Incluso que tuve con él un duro enfrentamiento público por cuestiones que ya han caducado. 

Aquel Vivas era un tipo capaz de mezclar el aceite con el agua. Un vendedor de ideas que nunca cuajaban. Pero que le permitía ganar adeptos y que éstos airearan que era un funcionario con mucho futuro y sobrado de caletre. Y, claro es, Vivas fue creciendo como la espuma. Su oratoria campechana le hizo ganar no pocas adhesiones. Gustaba recordar que era un ceutí que procedía de la clase media. El caso es que -como político- durante años su credibilidad ha sido alta: la gente estaba convencida de que era un hombre que creía en lo que predicaba.

Pero Vivas es también un político solitario, alguien que - a pesar de pasarse la vida saludando a todo quisque- da la impresión de estar bastante encerrado en sí mismo. Y, desde luego, sabe que su popularidad sigue descendiendo con celeridad. Dicen que el poder vuelve a las personas locas. La locura de Vivas no creo que sea suficiente como para que aspire a eternizarse en el cargo. Lo dice alguien que no necesita correveidile

 

 

 

     

  

Ecos del Madrid-Elche

El Madrid era un equipo deficiente hasta que Zidane sustituyó a Isco y Valverde por  Kroos y Modric. Pues ambos cambiaron el rumbo de un partido que el equipo ilicitano tenía controlado. La actuación de Isco fue insoportable, sin duda alguna; aunque no sorprendente. Puesto que, unas veces por hache y otras por be, nunca da la talla. Y no será ni por falta de oportunidades ni tampoco porque no goce del favor de la prensa en general.

En cambio, no me resigno a creer que también lo sea Valverde. Cuya irrupción en el primer equipo nos alegró las pajarillas a los madridistas. Si bien es cierto que tampoco estuve de acuerdo con quienes lo pusieron en la cresta de la ola por dos o tres actuaciones notables. El uruguayo ha perdido la fe en sus posibilidades y se le nota muchísimo. Y esas dudas se reflejan en todas sus acciones. Aunque a veces me pregunto si no será porque sale al campo sin misión concreta y en sitio inadecuado. De estar en el Atlético de Madrid, seguramente sería ahora celebrado.

El Madrid sin Kroos ni Modric es un equipo vulgar. Verdad de Perogrullo. Ayer se pudo comprobar una vez más. El problema -amén de que Modric tiene 35 años y 31 Kroos- es que no tienen recambios. Lo que no entiendo, por ejemplo, es que Odegaard esté cedido e Isco continúe en el club para que sus exquisitos partidarios nos hablen de él como si fuera un taumaturgo; es decir, hacedor de cosas maravillosas. 

Tampoco conviene echar en saco roto la vuelta de Sergio Ramos al tajo. Durante su ausencia, la defensa del Madrid, con Varane a la cabeza, cumplió perfectamente con su cometido. Ayer, sin embargo, la presencia del 'Gran Capitán' no aportó nada. Es más, mirando su actuación con meticulosidad, sería procedente opinar que no estuvo a la altura de las circunstancias. Pues bien, sus palmeros han salido en tromba a meterse con Varane. Por si acaso el francés está convencido de que es una pieza vital en la zaga merengue.

 

 

  

Benzema es el rey Midas

Benzema le ha sacado, una vez más, las castañas del fuego a Zinedine Zidane. Marcando dos goles cuando el Elche se había adelantado en el marcador por medio de Dani Carrillo en la segunda parte. El entrenador del Madrid volvió a improvisar alineación y estilo de juego que nunca le funcionan. Y su equipo jugó peor que nunca. Que ya es decir. Daba grima ver un centro del campo poblado de jugadores y con Isco al mando de las operaciones. Es decir, imponiendo su trotecillo y contagiando sus andares a todos sus compañeros. Y el equipo ilicitano se aprovechó de semejante bicoca.

De sobra sabe ZZ que en la Liga Santander no hay equipos fáciles. Puesto que los menos encopetados se distinguen por su disciplina en los marcajes y porque practican el contraataque como arma principal. Y que el mejor antidoto es que futbolistas como Kroos y Modric impongan orden y hagan posible que la pelota les llegue a los delanteros en las mejores condiciones. Sí, ya sé que ambos son treintaañeros y que los necesita descansados para jugar frente al Atalanta. Pero siempre será mejor resolver el partido cuanto antes y luego recurrir a las sustituciones.

Kroos, Modric y Rodrigo sustituyeron a Isco, Ramos y Valverde. Y el Madrid empezó a funcionar en la misma medida que su rival se iba encogiendo. Y, claro, llegó el primer gol de Benzema. Tras un pase magistral de Modric. Y luego, cuando el encuentro estaba dando las boqueadas, obtuvo el segundo tras rematar un pase de Rodrygo. El cual se hizo notar más que Eden Hazard cuando entró por Vinicius. El belga sigue sumido en un letargo que nos encoge el alma a quienes le hemos visto hacer diabluras en el Chelsea. ¡Qué pena!...

Mucho tendrá que mejorar el Madrid si quiere eliminar al Atalanta. A pesar de su victoria en Italia. El problema es que el equipo merengue depende muchísimo de dos futbolistas: Modric y Kroos. Y si ellos no tienen su día, mucho me temo que el partido sea un calvario para los blancos. Y, desde luego, que Benzema siga haciendo de rey Midas. 

 

Millones de parados

Mas de cuatro millones de parados es un peligro constante para el Gobierno presidido por Pedro Sánchez. Los desempleados se manifestarán a cara descubierta en cualquier momento. Nadie más que un parado responsable sabe cuánta tensión despierta sentirse inutilizado, ni cuánta humillación acumulan la búsqueda de empleos inferiores, las colas para sellar las cartillas del paro, el venga usted mañana, la petición de favores y el presentir que la gente tacha de vagancia, por si fuera poco, lo que es un vía crucis.

Más allá de la inquietud material -y uno la ha vivido-, el hombre privado de trabajo duda de sí mismo y de su capacidad. Un hombre sin trabajo, no me cansaré de decirlo, va de un lado para otro de la casa como un perro abandonado. Venido a menos, gacha la cabeza, y siempre con la susceptibilidad a flor de piel. Por lo que cualquier pregunta sobre su situación hace que su amor propio herido estalle con virulencia y las palabras apasionadas se salgan de su cauce y estalle el conflicto. 

Un varón sin trabajo se siente casi emasculado. Tanto si su mujer trabaja como si no lo hace. Muchos son los que pasan de ser agradables y cercanos a mostrarse huraños, huidizos, hoscos... Debido a que de la noche a la mañana les ha cambiado la vida y no saben qué decirles a los hijos acerca de cómo lo sucedido influirá en ellos. Ya nada será igual. Pues se verán obligados a modificar los hábitos de consumo y por supuesto han de renunciar a los caprichos que antes podían permitirse. 

Mientras el drama de millones de parados es ya una realidad, y la clase media ha ido a menos, la clase política está desacreditada. La gente no entiende que las Comunidades Autónomas y muchos Ayuntamientos se hayan convertido en empresas en las que son colocadas a dedo personas pertenecientes al partido que gobierna. Bien como asesores o como ayudante de otros asesores principales. Los cuales llegan, en muchos casos, con una excedencia de otro trabajo. Y qué decir de los sueldos de los políticos y de las subvenciones.

En fin, debido al virus no es tiempo para que se produzca una revuelta. Por más que las colas del hambre aumenten sin solución de continuidad. A propósito, un revoltoso no es un rebelde. La revuelta, dijo Octavio Paz en su momento, es una palabra que expresa muy bien la inquietud y la inconformidad de un pueblo que, aunque se amotine contra una injusticia, está dominado por la noción de que la autoridad es sagrada.

 

 

 

La última primavera

Dijo el poeta que la esencia de la primavera es la versatilidad. Que nunca es igual a sí misma, y mucho menos a los ojos de quien la ve. Pronto llegará la estación del año en la cual todo se expresa, todo despierta, todo se exterioriza. Y en mí, créanme, aún perdura lo acontecido nada más principiar la del año pasado. 

Aquel marzo fue horrible: la gente empezó a morirse de un virus desconocido. Los hospitales carecían de casi todo para albergar a tantos enfermos. Cundió el pánico y los autoridades no daban pie con bola. Se contradecían a cada paso y pronto ordenaron el confinamiento como medida muy principal para no contagiarse ni contagiar. 

A las cinco de la tarde de aquel día de primavera se puso a llover. A través de los cristales del cierro de mi escritorio observaba yo la caída de una lluvia fina, densa, menuda, pausada. El aire circulaba con la mínima velocidad. El cielo era gris y bajo. A medida que caía la tarde, el gris del cielo se volvía de un blanco de gasa. La calle estaba desierta. Había un silencio espeso, un silencio que se palpaba, un silencio sepulcral.

La televisión no cesaba de dar noticias referidas a la Covid-19 y los especialistas de virus opinaban al respecto. Lavarse las manos a cada paso era el primer consejo que nos daban. A partir de ahí nos hablaban de la necesidad de llevar mascarillas y de cómo había que guardar las distancias al hablar con otras personas. Amén de que era contraproducente tocarse la nariz o la boca sin antes haber usado el gel para las manos o bien el lavado de éstas con jabón. 

A las diez de la noche, conociendo ya las muchísimas muertes que se habían producido, la cantidad de infectados que había en España y en todo el mundo, y la extraordinaria labor que estaban realizando médicos, enfermeras y enfermeros, el Viva España de Manolo Escobar me sacaba de quicio. Nunca entendí por qué nos aturdían con ese pasodoble. La última primavera fue horrible en todos los sentidos. Quizá la última es siempre la peor. Ojalá que la próxima sea el comienzo de un tiempo mejor. 

 

 

 

 

 

 

 

 

La crispación de Lopetegui

Nunca fue tarea fácil ser entrenador de fútbol. Mandar es un ejercicio complejo. Hacerlo con acierto y equidad es doblemente difícil. Dirigir a una plantilla de futbolistas es más complicado que ser director de cualquier empresa. Porque no hay día en el cual los medios de comunicación no accedan a cuanto acontece en el seno de un equipo donde no todo es color de rosa. Ni mucho menos. 

 

Todos los técnicos sueñan con tener una gran plantilla. Aun sabiendo que ese logro tampoco está exento de dificultades. Ser entrenador consiste en la capacidad de hacer planes y además convencer a los jugadores para que los lleven a la práctica de la mejor manera posible. Y ganar cuantas más veces mejor. Verdad de Perogrullo. De no ser así, las dudas surgen y los comentarios van haciendo mella en el técnico. El cual ha de mantener la calma y firme el ademán. Por más que se pase las noches en vela dándole vueltas al tarro.

 

El club hispalense lleva ya mucho tiempo liderando la clase media alta de nuestro fútbol y compitiendo en Europa con notable éxito. Así que su técnico es consciente de que perder tres o cuatro partidos decisivos provoca la ansiedad de sus dirigentes y la irritación de sus seguidores. Conocimiento que se refleja en su rostro cuando es exhibido por las cámaras de televisión. Tengo la impresión de que día llegará en que a Lopetegui no le queden ni uñas para paliar en parte esa crispación que se apodera de él durante los partidos.  

El Sevilla, tras perder en La Liga y en las semifinales de la Copa del Rey frente al Barcelona, cuando llevaba una ventaja de dos goles, fue derrotado en Elche y ayer fue eliminado de la UEFA Champions League por el Dortmund. Derrotas que en cualquier otro club habría motivado la despedida del técnico. Pero en el equipo hispalense es díficil que ello suceda mientras que Monchi sea su director técnico. Eso sí, bien haría Lopetegui en ingerir cualquier tranquilizante para no sufrir obnubilación en momentos claves de los partidos.

Madrid es invadida por la juventud francesa

En el cine del franquismo la censura era total. Los besos tenían que ser castos y todo lo correspondiente al sexo había que imaginárselo. De ahí que muchísimos españoles viajaban a Perpiñán para darse un atracón de cine erótico y pornográfico. Fanáticos de los primeros planos, regresaban a sus ciudades tan eufóricos como dispuestos a narrar las escenas vividas en Francia como expertos en voyeurismo. Tras haber conducido hasta el extásis sus empolvadas imaginaciones, repletas de telerañas que en ellas se habían acumulado durante cuarenta años.

Lo escrito me viene a la memoria mientras veo -por televisión- a los franceses invadiendo Madrid durante sus vacaciones o fines de semana. Y sobre todo presto atención al motivo por el cual han elegido la capital de reino. Y todos dicen lo mismo: "Aquí las restricciones no son tan severas como en Francia. Y en Madrid  hacemos lo que nos apetece". Lo que les apetece tanto a los gabachos como a las gabachas es lo que les está prohibido a españoles y españolas. Es decir, saltarse las normas establecidas a la torera. Las que infrigen por importarles un carajo -perdonen el palabro- contaminar y contaminarse.

Me imagino a los encargados de mantener el orden público en los madriles haciendo la vista gorda con tales infractores. Por saber que las autoridades ven con buenos ojos que esta patulea, ávida de fiestas en las que corre el alcohol y surgen los contactos de toda clase y condición, haga de su capa un sayo, debido al dinero que gastan... El cual, y perdonen que vuelva a la frase hecha, no deja de ser Pan para hoy y hambre...

Ramos, Rodrygo y Courtois

Cuando operaron a Sergio Ramos -en el mes de febrero- el plañir de sus aduladores fue constante y anunciadores de malos augurios para el equipo. Incluso aseguraban que Varane sería un cero a la izquierda sin la compañía del camero. Hasta entonces, sin contar los goles recibidos en la Copa del Rey ni en la Champions, el equipo merengue había encajado dieciocho tantos. A pesar de los aciertos mostrados por Courtois. Sin él, es decir, sin el 'Gran Capitan', al Madrid le han marcado nada más que tres tantos en seis partidos. Pues bien, sus palmeros no dicen ni pío. Aunque se les nota que desean airear cuanto antes lo mucho que se nota la baja de su líder indiscutible. Ah, el Madrid necesita un central zurdo

Los jóvenes jugadores del Barcelona están dando la talla. Mingueza y Araujo, por ejemplo, lo hacen en demarcaciones de mucha responsabilidad. Demuestran que tienen las aptitudes requeridas para actuar  como centrales y Ronald Koeman confía en ellos. En el Madrid, sin embargo, la regularidad de Vinicius brilla por su ausencia. Lo cual le impide tener actuaciones acordes con la calidad que se le presupone. Y de Rodrygo cabe decir que no ha vuelto a dar señales de vida desde que debutó en la UEFA Champions League. Y no será porque Zinedine Zidane no le da oportunidades. Rodrygo pasó inadvertido frente al Atlético. Se puede decir que su equipo jugó con diez... Mejor dicho: con nueve; debido a que Marco Asensio, que ya no es ninguna promesa, sigue estando en las musarañas.

Keylor Navas triunfó clamorosamente en el Madrid. Logró tres UEFA Champions League seguidas y varios títulos más. Se le recordará siempre como una leyenda blanca. Las cualidades del costarricense fueron decisivas para obtener esos logros. Portero ágil, rápido de reflejos e intuitivo... Su debilidad radicaba en los balones aéreos. De ahí que el Madrid decidiera fichar a Courtois; cuya estatura es la ideal para la evolución que se ha producido en el deporte rey. Contratación que no cayó bien entre los madridistas. No obstante, y a pesar de que el Madrid no es ni mucho menos aquel equipo liderado por Cristiano, el guardameta belga ha sido pieza destacada en la última Liga ganada. Y raro es el partido en el cual no obra milagros.

 

 

 

  

El empate del derbi beneficia al Barcelona

Hernández Hernández sabe que en Real Madrid Televisión lo critican duramente cada vez que es designado para arbitrar un encuentro del equipo blanco. Los periodistas del medio y sus colaboradores ilustran sus comentarios con imágenes en las que se ven con claridad meridiana que los errores del árbitro, perteneciente al Colegio canario, perjudican al Madrid. Aun así, el maltrato que recibe debe sentarle como un tiro. Y no sería extraño que en su fuero interno deseara que el Madrid perdiera siempre. Pues el trencilla no deja de ser humano. Lo que no entiendo es por qué quienes designan a los árbitros no toman cartas en el asunto. 

La mano de Felipe es penalti. Según las normas que prevalecen hasta ahora en el VAR. Bien porque el colegiado no la viera o porque tuviera dudas. Y, claro es, Hernández Hernández le ha dado un motivo más a Real Madrid Televisión para que lo pongan en la picota. Aunque conviene decir cuanto antes que, cuando se produjo esa jugada, el Atlético ya se había adelantado en el marcador por medio de Suárez. Tras recibir éste un pase de Llorente y aprovechar la alocada intervención de Nacho. Corría el minuto 14 y el equipo rojiblanco dominaba la situación. Menos mal que Courtois impidió en dos ocasiones goles cantados. 

 

Simeone le cerró las bandas al Madrid con Correa y Carrasco; ambos amparados por Trippier y Hermoso. De modo que ni Marco Asensio ni Rodrygo dieron pie con bola y dejaron huérfanos de ayudas, tanto en defensa como en ataque, a sus laterales: Lucas Vázquez y Mendy. Semejante situación afectó al medio campo merengue; zona en la que se impuso Marcos Llorente. El descanso le vino bien a los visitantes. Si bien es cierto que Courtois evitó goles nada más principiar la segunda parte. 

 

Rodrygo y Asensio fueron sustituidos por Vinicius y Valverde. Cambios acertados. Y el Madrid se fue afianzando a medida que el Atlético defendía ya muy cerca de Oblak y lo fiaba todo a los contraataques y por supuesto a cualquier intervención de Luis Suárez: incordio permanente para los centrales del Madrid. Oblak intervino acertadamente cuando Benzema lo puso a prueba. Pero no pudo evitar el gol del francés en una gran jugada con Casemiro. El tanto llegó cuando el partido estaba dando las boqueadas y el equipo de Simeone carecía ya de respuesta. Empate que beneficia al Barcelona.   

 

 

 

 

 

 

Día Internacional de la Mujer

En los años setenta la salud se convirtió en una obsesión para un número creciente de ciudadanos. Hacer deporte fue ganando adeptos. El tenis se puso de moda para aficionados; y a partir de ahí la carrera continua -footing o jogging para quienes consideraban que así daban más importancia al ejercicio- fue muy valorada. También tuvieron mucha aceptación la práctica de las artes marciales -judo, karate, taekwondo, yoga-. Se lanzaron fuertes campañas internacionales contra el tabaco. Las vitaminas, las calorías y los productos dietéticos fueron el tema común en las conversaciones.

Fueron años en que aumentaron los ejercicios hasta en las relaciones sexuales, coincidiendo con la gran difusión tenida por las publicaciones sobre el tema; especialmente los libros del tipo Todo lo que quería usted saber sobre el sexo. La revolución sexual de los sesenta la protagonizaron los jóvenes; en cambio, los setenta fueron testigos de la voluntad de su mayores por darles alcance. Y, desde luego, fue la década de las mujeres; debido a la publicidad conseguida por algunos de sus planteamientos

Cierto es que no se rompieron muchos de los moldes que tenían por blanco las feministas más radicales; pero fueron innumerables las mujeres que se mostraron especialmente preocupadas por su libertad. El ejemplo más claro del desarrollo de esta revolución sin estridencias fue el declive progresivo de la que hasta entonces había sido una sólida institución social: el ama de casa. El ama de casa, a tiempo completo, constaba en sus documentos como profesional de sus labores.

El gran paso que dieron las mujeres en aquellos años fue salir de su casa para trabajar o estudiar. Muchísimas se integraron a la población activa. Y ocuparon un alto porcentaje de nuevos puestos de trabajos creados durante estos años; aunque los salarios continuaron siendo notablemente más bajos que los que recibían los hombres. La década perteneció, sobre todo, a las mujeres más jóvenes; a las que terminaron sus estudios secundarios en los primeros años setenta. 

En las encuestas que se les hicieron a las mujeres, "ama de casa" no figuraba entre las ocupaciones escogidas; "enfermera", "secretaria" y azafata" perdían también muchos enteros: en realidad, las mujeres mostraban aspiraciones idénticas a las de los hombres. Para muestra el gran aumento de ingresos femeninos que se dieron en todas las facultades universitarias. En 1975, las Naciones Unidas celebraron el Día Internacional de la Mujer, por primera vez, el 8 de marzo. 

"Ser hombre no es fácil. La diferencia que hay entre los hombres y las mujeres es que ellos hablan bien de ellas  y las tratan mal, mientras que ellas hablan  mal de ellos y los tratan bien". Tampoco es menos cierto que "todo lo que una mujer quiere de verdad -un perro, un hombre, Dios, cualquier cosa- lo quiere como a un hijo". Por consiguiente, celebren día tan señalado sin darle la menor oportunidad a ese bicho infecto que nos acecha para darnos matarile.  

El Athletic, finalista de la Copa del Rey

La victoria del Athletic fue tan merecida como difícil. Puesto que tuvieron que imponerse en la prórroga a la Unión Deportiva Levante; equipo correoso y practicante de un contraataque que se saben de memoria y por tanto lo llevan a cabo con una facilidad pasmosa. El estilo de juego de los granotas, creo haberlo dicho ya varias veces, se debe a un trabajo concienzudo de Paco López: su entrenador. 

También al Athletic le ha sentado de perilla la llegada de Marcelino García Toral. En suma, que el partido me gustó muchísimo. Pero no escribiré de lo ocurrido en el estadio Ciudad de Valencia, sino de algo relacionado con la historia de los bilbaínos en un Campeonato que han ganado en veintitrés ocasiones y han disputado catorce finales. Los triunfos de los vascos en la Copa comenzaron en tiempos de Maricastaña. 

A propósito, otro ganador de Copas, aún no superado, es el Barcelona. Pues bien, cada vez que los azulgrana jugaban la final en Madrid, los catalanes que acudían a la capital de España eran pocos y hasta cargaban con la tartera para gastar en lo imprescindible. Los vascos, en cambio, invadían Madrid dos días antes del espectáculo y se bebían y se comían todo lo habido y por haber en los madriles. Corría  el vino y la alegría y qué decir si su equipo salía victorioso.

Así que los hosteleros de la época invocaban a sus santos preferidos para que el Athletic llegara a la final. Y los 'leones' no defraudaban. A veces remontaban resultados que parecían inaccesibles y se rumoreaba que todo había sido ordenado por quienes manejaban el poder para que las calles madrileñas fueran tomadas por aficionados dispuestos  a meterse la mano en el bolsillo. 

Por lo que me imagino que los hosteleros sevillanos habrán celebrado con enorme alegría la victoria del equipo vasco. Y no cejarán en su empeño para que se permita la asistencia de sus seguidores al estadio de La Cartuja. En las dos finales que jugarán contra Barcelona y Real Sociedad. De no ser así, ambos acontecimientos ni siquiera dejarán un euro en la capital hispalense 

Nota. Antonio Martín: Espero que los triunfos de tu Athletic te aporten toneladas de optimismo. Un abrazo.

 

 

 

 

 

Los aciertos de Koeman

Cuando acabó el Barcelona-Sevilla me adormilé y no escribí sobre un partido que tuvo de todo como en botica. Así que me fui directo a la piltra. De mañana suena el teléfono y mi amigo Cerezuelo, del Barcelona desde que hizo la Primera Comunión, me pregunta con su habitual sorna si vi lo ocurrido en el Camp Nou. Le dije que sí. Y Cerezuelo, como quien no quiere la cosa, vuelve a la carga: "Es que me ha extrañado muchísimo que no opinaras del partido y que hayas dejado dos días el mismo artículo en la cartelera".

Mi amigo usa la ironía para acusarme de que la victoria del conjunto azulgrana influyó para que yo no dijera ni pío de un encuentro del cual tenía previsto emitir mi parecer. Cómo sé que es difícil convencerlo de que piensa mal, ni lo intento. Aunque ello no me impide resumir hoy lo que dio de sí el segundo partido de una eliminatoria atiborrada de emoción y en la cual Ronald Koeman demostró, una vez más, que se equivocaron quienes lo tildaron meses atrás de ser un alineador. Ayer acertó en todas sus decisiones. Lopetegui, en cambio, no  estuvo a la altura de su fama.

El Sevilla empezó presionando al Barça muy arriba. Lo hacía con el siguiente dibujo: 1-4-4-1-1. El 1-3-5-2 de lo locales se dejaba dominar para salir al contraataque por medio de Messi y Dembélé; es decir, la misma maniobra que hace nada les dio tan buen resultado en el Pizjuán. Y durante  varios minutos amenazaron la portería de Vaclik. Tiempo suficiente para que el entrenador hispalense hubiera ordenado el repliegue intensivo a fin de evitar lo que se veía venir: el gol del jugador francés. Y sobre todo cortar de raíz la mejor arma con la que se empleaba el rival. 

Fue tras el gol cuando Lopetegui tomó las precauciones exigidas por una eliminatoria en la que el contrario necesitaba tres de diferencia para estar la final. Pero el Barça ya jugaba con el viento a favor de la confianza en sus posibilidades... Mientras que las dudas de los hispalenses se iban acrecentando. Así que En-Nesry no sabía ya si jugar como delantero o como segunda punta con tendencia a reforzar el centro del campo. Aun así, Ter Stegen le paró un penalti a Ocampos. Jugada que fue como el canto del cisne del equipo andaluz. 

Lo demás llegó porque Koeman arriesga en los momentos cruciales. Y sus decisiones le vienen proporcionando victorias que parecían imposibles. Cierto es que fue Piqué quien obró el milagro del empate cuando los jugadores del Sevilla estaban prestos a celebrar su paso a la final. Pero  en la prórroga no cabe duda de que los azulgranas fueron mejores en todos los aspectos. Conviene destacar, porque es de justicia, el rendimiento que está dando Braithwaite cuando su equipo toca a rebato. En fin: Ronald Koeman acertó y Lopeteguí no. He aquí el quid de la cuestión.

 

 

 

 

 

 

Abigaíl, Gilda y Blanquita

Cuando murió Oasis -nombre de un perro labrador que nos había cautivado a toda la familia- el dolor por su pérdida fue motivo para exclamar que jamás habría otro animal en nuestra casa. Por más que en tales casos, según dicen, no hay mejor terapia que la adopción de otra mascota cuanto antes. Desde entonces, raro es el día en el cual no sale a relucir su nombre para festejar la compañía que nos proporcionó durante varios años. 

Recién comenzado 2021, mi cuñado Alfonso adoptó una gata y, de vez en cuando, nos la dejaba a Gloria y a mí para que no se quedara sola en su piso. Semejante proceder ha durado lo que tenía que durar; es decir, nada y menos: porque ya es inquilina de derecho en el nuestro. Así que ahora Abigaíl, que es el nombre bíblico con el cual su propietario la había registrado, atiende a la llamada de Gilda y de Blanquita. Que es el nombre perfecto por vestir de blanco. Lo de Gilda es porque se contonea al andar como si fuera la número uno de las pasarelas transitadas por gatas.

Los maullidos de Abigaíl nos confunden. Yo soy el encargado de descifrarlos para saber lo que nos está diciendo en cada momento. También es mi tarea estudiar su lenguaje corporal. Lo cual no es fácil. Pero poco a poco voy acertando para bien de ella y regocijo de todos. Blanquita maúlla a las seis de la tarde. Por ser su hora preferida para jugar conmigo. Lo hacemos durante diez o quince minutos. Asimismo maula para decirme que encienda el televisor y me siente en un sillón de la sala de estar. A fin de dormir encima de mis piernas. A las diez mía para pasar a las de Gloria.

Lo más complicado para mí es traducir el lenguaje de la cola de Gilda. Pues son tantos sus movimientos  y algunos tan similares que los confundo. Pero todo se andará... Es cuestión de paciencia dedicada a una gata que tiene tres nombres, reside en dos casas y está mimada porque también maúlla cuando el Madrid marca un gol. Lo cual significa que está contenta. 

 

 

 

 

 

 

 

  

 

 

El Madrid cometió errores de descoordinación

De entretenido calificaban el Madrid-Real Sociedad los encargados de ponerle voz al partido por televisión. Y lo fue para beneficio del equipo donostiarra. El cual, salvo la pelota que Mariano mandó al poste, nunca pasó apuros. Así que no recuerdo ninguna intervención de Remi. Por consiguiente, yo no creo que el juego del Madrid divirtiera a sus aficionados. El conjunto merengue cometió errores de descoordinación por presionar muy arriba y sin que en esa función participaran todos los componentes del equipo. Resultado: las distancias entre líneas fueron abismales y el Madrid regaló la primera parte. 

Un primer tiempo en que Isco y Marco Asensio fueron desdibujándose hasta comenzar la segunda parte sin aportar nada. Perdieron el sitio y el centro del campo lo ganó la Real Sociedad. Zidane retrasó  a Casemiro para evitar cualquier desliz defensivó y tuvo la mala fortuna de que Portu batiera a Courtois en el minuto 54. Isco y Marco Asensio no están para muchos trotes. Y es un problema que debe resolver el técnico francés. Lo cual no es fácil. Máxime cuando ambos cuentan con la amabilidad de la prensa.

Tampoco Imanol Alguacil supo aprovechar el decaimiento de los blancos tras el gol encajado. Decidió defender en bloque y muy cerca de su marco. Y el Madrid, con los cambios realizados por Zidane, derrochó voluntad y salvó los muebles gracias al gol de Vinicius. El empate es el mal menor. Lo peor radica en que se avecinan partidos difíciles y mucho me temo que ZZ esté a estas alturas con más nervios que el cirujano de una plaza de toros en la que torea José Tomás. 

Cierto es que si logra ganar un título esta temporada, en la que los goles han de marcarlo los defensas,  será el logro más valorado desde que dirige al Madrid. Cuya plantilla es larga y buena. Pero carece de lo esencial: delanteros que marquen las diferencias. Y, cómo no, dejarse de probaturas con Isco y buscar alguna solución para que alguien rinda en el sitio que no lo hace Marco Asensio. A quien se le espera pero nunca llega...